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Estado, Democracia Y Situacion Politica En Mexico Hoy En Nuestros Dias.

jona647 de Abril de 2015

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A continuación se presenta una pequeña reflexión de 3 preguntas que dan una resumida respuesta acerca de conceptos relacionados con la ciencia política así como una visión de lo que esta ocurriendo hoy en nuestros días en el sistema político mexicano.

Sin negar los componentes esenciales de la visión clásica de la política, los pensadores modernos sí imprimieron diferencias notables en su reflexión. Y es que no sólo se modificó la esfera de las ideas sino que se configuró un horizonte político en muchos aspectos novedoso. La modernidad, inaugurada en 1492 con el descubrimiento y la posterior conquista de América, establece un nuevo panorama de referencia para la comprensión teórica de la política. Estos nuevos caracteres despuntan en la Italia renacentista -de donde procede Colón- con la obra de Nicolás Maquiavelo. El genio florentino argumenta que él no parte de repúblicas soñadas que jamás existieron ni existirán. Su punto de partida, en cambio, son los hombres tal y como son y no como deberían ser. De ahí que un príncipe, en su tarea de organizar la vida pública, deba aprender a ser malo. La política es un arte que requiere de la sabiduría y precisa de una técnica: es necesario combinarla astucia de la zorra y la fuerza del león, las buenas armas y las buenas leyes. He ahí la nueva orientación de la política. Ya lo diría Weber mucho tiempo después pero en la misma línea: quien se mete en política tiene que aprender a convivir con los demonios.

Tras las huellas de Maquiavelo, pero ubicado en otro espacio -Inglaterra- y en otro tiempo -el siglo de los "grandes sistemas", el XVII- Thomas Hobbes quiere hacer de la reflexión sobre la política una ciencia con la precisión y exactitud semejante a la de las ciencias experimentales de su época. Es así que pretende encontrar una regularidad en las acciones de los hombres que le permita establecer la mecánica de la política. Y es así que cree descubrir en la subjetividad humana, específicamente en el miedo y en el deseo, los elementos centrales de donde emana la naturaleza de la política. De ahí parte la construcción racional del Leviatán como aquel ser de mayores dimensiones que los hombres naturales y que literalmente incorpora a los ciudadanos." Ese Leviatán no es sino el Estado dotado del poder supremo. Ese poder, sin embargo, no proviene de una divinidad extraterrenal sino del consenso de los individuos que lo forman.

La política entonces, se funde con el Estado.Todo esto deja abierta la construcción de una parte no política de la vida humana. Se trata de la dimensión de la vida privada, dominada sobre todo por el intercambio de las mercancías. La política se escinde, entonces, de la esfera productiva; deja de abarcar el proceso de construcción de lo humano. Algún tiempo después, Marx caracterizaría este proceso como el desgarramiento de los seres humanos en dos mundos: el cielo del mundo político o de la comunidad estatal donde todos son libres e iguales, y el mundo de la vida productiva donde son profundamente desiguales y entablan entre sí relaciones de dominación meta políticas. Al mismo tiempo, la dominación política deviene legítima porque en ella participarían todos los ciudadanos en igualdad de condiciones y, presuntamente, de manera racional. Y es que, en la vida práctica se estaba construyendo el moderno estado representativo que hacía de la elección, opción o selección, habitualmente a través del voto -que luego devendría universal - su elemento sustancial y definitorio. La política reducía su ámbito de acción. Los individuos sólo esporádicamente intervenían en ella. Con todo, las protestas, movimientos, rebeliones y revoluciones modernas hicieron entrar abruptamente en la política a los hombres comunes, a los pobres, a los desposeídos.

El socialismo, con sus diversos matices, también vio en la política el terreno natural de la lucha por la reconstrucción del orden social y del mundo. Además, el socialismo y el anarquismo revivieron la dimensión utópica como componente de la política, ya presente, como vimos, en la visión clásica.

Escribe la diferencia entre ideal de estado y gobierno y la existencia real del sistema político mexicano.

