El racismo en el Perú
LEIyMAREnsayo13 de Noviembre de 2013
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Racismo (Perú)
Enviado por Flores Huertas Sara | Comentar este trabajo | Ver trabajos relacionados
1. Introducción
2. Orígenes Históricos
3. La Doctrina
4. El Antirracismo
5. La Esclavitud
6. La esclavitud en la antigüedad
7. Esclavitud en el siglo XX
8. Abolición de la esclavitud
9. La discriminación
10. Mohandas Karamchad o Mahatma Gandhi
11. Conclusiones
12. Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Para comenzar; raza es el término que se utiliza para clasificar a la humanidad de acuerdo a características físicas y genéticas. El concepto de raza no resulta particularmente útil desde el punto de vista biológico o sociológico, ya que todas las razas pertenecen a una única especie biológica, Homo sapiens, y sólo muestran pequeñas variaciones genéticas.
El término raza es polémico por las nociones de superioridad e inferioridad que lleva implícitas. La raza constituyó la justificación para implantar el estado de esclavitud, la persecución de minorías y otros grupos sociales, como la del pueblo judío durante la Alemania nazi.
Históricamente, los antropólogos físicos habían dividido a la humanidad, atendiendo a sus rasgos morfológicos, en tres grandes subdivisiones o razas: negroide, mongoloide y caucasiana. Algunos científicos fueron más allá añadiendo la amerindia y la oceánica.
Como concepto biológico, la raza era más evidente cuando las diferencias hacían referencia a los rasgos morfológicos, como la pigmentación de la piel, el color, forma y grosor del cabello, la forma de la nariz o la estructura corporal.
El concepto de raza, invalidado por la moderna investigación genética, no ha desaparecido del todo. Algunos eruditos todavía lo utilizan; sin embargo, muchos expertos lo desaconsejan, incluso como idea científica, debido a sus connotaciones políticas y al auge que están teniendo algunas ideologías racistas en algunos países de Europa occidental.
Ahora, el Racismo, teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. No obstante, el término 'racismo' se aplica tanto a esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la xenofobia y la segregación social, que son sus manifestaciones más evidentes.
LECTURA ADICIONAL:
Raza e historia es un famoso ensayo-manifiesto que el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss escribió en 1952 por encargo de la UNESCO para contribuir al programa de lucha contra el racismo. El capítulo primero, "Raza y cultura", es un escrito clásico sobre el racismo como "teoría y práctica indefendibles" y carentes de fundamento científico. En este capítulo Lévi-Strauss es capaz de vislumbrar otras cuestiones que hoy son igualmente graves y urgentes, como los conflictos que surgen por las diferencias culturales entre los múltiples y variados grupos étnicos de todo el mundo.
Fragmento de Raza e historia.
De Claude Lévi-Strauss.
1. Raza y cultura.
Hablar de la contribución de las razas humanas a la civilización mundial podría causar sorpresa en una serie de capítulos destinados a luchar contra el prejuicio racista. Sería vano haber consagrado tanto talento y tantos esfuerzos en demostrar que nada, en el estado actual de la ciencia, permite afirmar la superioridad o inferioridad intelectual de una raza con respecto a otra, si solamente fuera para devolver subrepticiamente consistencia a la noción de raza, queriendo demostrar así que los grandes grupos étnicos que componen la humanidad han aportado, en tanto que tales, contribuciones específicas al patrimonio común.
Pero nada más lejos de nuestro propósito que una empresa tal, que únicamente llevaría a formular la doctrina racista a la inversa. Cuando se intenta caracterizar las razas biológicas por propiedades psicológicas particulares, uno se aleja tanto de la verdad científica definiéndolas de manera positiva como negativa. No hay que olvidar que Gobineau, a quien la historia ha hecho el padre de las teorías racistas, no concebía sin embargo, la «desigualdad de las razas humanas» de manera cuantitativa, sino cualitativa: para él las grandes razas primitivas que formaban la humanidad en sus comienzos —blanca, amarilla y negra— no eran tan desiguales en valor absoluto como diversas en sus aptitudes particulares. La tara de la degeneración se vinculaba para él al fenómeno del mestizaje, antes que a la posición de cada raza en una escala de valores común a todas ellas. Esta tara estaba destinada pues a castigar a la humanidad entera, condenada sin distinción de raza, a un mestizaje cada vez más estimulado. Pero el pecado original de la antropología consiste en la confusión entre la noción puramente biológica de raza (suponiendo además, que incluso en este terreno limitado, esta noción pueda aspirar a la objetividad, lo que la genética moderna pone en duda) y las producciones sociológicas y psicológicas de las culturas humanas. Ha bastado a Gobineau haberlo cometido, para encontrarse encerrado en el círculo infernal que conduce de un error intelectual, sin excluir la buena fe, a la legitimación involuntaria de todas las tentativas de discriminación y de explotación.
