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El Conflicto del Tíbet

Rodolfo AsbTrabajo13 de Abril de 2019

7.025 Palabras (29 Páginas)180 Visitas

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El Conflicto del Tíbet.

Relaciones Internacionales

ÍNDICE.

Introducción al conflicto...……………………………………………………. Página  3

El conflicto aplicado al estudio de las relaciones internacionales………...….. Página  6

Conclusión del trabajo ……………………………………………………….. Página 13

Bibliografía…………………………………………………………………...  Página 15

Introducción al conflicto.

La región del Tíbet se encuentra ubicada al suroeste de China, zona montañosa en la que se ha desarrollado una población y cultura única en el mundo. Su sociedad se ha establecido política y espiritualmente en base al budismo, considerando ambos elementos de manera conjunta, reflejo de ello es su líder, el Dalai Lama, que es escogido por un antiguo sistema de reencarnaciones, a su muerte su espíritu pasa al de un niño quien es identificado a través de ciertas reglas de naturaleza material, en el caso de Tenzin Gyatso, el actual Dalai Lama, reconoció a uno de los emisarios que fueron a visitarlo, por su nombre, sin haberlo visto nunca, posteriormente le presentaron una serie de objetos, de los cuales eligió y reconoció aquellos que pertenecieron al líder anterior[1]. El primero en recibir el título fue Sonam Gyatso (1534 – 1588)[2], entregado por Altan Khan a cambio de las enseñanzas del budismo tibetano, otorgándose de manera póstuma a dos líderes anteriores, con ese acto, se le entrega el poder político y espiritual que ejercerían los Lamas, de manera activa, hasta 1950.

        El origen de la región y su contacto con los chinos es remoto, el conflicto entre ellos era constante ya en el siglo VII, existiendo tratados entre ambos con la finalidad de clarificar sus fronteras durante el siglo IX, de parte de China el Tíbet es considerado como propio desde hace siglos[3]. Sin embargo, durante un período de decadencia interna en el Tíbet, se produce la ocupación mongola, ya de manera definitiva en el siglo XII, éste imperio llegaría a ocupar también la totalidad de China lo que se ha prestado para insistir por parte de ellos en que el papel de los mongoles no fue otro que el de unificar China, ya que eran incluso la capital del imperio, imperio que abarcaba al Tíbet. Esto puede ser discutido, ya que los tibetanos eran regidos por gobernantes nombrados por estamentos del mismo Tíbet, algo único dentro del imperio mongol[4]. Con el tiempo ambas regiones lograran una independencia política de los mongoles a pesar de que culturalmente persistió una influencia constante, así ocurriría el hecho mencionado anteriormente, en que Altan Khan otorgaría a Sonam Gyatso el título de Dalai Lama, “Océano de conocimiento”.

        Las relaciones entre Mongolia y el Tíbet fueron fundamentales en el desarrollo político de este último, siendo relevante el apoyo militar que se le prestaba al Dalai Lama en el control de la región, como ocurrió durante la unificación del Tíbet que se lleva a cabo durante el siglo XVII, gobernando de manera unificada el Rey Mongol y el quinto de los Lamas. De esta época se tienen registros de relaciones mantenidas con Nepal y Bhutan, incluso el emperador Qing recibe al Dalai Lama en Beijín, por supuesto entre ambos existía el deseo de mantener una relación armoniosa, sea para asegurar el control de su territorio o por parte de los chinos, mantener una amistad con el Tíbet evitando así conflictos con Mongolia. En esta visita existen dudas sobre la relación que existió entre ambos, ya que se afirma que el Dalai Lama acudió fundado en una relación de vasallaje hacia el Emperador Chino, pero existiría un hecho histórico que negaría esta relación y es que al momento de recibir al líder tibetano no se realizaron los protocolos habituales para recibir a un mandatario de poblado sometido o inferior, al contrario se señala que el emperador se levanto a recibir al líder del Tíbet[5].

        Posteriormente se producen situaciones que hacen compleja la relación del Tíbet con sus vecinos, y es que producto de ciertos problemas en la sucesión del Dalai Lama se produce como resultado la invasión de la región por parte del líder mongol Lhabsang, con el apoyo de la Dinastía Qing y ciertos grupos tibetanos, éste se establecería como rey del Tíbet y expulsaría al sexto Dalai Lama por considerar que degradaba el cargo. El momento es aprovechado por el emperador Chino, quien lo reconoce como líder del Tíbet bajo la protección del Imperio, el Khan acepta incluso al pago de tributos al emperador. Este líder Mongol produce un gran descontento llegándose incluso a pedir ayuda a otras facciones mongolas por los tibetanos, éstas luego del asesinato del Khan Lhabsang, caen en el saqueo y el asesinato de monjes, además de no traer al séptimo Dalai Lama como habían prometido. Lhabsang, antes de su muerte había pedido ayuda al emperador Qing quien se encarga de expulsar a los mongoles e ingresar al Tíbet al séptimo Dalai Lama. Ésta ayuda por parte de los Chinos da inicio a una relación de protección de su parte respecto del Dalai Lama, al que ayudaron en la mantención de su gobierno en esta crisis[6].

