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El Comercio Ambulatorio

markoo9 de Julio de 2013

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Índice

INTRODUCCION

CAPITULO I.- 5

ANTECEDENTES 5

GLOSARIO DE TERMINOS 9

CAPITULO II.- 10

CONCEPTO DEL TEMA 10

BASE LEGAL 16

CAPITULO III. 19

APRECIACION PERSONAL 19

CONCLUSIONES 19

RECOMENDACIONES 21

ANEXOS 24

Según: Hernando De Soto: 24

INTRODUCCION

El presente trabajo trata del análisis del comercio informal en el distrito de Abancay, provincia de Apurímac, y también consiste en interesante análisis de la obra “El otro sendero” de Hernando de Soto, tratar de plasmar en estas pocas líneas una realidad que convive yo diría en todas las ciudades del mundo, en algunas con mayor incidencia en la economía que en otras donde simplemente están como un rasgo cultural.

El Perú, país en vías de desarrollo y en el cual aún persiste una distribución desigual de la posesión de las tierras del mismo modo que presenta una extendida pobreza rural. En la búsqueda de soluciones para este problema, me ha llamado considerablemente la atención lo expuesto por Hernando de Soto, que en los últimos años es impresionante el número de actividades informales como un sistema potencialmente capaz de producir una distribución más eficiente y equitativa no sólo de recursos, sino también de oportunidades económicas. Estos sucesos ocurren muchas veces por el descuido de nuestros gobernantes, por ejemplo, no es suficiente aprobar leyes orientadas al mercado cuando las necesidades institucionales básicas de la sociedad no están en su lugar. Una economía de mercado necesita reglas del juego claras y un marco de gobernabilidad.

CAPITULO I.-

ANTECEDENTES

EVOLUCION DE LA INFORMALIDAD

A lo largo de los años los ciudadanos para buscar una mejor calidad de vida se vieron en la necesidad de ser comerciantes o buscar la manera de tener ingresos adicionales, que

El primer avance para la informalidad lo ofrecieron los informales, al no respetar las leyes para urbanizar y buscara arreglos en los que se reemplazaban normas legales por prerrogativas de clase, coimas y otras modalidades.

Antes de la marea migratoria las mismas empresas formales se dedicaron a desarrollar vecindarios dirigidos a las clases populares, entonces los barrios populares organizados por los propios formales se desarrollaban desde entonces informalmente.

Una vez llegados a Lima, los migrantes se aprovecharon de que la ley era negociable y de una larga tradición de incumplimiento para organizar sus primeros asentamientos.

Los políticos no fueron ajenos al fenómeno y por el contrario intentaron granjearse las simpatías y el apoyo de los pobladores de los asentamientos informales a cambio de un reconocimiento de sus asentamientos o al menos con la promesa de no reprimirlos drásticamente.

Algunos políticos empezaron a competir entre ellos por atraer a los pobladores de los asentamientos ofreciéndoles todo género de beneficios.

Los pobladores entendieron que la adhesión política les traería beneficios así que los respaldaban cada vez que era necesario ya que preferían estar de su lado y mantenerlos cerca de su causa.

Otro avance importante cuando la sociedad le dio el reconocimiento a la vivienda informal un previo reconocimiento legislativo, aceptando la existencia de asentamientos pero intentando someterlos as u régimen de

Excepción. Es decir se estableció que la propiedad a la que tenían derecho era inajenable y que no podían venderla, alquilarla ni subdividirla.

Un siguiente avance importante ocurrió cuando los informales aprovechando el proceso de Reforma Agraria iniciado por Velasco para convertir ilegalmente terrenos agrícolas en urbanos, los planificadores establecieron áreas de expansión urbana que abarcaban parte de esos terrenos cultivados y que, en tal virtud, ya no estaría afectados por la Reforma Agraria.

Posteriormente las autoridades incrementan la repartición de títulos de propiedad y reconocen a las organizaciones informales como voceros legítimos de los asentamientos informales

Ante la evidente inoperancia del sistema legal, el Estado tuvo que recurrir ala normatividad extralegal y en concreto a la invasión, para llevar a cabo su proyecto de vivienda.

Historia del mercado informal

La evolución histórica del comercio informal, al igual que la de la vivienda, está llena de vaivenes, movimientos de masas, juegos de intereses, conflictos y hasta enfrentamientos violentos.

