HISTORIA DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN ESPAÑA DESDE EL TARDOFRANQUISMO A LA TRANSICIÓN
Iria FlvResumen16 de Diciembre de 2019
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HISTORIA DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN ESPAÑA DESDE EL TARDOFRANQUISMO A LA TRANSICIÓN
En este artículo se analiza la evolución de la Prevención de Riesgos Laborales durante la última década de la dictadura franquista hasta la transición a la democracia.
La prevención de riesgos laborales es una elaboración realizada por las sociedades según como estas perciben las enfermedades y riesgos que conllevan el ejercer una determinada profesión.
En España la temática acerca de la Prevención de Riesgos Laborales comienza a desarrollarse a principios del siglo XX, a pesar de que el problema de salud laboral siempre había sido una preocupación.
Durante el período franquista las políticas de prevención quedaron enmarcadas bajo la filosofía dictatorial del momento, siendo la Administración la figura primordial en cuanto a la regulación de las políticas de relaciones laborales y no tanto los propios trabajadores. Aun así, la política franquista tomó algunas medidas importantes como la Ley 193-1963, de 28 de diciembre, “sobre Bases de la Seguridad Social” llevando a cabo un sistema de cobertura a la población en su conjunto, mejorada ésta con la Ley de Relaciones Laborales de 1976.
En los últimos años del franquismo se produjo un giro radical en cuanto a la seguridad y salud en el trabajo al promoverse una legislación para las acciones preventivas del riesgo laboral y al ponerse al servicio del mercado de trabajo los medios humanos y técnicos dedicados exclusivamente a la prevención laboral. Así, en los años 70, se creó el Plan Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo, entre sus acciones destacaban las acciones preventivas, asesoramiento y formación tanto en aspectos técnicos como sanitarios.
El Plan Nacional fue adquiriendo cada vez más importancia hasta ser incluido en la Ley General de Seguridad Social que reconoce la Higiene y Seguridad del Trabajo como Servicio Social que debía prestar el Sistema de Seguridad Social, cuyo objetivo era reducir o eliminar los riesgos que pudieran producirse en los diversos ámbitos profesionales.
Desde 1971 hasta 1975 dependió de la Dirección General de la Seguridad Social, del Ministerio de Trabajo. Se dotó al Plan de una Dirección Ejecutiva, se crearon Institutos Territoriales de Higiene y Seguridad del Trabajo, así como Consejos Provinciales de Higiene y Seguridad del Trabajo, y unos Gabinetes Técnicos Provinciales de los que dependían los Centros de Higiene y Seguridad del Trabajo, los encargados de facilitar los servicios preventivos a los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas. Durante este periodo de puesta en marcha del Plan Nacional, la principal acción preventiva fue la extensa labor desarrollada a la acción formativa en las empresas y la organización de actividades divulgativas con el fin de movilizar y concienciar a la población sobre la siniestralidad laboral.
En 1982, después de haber pasado por una serie de transformaciones, el Plan Nacional pasa a denominarse Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Este cambio muestra la influencia de la Constitución del 78- que implantó un nuevo modelo territorial, la España de las autonomías- y del Estatuto de los Trabajadores de 1980, encargado de hacer compatible la legislación laboral con el nuevo sistema de relaciones laborales defendido en la Constitución. Se reconoce el derecho del trabajador a la Seguridad e Higiene en el trabajo como una condición que debía de estar recogida en el contrato de trabajo.
En cuanto a las competencias, el Instituto Nacional quedó adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y dependiendo de la Subsecretaría de Empleo y Relaciones Laborales por medio de su Dirección General de Trabajo.
La incorporación de España a la Unión Europea el 1 de enero de 1986 significó un gran cambio para el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, porque la “seguridad y salud en el trabajo”, como se conoce en el ámbito comunitario a la seguridad e higiene, ha sido objeto de interés por la Unión Europea desde su puesta en marcha en la década de los cincuenta, lo que permitió revitalizar al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, muy debilitado tras las transferencias a las Comunidades Autónomas. El Instituto Nacional será el encargado de adaptar la legislación española a la normativa europea ya vigente.
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