HUMANIZACIÓN Y CULTURA, PRINCIPALES DESAFÍOS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 4.0

HUMANIZACIÓN Y CULTURA, PRINCIPALES DESAFÍOS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL 4.0

En una sociedad marcada por economías globalizadas y digitales en las que, como clientes, demandamos mayor personalización, el mayor reto al que se enfrentan las empresas es, precisamente, situar a las personas como eje principal. No obstante, esta revolución demanda una evolución multidireccional, no solo enfocada en las personas, sino también en el cambio de mentalidad y en la tecnificación de herramientas y procesos con el objetivo de sobrevivir con éxito a esta nueva etapa.

“Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío penetrante, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante y escasas posibilidades de regresar con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”. La frase, atribuida al explorador Henry Shackleton, resume en cierta medida lo que nos depara el futuro. A excepción de las escasas posibilidades de regresar con vida, claro, el principal reto estratégico se centra -o debería-, en poner a la persona en el centro de toda actividad, ya sea como “empleado, clientes, proveedores, comunidad o sociedad en general”, tal y como indica Schwab al referirse a los stakeholders en su artículo “Manifiesto de Davos 2020: El propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial” (Schwab, 2019).

La Cuarta Revolución Industrial trae consigo una época de cambios envueltos en cierto halo de misterio, los denominados entornos VUCA, un término -en plena vigencia hoy en día- acuñado por el ejército de Estados Unidos para definir situaciones inciertas, desconocidas, volátiles y ciertamente complejas. (The U.S. Army War College: Military Education in a Democracy, 2002) para

Precisamente, es en este entorno donde las empresas deben, primero, ser conscientes de los cambios que se avecinan como vía para ganar en agilidad estratégica y dar respuesta a esos nuevos interrogantes. Estos interrogantes, como señala Marta García Aller en su libro “El fin del mundo tal y como lo conocemos” (García Aller, 2017), se caracterizan por la rapidez con la que se suceden: “(…) hay que mostrar las grandes tendencias que ya están aquí y cómo nos están cambiando la vida a una velocidad de años de perro. Suceden tantas cosas que cada año que pasa parecen siete. Entendiéndolo mejor podremos prepararnos para lo que viene”.  

En este sentido, cabe señalar que el 5G va a suponer un elemento disruptivo que va a repercutir no solo en la cultura de compra, sino también en los sectores sanitario, de ocio, de la comunicación, o automovilístico, por citar solo algunos. Una tecnología que va a favorecer el crecimiento exponencial en lo que a la competitividad de las empresas se refiere por la apertura de desafíos y oportunidades que, se presupone, va a traer consigo.  

Teniendo en cuenta este primer punto, se debe abordar otro reto principal: poner el enfoque en las personas como vehículo a la excelencia; un foco que debe estar dirigido en todas direcciones, pero primero, al equipo interno, si no el más importante, uno de los pilares más importantes de la empresa. Se trata, en este punto, de ser capaces de cultivar en el equipo una cultura acorde a los desafíos existentes. Nada como las palabras de Richard Park, veterano ejecutivo de Disney, para entenderlo perfectamente: “no ponemos a la gente en Disney, ponemos a Disney en la gente”. (Disney, 2005).

NOSCE TE IPSUM

Una vez perfilados los retos primigenios, a las empresas les corresponde dar el siguiente paso: hacer un autoanálisis para situarse en el mapa, marcarse objetivos y plantear las vías más eficientes y eficaces. ¿Estoy preparado, desde el punto de vista tecnológico, para afrontar con ciertas garantías estos nuevos tiempos? ¿Sé cómo aprovechar los recursos que tengo actualmente? ¿Y qué hay de los recursos ajenos a mi compañía?

Efectivamente, uno de los desafíos empresariales para poder aportar valor añadido en cualquier transacción reside en conocerse uno mismo. (“Nosce te ipsum”). Y más tras unos meses de inestabilidad que ha puesto a prueba hasta a las brújulas más potentes. En estas circunstancias, la primera parada de este recorrido de autoconocimiento la encontramos en la digitalización, una de las claves para la supervivencia y la apertura a nuevas oportunidades de negocio. (Economía Digital, 2021)

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