En el presente tema organizaremos nuevamente la narración en trece diferentes hitos históricos, cada uno de los cuales describirá el progresivo avance de los informales sobre la sociedad informal o el correlativo retroceso de ésta.

La historia del comercio informal es la historia de un largo camino - entorpecido por una excesiva politización - hacia los mercados que representan la aspiración popular por obtener una propiedad privada segura para poder desarrollar sus actividades comerciales en un ambiente propicio.

La búsqueda de ese mínimo objetivo por parte de los ambulantes ha contrastado a su vez con la inconsistencia de la actitud del Estado. El vaivén entre persecución y cooptación iniciado en la colonia ha ido revelando siglo tras siglo que las autoridades no comprendían lo que estaba ocurriendo. Desde hace más de 50 años el gobierno central y el municipio se transfiere responsabilidades mutuamente sin lograr una política coherente que les permita actuar por encima de sus intereses políticos particulares. Esto ha tergiversado los estímulos por completo, politizando a un sector de ambulantes y retrasando la marcha de la mayoría hacía la actividad empresarial formal.

A lo largo de los años hemos visto cómo los ambulantes han librado grandes batallas para dar seguridad legal a su empresa. En resumidas cuentas, la primera de ellas fue por los derechos especiales de dominio en la cual los informales trataron de obtener su reconocimiento. la segunda batallas fue por los mercados y enfrentó a la mayoría de los ambulantes dispuestos a acumular ahorro suficiente para comenzar a edificarlos con el Estado que, aliado con una minoría de los mismos ambulantes estaba dispuesto a politizar el sistema para evitar perder influencia ante la masiva conversación de los ambulantes en propietarios particulares. En ambas batallas se repite el enfrentamiento entre el Perú informal que surge y el status que en cualquiera de sus manifestaciones políticas.

A la par desde el punto de vista de los ambulantes esas dos grandes batallas eran racionales: el derecho de propiedad sirve para aprovechas y preservar los recursos estimular la creación y garantizar la intangibilidad de la inversión y el ahorro. Permite así aprovechar los beneficios de una ubicación fija incluyendo la posibilidad de utilizarla como garantía En tal sentido el derecho de propiedad reduce la incertidumbre de seguridad y es esencial para desarrollar eficazmente cualquier actividad económica por eso los comerciantes informales ponen todo su empeño en obtenerlo. Para el efecto se basan primero en su propia normatividad extralegal que, a pesar de todo su ingenio es un sistema imperfecto para garantizarlo. De ahí que después se vean en la necesidad de recurrir a la negociación política y hasta el enfrentamiento para tratar de asegurarlo.

Semejante derroche de recursos podría hacer creer no obstante que el esfuerzo de los ambulantes por salir de las calles es inútil y que el estado debe intervenir directamente. De aceptarse ese temperamento el ILD estima que el fisco tendría que hacer una inversión inicial de 108 millones de dólares en Lima equivaldría al 7,6% del total de la inversión pública de 1984 para todo el país la posibilidad de que el estado pueda erradicar directa y eficazmente a los ambulantes resulta poco probable. los que si tiene sentido es ver cómo se ayuda en lugar de obstaculizar a los ambulantes en vista de que ellos ya son los más grandes constructores de mercados.

La solución ideal sería retirar obstáculos y convertir los estímulos políticos en facilidades legales para liberar y multiplicar las energías empresariales de los ambulantes y para que dentro del proceso competitivo en que se encuentran inmersos puedan explotar al máximo sus habilidades y servir más eficazmente a la comunidad.

En la medida de que las ciudades fueron llenándose de gente, en especial por el efecto de inmigración en busca de pseudos mejores horizontes, se comienzan a desarrollar otros tipos de actividades, una de ella es el comercio como consecuencia de satisfacer las necesidades de estos pobladores, muchos de ellos al margen de la ley y otros tantos contra las mismas normas estatales y de regulación. De esta forma surgió el comercio informal, que esencialmente podemos definirlo como aquel que se desarrolla en las calles en forma ambulatoria o de puesto fijo, o en mercados pre-establecidos para tal fin.

Si nos remontamos siglos atrás, el mismo comercio formal acepto en conferirle a la actividad ambulatoria un reconocimiento de las costumbres y como parte de la identidad cultural de las ciudades a través de los siglos.

El comercio surge y se desarrolla en las calles bajo la denominación de comercio ambulatorio, la gente comenzó a invadir la vía pública, cuyo uso es de todos, para realizar sobre ella actos de disposición y

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