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Escuela De Tiempo Completo


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2013  •  2.019 Palabras (9 Páginas)  •  549 Visitas

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“UNA ESCUELA DE TIEMPO COMPLETO”

Ponente: José Jesús Flores Castro

ANTECEDENTES

La educación es el vehículo que permite transmitir y al mismo tiempo renovar la cultura, los valores y el acervo de conocimientos que le dan sustento. Por otro lado, es generadora de riqueza, fomenta la convivencia democrática, debe promover el respeto a las diferencias individuales y debe contribuir a la erradicación de prácticas de discriminación con el fin de garantizar la cohesión social.

Conforme lo dispone la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en particular en su Artículo Tercero, es obligación de Estado garantizar el derecho de todos los mexicanos a recibir educación: Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -federación, estados, Distrito Federal y municipios-, impartirá educación básica. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria.

Por su parte, la Ley General de Educación precisa:

Artículo 4to.: “Todos los habitantes del país deben cursar la educación preescolar, la primaria y la secundaria”

Artículo 33. Para cumplir con lo dispuesto en el artículo anterior, las autoridades educativas en el ámbito de sus respectivas competencias llevarán a cabo las siguientes actividades:

I.- Atender de manera especial las escuelas en que, por estar en localidades aisladas o zonas urbanas marginadas, sea considerablemente mayor la posibilidad de atrasos o deserciones, mediante la asignación educación preescolar, primaria y la secundaria….”de elementos de mejor calidad para enfrentar los problemas educativos de dichas localidades

IV.- “Prestarán servicios educativos para atender a quienes abandonaron el sistema regular, que faciliten la terminación de la

2 El interés en que la población rural reciba una educación de calidad y pertinente fue la base para que en 1972 se creara el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) a fin de diseñar y operar programas educativos alternativos para la población rural que habita en localidades de 150 habitantes o menos. En 1990 inicia la atención a la población infantil migrante, conformada por mestizos e indígenas, que emigran en busca de subsistencia a las regiones agrícolas con tecnología de punta y que se encuentran, prioritariamente, al noroeste del país.

A continuación se aportan algunos datos estadísticos derivados de estudios realizados por el PROAJAG de la SEDESOL.

• Los indígenas representan el 40.4% de la población jornalera agrícola. En términos generales, se ha observado que cerca de 79.0% de la población jornalera indígena pertenece a los grupos étnicos mixteco, nahua y zapoteco; el 16.0%, aproximadamente, son totonacos, triquis, mazatecos, tlapanecos y tepehuanos, mientras que el 5.0 % restante se distribuye en otras 16 etnias.

• Se estima que del total de la población jornalera migrante (3.4 millones), aproximadamente 1.2 millones son niños y jóvenes menores de 18 años. No se ha logrado precisar cuántos de ellos han asistido a la escuela de manera regular o nunca han recibido atención educativa.

• En una encuesta aplicada por el PROAJAG a 128,084 migrantes se obtuvo la siguiente información: 22.5% (28,646) eran menores de entre 6 y 14 años de edad, de los cuales 52.1% eran niños y el 47.9%, niñas. Por otra parte, el 17.3% de la población estaba integrada por menores de 0 a 5 años, mientras el 60.2% restante, por personas de 15 años y más.

• La población jornalera agrícola está integrada en su mayoría por jóvenes; según la encuesta citada, solamente el 7.5% tiene 45 años o más. Finalmente, cabe señalar que el 42.6% eran mujeres y el 57.4%, hombres.

3 El componente étnico de la población migrante es marcadamente indígena y ha dejado de ser individual para convertirse en un fenómeno familiar. En la actualidad familias completas: padre, madre e hijos e hijas salen de sus lugares de origen para buscar mejores condiciones de vida en otro lugar. Por lo general son familias jóvenes con hijos, casi siempre menores de catorce años.

Año con año miles de familias de los estados del sur y sureste de México se trasladan temporalmente a campos agrícolas del noroeste del país, para obtener un ingreso que les permita satisfacer algunas de sus necesidades más elementales de sobrevivencia. El jornalero agrícola y su familia, enfrentan una seria problemática que tiene su origen en la miseria y marginación que viene enfrentando el agro mexicano en todo el país. Falta de empleo, pocas o nulas condiciones de bienestar en diferentes aspectos como, educación, salud, abasto, vivienda y servicios públicos, entre otros, los impulsa para desplazarse de su lugar de origen.

La población infantil es quien más intensamente sufre las consecuencias y la pobreza extrema, afectando sensiblemente su salud y por ende su desarrollo. Los padres y madres de estos pequeños deben cumplir con sus labores en el campo.

Durante este proceso suceden varias situaciones: son dejados sin atención y el cuidado necesario, ya que son “encargados” a sus hermanos mayores o llevados al campo, sufriendo así las inclemencias del clima y del trabajo al intentar “ayudar” a sus padres. Aún cuando el trabajo infantil no se reconoce como práctica cotidiana dentro de los campos agrícolas, el trabajo es el mismo. Involucra a toda la familia jornalera. Todos los miembros trabajan, las labores son diferenciadas por las características de edad y sexo. Sin embargo, el trabajo infantil es una realidad que implica, en mayor o menor grado, la violación de los derechos infantiles.

4 Los niños comienzan a trabajar entre los 6 y 9 años, desde ese momento se les considera jornaleros, aunque su contratación depende más de su capacidad física que de su edad. La intervención de mano de obra femenina en los campos agrícolas juega un papel muy importante, pues su aportación viene a ser significativa para la economía familiar; sin embargo, cualquiera que sea la situación de las madres trabajadoras, al irse al campo dejan a sus hijos al cuidado de los hermanos mayores que en muchos casos no rebasan los seis años de edad. La decisión de migrar ocasiona que los niños y las niñas migrantes queden excluidos de los sistemas educativos tradicionales, debido a que al trasladarse a la zona de atracción deben abandonar la escuela en su comunidad de origen. La movilidad, la constante adaptación

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