Para indicar los aspectos fundamentales de esta etapa hay que señalar primero que los chinos establecieron una administración en el Tíbet, con autoridades locales, retirándose momentáneamente los ejércitos de Lhasa, la capital tibetana, pero conflictos civiles vuelven a estallar y se hace necesaria una nueva incursión militar China en la región, de esta manera se restablecen los lideres nombrados por el Imperio y se inicia una campaña de desprestigio al Dalai Lama por su clara afinidad a los que lideraron el conflicto, que por lo demás fueron ejecutados por el imperio Chino bajo el cargo de estar atentando contra la paz. Para evitar disputas se deja en el territorio a dos delegados imperiales, que supervisaran el actual de las autoridades tibetanas, ya nos encontramos en el siglo XVIII. Los cambios implementados por el imperio Chino no terminan ahí, para fines administrativos se resuelva la división territorial del Tíbet incluyéndose en este momento la figura, ya existente, del Pachen Lama que queda a cargo de algunos distritos, por ahora basta indicar que el Pachen Lama es la segunda figura más importante del budismo tibetano y que tuvo una relevancia política bastante grande llegando incluso a discrepancias con el Dalai Lama.

        Nuevamente, ante problemas en la sucesión de los líderes tibetanos se produce un conflicto, en esta ocasión es un intento de traición al imperio Chino por parte del hijo de Polhanas, rey designado del Tíbet por la dinastía Qing, el hijo de Polhanas es asesinado, en esta situación tropas chinas ingresan nuevamente a Lhasa pero al llegar ven como el Dalai Lama ya había logrado pacificar el país, tomando el poder político y administrativo, esto significaría una restauración del gobierno teocrático y de su fuerte influencia en la política tibetana. A pesar de que se instaura nuevamente una administración china, uno de los líderes nombrados es un monje budista permitiéndose además la participación de los jefes de los tres monasterios más importantes en la administración tibetana[7].

En este momento inicia una época de tranquilidad entre las relaciones del Tíbet con China, podemos señalar que los eventos que desencadenan el actual estado de la región surgen a partir de la invasión por parte de Reino Unido, esto se produce durante los primeros años del siglo XX, motivados principalmente por un temor a la influencia de Rusia en la zona y el hecho de que las relaciones que este país tenga con el Tíbet pueda significar un riesgo para territorios británicos como la India. Esta invasión termina con la convención de Lhasa (1904), en la que se permite el libre paso de los comerciantes del imperio y la prohibición de mantener acuerdos con países extranjeros sin la autorización de Reino Unido, sin embargo, la situación fue aprovechada por China, ya que en Londres la invasión del Tíbet no había sido autorizada y por lo demás no se buscaba mantener relaciones negativas con los chinos, por esto, en 1906 se firma un tratado en que Reino unido asegura la no anexión del territorio tibetano y China asegura la no intervención de otras potencias en la región, en 1907, en el tratado anglo-ruso se confirma la autoridad China y además se indica la imposibilidad de negociar con el Tíbet sin el beneplácito de ellos[8].

        Si un factor importante en la historia del conflicto es la intervención del imperio Británico, no es menor la revolución China de 1911, debemos comprender que gran parte del ejército Chino se replegó y finalmente son expulsados por los tibetanos en 1912. Este acto se concreta un año después con el tratado celebrado por Mongolia y el Tíbet[9], en él se reconoce mutuamente la independencia de ambos países comenzando así un periodo en que los tibetanos se organizarían en la práctica como una nación independiente, lamentablemente vemos como durante este tiempo, que transcurre hasta 1951, ninguna potencia reconoce al Tíbet como un país independiente a pesar de realizar negociaciones bilaterales con ellos, incluso EEUU solicita autorización a Beijín[10]. Esto sería un antecedente de peso en el futuro, ya que la región se encontraba sin apoyo internacional ante el constante deseo chino de ocuparla soberanamente, lo cual intentó en más de una oportunidad durante la independencia de facto tibetana, pero sus graves conflictos internos hacían imposible por el momento poner verdadera atención en ese objetivo y la definitiva ocupación del Tíbet se llevaría a cabo varios años después, una vez finalizada la segunda guerra mundial y con Mao Tse-tung instalado en el poder de la ahora República Popular China. 1950, el Ejército Popular de China inicia su invasión del territorio, el poder militar tibetano era insignificante y la ocupación resulta inevitable, el Tíbet no recibe ningún tipo de apoyo internacional. Para completar esta introducción histórica hay que referirse al que será uno de los principales actores internacionales en el conflicto, el gobierno tibetano en el exilio. Después de la ocupación se produjo una serie de medidas represivas en el Tíbet como lo fue la expropiación de las propiedades monásticas, forzar a la población a la realización de trabajos, prohibición de manifestar sus creencias o religión e incluso el fusilamiento de cientos de tibetanos de las clases más altas[11]. Hechos como estos, además de la influyente figura del 14° Dalai Lama fueron factores de unidad entre los tibetanos, el apoyo al partido comunista chino en Lhasa era inexistente iniciándose en 1956 la primera de una serie de revueltas contra la ocupación. Tres años más tarde, luego de rechazar una invitación por parte de las autoridades Chinas a Beijín, por el justificado temor de un asesinato, el Dalai Lama hace pública una proclamación de independencia del Tíbet, en que se desconocen los acuerdos a que se habían llegado con China y se hace manifiesta la postura del pueblo tibetano respecto a la ocupación, la respuesta de la República Popular consistió en un bombardeo a la capital tibetana[12], la revuelta de 1959 termina en una matanza por parte del ejército Chino y con el Dalai Lama junto con miles de seguidores exiliados en la India, particularmente en la ciudad de Dharamsala, es aquí donde se forma el gobierno tibetano en el exilio, con el Dalai Lama como su líder, tanto en el ámbito político como el espiritual.

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