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FUNDAMENTOS DE AUDITORÍA


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2014  •  Tesis  •  2.045 Palabras (9 Páginas)  •  236 Visitas

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NOMBRE DEL ALUMNO:

YAZMIN DE LA CRUZ MÁRQUEZ

MATRICULA:

20130015

CARRERA:

TSU. EN CONTADURÍA

GRUPO:

D

CUATRIMESTRE:

4

MATERIA:

FUNDAMENTOS DE AUDITORÍA

DOCENTE:

LC. ABRAHAM ESPINOSA HERNÁNDEZ

FECHA DE ENTREGA:

-09-2014

RESUMEN “FOBAPROA”

EL Fondo Bancario de Protección al Ahorro fue creado en 1990 como parte de las medidas que antecedieron la reprivatización del Sistema Bancario Mexicano.

Es heredero de otro fondo similar, constituido para los bancos nacionalizados: el FENAPRE. Se trataba de un instrumento preventivo, "una combinación razonable de protección al ahorro e incentivos a los inversionistas, para supervisar el desempeño de las instituciones financieras". Sin embargo, tras la crisis iniciada en noviembre de 1994, el FOBAPROA se utilizó como instrumento correctivo formando parte de los programas para remediar a los bancos cuya cartera era incobrable.

Los principales programas de apoyo a los bancos por medio del FOBAPROA, fueron los de capitalización y compra de cartera de créditos de bancos, y los de intervención y saneamiento.

El FOBAPROA adquirió derechos sobre una cartera seleccionada por los bancos, aunque éstos mantuvieron la responsabilidad de la cobranza y la administración de los créditos.

"Se decidió realizar trece intervenciones y no declarar una sola quiebra. El FOBAPROA tuvo que aceptar las pérdidas de nueve instituciones intervenidas, que ascendieron a 69,833.6 millones de pesos (MDP) y, adicionalmente, aporto 11,348.1 MDP, como capital necesario para que, una vez saneadas las instituciones, pudieran seguir operando y se vendieran como negocio en marcha. Así, "en vez de que las instituciones fueran deudoras de la nación, la nación se convirtió en deudora de las instituciones bancarias".

A mediados del año 2001, los pasivos del FOBAPROA ascendían a 754,761 millones de pesos, que se sumaban a los 734,344.2 MDP de la deuda pública interna, además de los 82,696.9 millones de dólares de la deuda pública externa . Con la deuda suscrita en el curso del rescate bancario, el gobierno realizó erogaciones en efectivo equivalentes a 168,000 millones a junio de 1999.

Los intereses anuales que deberán pagarse por este adeudo heredado del FOBAPROA ascienden aproximadamente a 15,000 millones de pesos, equivalentes a una sexta parte de los ingresos del Gobierno Federal.

La nula disposición para rendir cuentas claras de las operaciones realizadas y los recursos públicos comprometidos provocó que el rescate bancario se convirtiera en un problema político de grandes proporciones.

Costo fiscal

Aunque es muy difícil hacer los cálculos con precisión debido a su complejidad, es indudable que el dispendio observado como consecuencia de la intervención gubernamental, fue considerablemente menor al que hubiera representado el colapso del sistema bancario.

"El drástico aumento de las tasas de interés que se registró en los mercados financieros durante esos meses de 1994 hizo que muchos deudores, incluyendo a muchos que hasta ese momento se encontraban al corriente de sus compromisos con los bancos, incurrieran en retrasos. El colapso del sistema bancario pudo evitarse gracias a la intervención del gobierno, que impidió primero una crisis de liquidez y, más tarde, permitió que los bancos eliminaran de sus balances una parte importante de sus carteras vencidas, a cambio de que sus accionistas incrementaran su capital. En algunos casos, no quedó otra alternativa que proceder a la liquidación de las instituciones mediante mecanismos diversos de venta y fusión. En otras, la transferencia se hizo de manera directa entre los viejos y los nuevos dueños, con la modalidad de que los viejos accionistas aportaran una pequeña fracción del nuevo capital y quedaran como parte minorista. Este es el caso sobre todo de los bancos Probursa y Mexicano, que pasaron a control de BBV y Santander". [6]

Un componente del costo fiscal está representado por los impuestos diferidos que tiene los bancos a su favor, como consecuencia de las reservas creadas para riesgos crediticios. Como consecuencia, los bancos que tiene esos créditos podrán descontarlos de sus utilidades de los próximos años, lo que significa que el gobierno no percibirá los impuestos correspondientes.

De rescate bancario a deuda pública

Como se sabe, el escándalo estalló cuando, a finales de marzo de 1998, el gobierno solicitó al Congreso de la Unión la conversión de la deuda del FOBAPROA en deuda pública. El argumento central para defender esta demanda fue la necesidad de evitar una crisis más profunda. La controversia sobre el FOBAPROA se extendió a lo largo de los nueve meses que siguieron a la presentación de la iniciativa.

"Al cabo de ese largo periodo, el Partido Acción Nacional (PAN) cedió. El 12 de diciembre de ese mismo año unió sus votos a los del PRI para aprobar dicha conversión y la sustitución del FOBAPROA por el IPAB.

"Los pagares estaban en manos de los banqueros y el gobierno debía pagarlos, por esta razón se convino aumentar la deuda pública en 552,000 millones de pesos".

“El IPAB sigue siendo el instrumento de las prioridades y decisiones de la administración. El IPAB está funcionando sin la presencia del gobernador del Banco de México y el presidente de la CNBV, como resultado de la disposición incluida en el Articulo segundo transitorio de la ley que lo creó, mismo que prohíbe la participación de funcionarios involucrados en el FOBAPROA".

Banqueros y gobierno

Muchos banqueros fallaron a la confianza que se depositó en ellos al realizar operaciones cruzadas. No les importó el prestigio ni el daño que estaban provocando en el sistema bancario, al que ingresaron con el objetivo de obtener ganancias en el corto plazo y no con el propósito de mantenerse como banqueros de largo plazo.

"En el FOBAPROA el gobierno revolvió, en una sola gran canasta, los créditos cobrables con los incobrables, los regulares con los irregulares, los justos con los injustos, los buenos con los malos, tanto de la Banca Privada intervenida (Confía, Unión, Cremi, Banpaís, Anáhuac, Centro, Oriente, Obrero, Interestatal, Sureste, Capital, Industrial, Pronorte; Inverlat) como de la Banca no intervenida (Banamex, Bancomer, Bital, Serfín, Santander Mexicano. Probursa) y, junto con el rescate carretero (ICA, Bufete Industrial, Tribasa, G.M.D.), todo esto llegó a un monto conocido en ese entonces de 552,300 millones de pesos y en diciembre de 199 la suma ascendía a 900,000 millones de pesos". [10]

"En

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