El Rumbo De Las Reformas

El Rumbo De Las Reformas. Hacia Una Nueva Agenda Para América Latina

En este artículo se trata de dar a conocer una nueva agenda para las reformas que se concentra en lo que los países latinoamericanos pueden hacer en el régimen internacional actual y se identifican las diferencias a las agendas anteriores.

1. Las reformas aumentaron la exposición de los países al riesgo.

2. Las reformas macroeconómicas no han sido equilibradas.

3. Las reformas impulsaron la privatización y el fortalecimiento del sector privado.

Muchos de los países de la región sufren recesiones, depresiones y crisis, algunas de las cuales han sido alcanzado niveles sin precedentes, que recuerden a los de la Gran Depresión. Una estrategia de reforma que prometió crear una prosperidad sin precedentes ha fracasado de una manera sin precedentes. Sus critico habían dicho que si bien era posible que generara un crecimiento, les preocupaba que ese crecimiento no se distribuyera en forma amplia.

Los fracasos de las denominadas reformas orientadas al mercado no implican por cierto que se deba volver al pasado, y para quienes están decididos a lograr un crecimiento democrático, equitativo y sostenible, esto representa un desafío. Cada país debe elegir la opción que mejor se adapte a sus circunstancias y a su población.

LOS FRACASOS.

La tasa de crecimiento fue levemente superior a la mitad de la tasa registrada en las décadas de 1950, 1960 y 1970. Las cifras son aún más impactantes cuando se compara el desempeño de América Latina con el de otros países.

La teoría neoclásica tradicional pronostica una convergencia, es decir, que los países menos desarrollados crecerán más rápidamente que los países desarrollados.

La reserva federal se concentró en la inflación y cuando subió las tasas de interés, presto poca atención a lo que pudiera pasarle al sistema financiero de los Estados Unidos; llevo a la quiebra a las instituciones de ahorro y crédito, que tenían activos de renta fija a largo plazo y pasivos a tasas de interés variables; a los contribuyentes estadounidenses les tomó casi una década pagar la cuenta por cientos de miles de millones de dólares.

Sin embargo las autoridades económicas de los países industrializados avanzados no quisieron asumir la plena responsabilidad de esos fracasos; era más fácil y políticamente mucho más plausible, señalar las fallas de América Latina, y ésta, lamentablemente, era una presa fácil. Tenía empresas estatales ineficientes y corruptas, altas tasas de inflación, grandes déficit fiscales.

Cabe mencionar que el capitalismo ha estado siempre signado por enormes fluctuaciones. Los periodos de recesión se han acortado, mientras que los de expansión

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