La inmersa literatura existente acerca de la política y el estado es una muestra clara de la importancia que los seres humanos, a lo largo de la historia, le han concedido a estos dos temas. múltiples son las maneras de entender la política y el estado; múltiples las corrientes de pensamiento involucradas en la discusión; múltiples igualmente son los intereses que cada autor ha puesto en la reflexión sobre la política y el estado; múltiples,

en fin, los mundos de la vida y las consecuencias practicas desde los que y para los cuales se ha pensado la política y el estado. ¿Quién tiene la razón?, ¿Quién puede arrogarse para si la posesión de la verdad?, ¿Quién ha dicho la ultima y definitiva palabra sobre la política y el estado?. Pues bien el manejar a un solo autor con su propia definición seria como ser un poco envidiosos al no aceptar varios puntos de vista es por eso que vienen a dar respuesta positiva los grandes clásicos del pensamiento político porque ellos han sido genios constructores de sistemas que no solo fueron útiles para interpretar su época sino, al mismo tiempo, para que otros seres humanos, de otras épocas y lugares, reflexionaran sobre la política y el estado. Algunos de estos grandes clásicos han contado con el privilegio de que sus ideas políticas hayan sido consideradas como validas, correctas, verdaderas o adecuadas para explicar, comprender o interpretar el mundo político y estatal .

La ciudad-estado de Atenas es considerada como el inicio de lo que hoy llamamos Estado. Los ciudadanos eran los que se encargaban de hacer política, debatiendo sobre asuntos de interés común en función de la polis misma, considerada como el bien común de toda la sociedad. Lo que diferenciaba a los ciudadanos de los que no lo eran, era la capacidad de participar en la vida política. Se los llamaba Zoom Politikon (animal social).

Para los griegos, la capacidad del hombre para la organización política se opone a la asociación natural cuyo centro es la familia y el hogar. La esfera privada esta llena de violencia y necesidades; en contra posición con la esfera pública, donde el hombre es libre y capaz de relacionarse política y socialmente.

Un gran filósofo griego, Platón, planteaba su ideal de Estado como una ciudad justa, donde la justicia fuera el valor esencial de la población y de los gobernantes. Esto no quiere decir que hable de una homogeneidad a nivel social, sino que él consideraba que cada parte de la sociedad cumplía una función determinada y necesaria para conseguir esa ciudad justa. Al contrario, para Aristóteles, la polis es el último eslabón de la evolución de las asociaciones humanas. Su ideal de estado es una ciudad donde todos los ciudadanos obedezcan y manden al mismo tiempo, considerando como sostén a las clases medias. Siglos mas tarde, en 1513, Maquiavelo escribirá “El Príncipe”, una de las obras que marcaron el comienzo de lo que serán los Estados modernos; en un intento para la unificación de Italia. Maquiavelo, consideraba que debía gobernar el más fuerte o el mas astuto, sabiendo administrar la combinación justa de ambos. Un hombre llegaba a tener el poder por su talento y su crueldad, o por el buen uso de su fortuna. En este libro, el autor ofrece puntos clave para ser un buen gobernante y para mantenerse en el poder, apartándose entonces, de las ideas de bondad y justicia que antiguamente eran la base del estado.

A partir de la idea que brindó Maquiavelo sobre el príncipe, surgen varias teorías sobre el origen del poder que este soberano tiene. Por una lado la de origen divino, y por el otro la contractualista. Las teorías religiosas justifican al príncipe, considerando que Dios elige a las personas o a los grupos de gobernantes, otorgándoles un poder sobrenatural. La ley debía ser obedecida por ser mandato de Dios. El contractualismo, en cambio, sostenía que el estado y todo lo que lo rodea no provenía de un ser superior (de hecho, casi todos los contractualistas eran ateos), sino de la razón humana. Consideran que los hombres crean un Estado libre y que su única justificación radica en el pacto o contrato político y social que les da nacimiento. El Estado es el producto del libre acuerdo de voluntades de una sociedad. Por lo tanto, el estado es construido y no obtenido.

Hobbes, autor contractualista, se remite a una utopía para explicar lo que sucede en su época. Para él, el contrato es una forma de poner limite a la guerra entre hombres (donde el “hombre es el lobo del hombre”) en su estado de naturaleza, donde cada individuo renuncia a todos sus derechos (excluido el derecho a la vida), y se los entrega al soberano o Leviathan. Este establece la paz y justicia entre los hombres.

Locke, utiliza los mismos elementos que Hobbes pero con la diferencia que para él, en el estado de naturaleza los hombres no viven una eterna guerra, sino que viven el paz, cooperando unos con los otros. Pero dentro de este estado natural hay individuos irracionales que no quieren escuchar la ley Natural, rompiendo así con la armonía. La gente teme por sus propiedades y para evitar hacer justicia por mano propia entregan ese derecho (el de ajusticiar) al soberano.

El contrato entonces lo que hace es crear una gobierno civil, con leyes civiles que rijan para todos. Ya no mandará el soberano sino las leyes.

A diferencia de Locke y Hobbes, que escriben

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