Futbol En La Vida

Para muchos un deporte… para mí un estilo de vida.

“Dios me dio el don de jugar al fútbol, y el resto lo conseguí porque me cuidaba y me preparaba.” Pelé.

Mi pasión por el futbol, recuerdo que desde los siete años, me gustaba mucho correr, saltar, pero sobre todo golpear con el pie aquellos esféricos que me regalaban mis padres, que para mí era como si me regalaran oro, pues por las tardes me la pasaba jugando con mis amigos y vecinos, después de hacer mi tarea y demás obligaciones.

En ocasiones jugaba en la cancha que está en el arque frente de mi hogar, siempre y cuando habría oportunidad, pues lo grandes quienes eran los jóvenes que en su mayoría eran de secundaria no nos dejaban jugar en la o solamente nos dejaban si les prestábamos el balón pero nunca les ganábamos.

Y por lo tanto decidíamos jugar en la calle, utilizando como porterías dos piedras, dos bloques o dos botes grandes de basura, en ocasiones las vecinas se enojaban porque los tirábamos y regábamos la basura por la calle, recuerdo que pasábamos horas y horas jugando hasta que se oscureciera, porque el aburrimiento nunca nos llegaba.

Lo único que puede catalogar de malo de esos tiempos, es que los balones se nos ponchaban con las espinas de los árboles o los aplastaban los autos que iban pasando por la calle que en ese momento se convertía en nuestra cancha. Los porteros eran los que estaban atentos tanto al juego como a los carros que iban pasando, pues los jugadores estábamos concentrados en ganar el balón.

Recuerdo muy bien que no existían los empates, a nadie le gustaba perder, y nosotros mismos imponíamos nuestras reglas, y decidíamos cuando había mano, una falta y hasta penal; cuando había partidos de los equipos profesionales que pasaban por la televisión, nos juntábamos en alguna casa de un amigo a verlas jugadas y tratar de imitarlas jugando entre nosotros incluso por ese momento nos cambiamos el nombre por el de los jugadores.

Y así con el tiempo seguíamos jugando en la calle y en la cancha. A los 10 años junto con un amigo decidimos entrar a una escuela de futbol ubicada en el municipio de san pedro, solo dure tres meses porque no me gusto que mis demás compañeros no compartieran el balón, todos jugaban bien pero no sabían hacer equipo.

Entonces fue que un vecino, amigo dese la infancia de mi hermano, me invito a jugar con su equipo que era de la categoría 94-95, de edades de siete y ocho años, el equipo se llamaba el nuevo amanecer, fue entonces ahí que pase parte de mi infancia y tiempo libre, pues desde los ocho años hasta los doce estuve en el quipo.

Éramos alrededor de quince jugadores, el uniforme era amarillo con blanco parecido al de los tigres, por las mañana asistía a la escuela y al llegar de esta, enseguida realizaba mi tarea y comía para poderme ir a entrenar con el equipo a un campo

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