Por eso, cuando hablamos en este estudio de la contribución de las razas humanas a la civilización, no queremos decir que las aportaciones culturales de Asia o de Europa, de África o de América sean únicas por el hecho de que estos continentes estén, en conjunto, poblados por habitantes de orígenes raciales distintos. Si esta particularidad existe —lo que no es dudoso— se debe a circunstancias geográficas, históricas y sociológicas, no a aptitudes distintas ligadas a la constitución anatómica o fisiológica de los negros, los amarillos o los blancos.
Pero nos ha parecido que, en la medida en que esta serie de capítulos intentaba corregir este punto de vista negativo, corría el riesgo a la vez de relegar a un segundo plano un aspecto igualmente fundamental de la vida de la humanidad: a saber, que ésta no se desarrolla bajo el régimen de una monotonía uniforme, sino a través de modos extraordinariamente diversificados de sociedades y de civilizaciones. Esta diversidad intelectual, estética y sociológica, no está unida por ninguna relación de causa-efecto a la que existe en el plano biológico, entre ciertos aspectos observables de agrupaciones humanas; son paralelas solamente en otro terreno.
II. EL RACISMO EN EL PERÚ
2.1 HISTORIA DEL RACISMO EN EL PERÚ
2.1.1 ÉPOCA COLONIAL
Antes de la llegada de los españoles existían diferencias entre los diversos pueblos que vivían en el Perú, diferencias que muchas veces podían expresarse mediante la guerra. Sin embargo, el racismo, tal como lo conocemos actualmente es básicamente un legado de la Conquista.
Los españoles consideraban que los indígenas eran inferiores porque no tenían escritura, ni armas de fuego, ni conocían la rueda. Además, practicaban sacrificios humanos y el incesto. Los españoles estaban convencidos que los rasgos físicos de los indígenas reflejaban su inferioridad y que por lo tanto estaban destinados a servirles.
La conquista implicó la destrucción de las huacas y otras expresiones religiosas indígenas que eran consideradas manifestaciones de idolatría o culto al demonio. Sin embargo, debe señalarse que los españoles reconocieron muchas prerrogativas a los caciques, ya que a través de ellos podían dominar a los demás indígenas.
Al ser considerados, contradictoriamente, como súbditos del rey de España los indígenas no podían ser vendidos como esclavos, sin embargo, muchos de ellos eran obligados a trabajar duramente en obrajes y especialmente en la mita, donde morían víctimas del excesivo trabajo, mala alimentación y maltrato en general.
Por otro lado, los españoles como los demás europeos, consideraban que los negros como "seres inferiores", podían ser sometidos a la esclavitud, capturando a millones de ellos en las costas africanas y trasladándolos al continente americano para venderlos como esclavos.
La administración virreynal mantenía a la sociedad peruana en estado de segregación, es decir que en toda la vida cotidiana existían normas que señalaban dónde podía uno vivir, en qué podía trabajar, qué ropa debía llevar, a qué iglesia podía acudir, y si podía estudiar dónde debía hacerlo de acuerdo a su origen étnico y condición social. Situación privilegiada que era otorgada solamente a los hijos de los caciques, tal es el caso de Túpac Amaru que acudió al Colegio de Príncipes del Cusco.
Sin embargo, la segregación no pudo ser absoluta, el mestizaje se mantuvo durante toda la dominación española, situación que en buena medida se mantuvo porque el número de mujeres españolas que llegaron al Perú siempre fue muy inferior al de los varones. Los diversos mestizos, hijos de estas uniones, no tenían un lugar preciso en la estructura social colonial. Llegándose incluso a tratar de establecer una "clasificación rígida" (cuarterones, mulatos, zambos, etcétera), pero la realidad fue mucho más compleja. En la práctica, de acuerdo a circunstancias individuales, algunos serían tratados como españoles y otros como indígenas.
En cuanto a los esclavos negros, algunos de ellos lograron escapar de los españoles y se convirtieron en fugitivos o cimarrones, estableciéndose en poblados autónomos y aislados, que siguen
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