El juego, pensamiento y lenguaje

El juego, pensamiento y lenguaje

Ha habido un noble progreso en los conocimientos aportados por biólogos, psicólogos, y lingüistas sobre el desarrollo humano, conocimiento que es muy relevante para nuestra forma de orientar la educación y el juego de los niños pequeños. Vivimos una época en la que se está produciendo una convergencia de intereses respecto a la infancia, tanto teóricos como prácticos.

El tema principal es la relación entre el juego, lenguaje y pensamiento. En primer lugar, el juego supone que pueden derivarse de los errores que cometemos; el juego es una actividad que no tiene consecuencias frustrantes para el niño, aunque se trate de una actividad seria, es un medio excelente para poder explorar. El juego es en sí mismo un motivo de exploración. En segundo lugar, la actividad lúdica se caracteriza por una pérdida de vínculo entre los medios y los fines; a menudo cambian para que encajen con medios que acaban de descubrir, o modifican estos medios para que se adapten a nuevos; con ello realizan estas modificaciones porque son una consecuencia directa de la misma satisfacción que proporciona el juego. De forma que éste no sólo es un medio para la exploración sino también para la invención. Una de las características del juego, es que no está excesivamente vinculado a sus resultados. Los niños modifican aquello que están tratando de lograr, y permiten a sus fantasías que sustituyan esos objetivos. En tercer lugar, y a pesar de su riqueza, el juego no sucede al azar o, por casualidad. Al contrario, se desarrolla más bien en función de algo a lo que ha llamado de igualdad total, es una forma de idealización de la vida. En cuarto lugar, se dice que el juego es una proyección del mundo interior y se contrapone al aprendizaje, en el que se interioriza el mundo externo hasta llegar a hacerlo parte de uno mismo.

En el juego transformamos el mundo exterior de acuerdo con nuestros deseos, mientras que en el aprendizaje nos transformamos nosotros para conformarnos mejor a la estructura de este mundo externo; es una actividad extremadamente para el desarrollo.

El juego proporciona placer, incluso a los obstáculos, proporciona un gran placer cuando logramos superarlos. Los obstáculos parecen necesarios, pues, sin ellos, el niño se aburre enseguida. Por eso habría que aceptar que el juego tiene alguna cualidad que comparte con otras actividades como la resolución de problemas, pero de una forma mucho más interesante.

Muchas veces utilizamos la competición para enseñarles cómo deben competir de una forma honesta, a veces desde una edad muy temprana. Los niños de Tengu, juegan a juegos que no finalizan con el triunfo de una de las partes, sino cuando ambos equipos, han logrado la igualdad.

El juego es un modo de socialización que prepara para la adopción de papeles en la sociedad adulta, y es importante tomar conciencia de ello, para saber cuánta competitividad estamos fomentando en los niños. Cuando menos no para hacerlo en grado tan alto que llegue a ahogar el carácter libre y espontáneo de aquel.

Igualmente, hay que tener presente esta utilización

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