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Historia Latinoamericana

ligiarojasmedina28 de Abril de 2014

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Índice:

Analizar la situación económica, política, social y cultural de América Latina durante la segundamitad del siglo XX

Estudiar la estructura demográfica en la región latinoamericana en el siglo XX.

Identificar las migraciones internas.

Comprender la relación campo – ciudad.

Analizar los procesos de industrialización y urbanización en los países latinoamericanos.

Analizar el proceso de Globalización.

Estudiar el desarrollo de las Políticas Neoliberales.

Explicar los proyectos de integración latinoamericana.

Analizar la situación económica, política, social y cultural de América Latina durante la segunda mitad del siglo XX

Losmovimiento de los países de América Latina y el nuevo orden internacional de los países desarrollados podrían servir, en principio como boleto de partida para analizar la situación de los vaivenes y debates en torno a los temas económicos, políticos, sociales y culturales en la segunda parte del siglo veinte, territorio histórico por excelencia de la expansión a nivel social de los de los medios masivos de comunicación en todo el mundo.

Desde el propio triunfo revolucionario cubana de 1959, los EEUU iniciaron una política de enfrentamiento y aislamiento de la Revolución Cubana. Emplearon instrumentos como la OEA (Cuba es expulsada de este organismo en 1962) y lanza la Alianza para el Progreso durante la conferencia de Bogotá de 1960, proponiendo ayuda económica a cambio de excluir a Cuba del sistema interamericano. Los créditos "suaves" otorgados bajo este programa marcaron el inicio del proceso de endeudamiento externo creciente de los países latinoamericanos. Por otro lado, esa ayuda se encaminaría no al desarrollo económico, sino principalmente a realizar obras de infraestructura, sin diversificar y fomentar las economías latinoamericanas. Esta estrategia, a fin de cuentas, beneficiaba ante todo a las corporaciones norteamericanas.

El correlato político-estratégico de esta tendencia se da a principios de los sesenta en Latinoamérica con la denominada

"Alianza para el Progreso" impulsada por el ex presidente norteamericano John Kennedy.

El plan Kennedy era movilizar cuantos recursos hicieran falta – por lo menos tantos como los destinados al plan Marshall – y lanzar una campaña publicitaria de grandes proporciones capaz de presentar la Alianza para el Progreso como una alternativa concreta frente a la Revolución Cubana (1959). O "revolución en libertad" o "revolución comunista".

El presidente Kennedy afirma que la Alianza para el Progreso quiere que se realice la reforma agraria y se ponga fin a la explotación económica, por otro lado Fidel Castro en la Habana de los primeros años de la Revolución, en la última convención de la ONU en que Cuba pudo participar – Punta del Este (agosto de 1961) – el delegado cubano Ernesto Guevara atacó la orientación de la Alianza por no destinar la ayuda a un verdadero desarrollo económico escamoteando los problemas de fondo en América Latina.

Durante los años 60 y 70, al calor del ejemplo de Cuba, se produce un auge de la lucha guerrillera: Venezuela (el F.A.L.N. dirigido por Fabricio Ojeda), Perú, Brasil, Nicaragua (F.S.L.N.), Bolivia (Ernesto Che Guevara con su proyecto de Revolución Continental), Guatemala (Turcios Lima), Argentina (Montoneros), Uruguay (Tupamaros).

Se producen también brotes de nacionalismo revolucionario en las fuerzas armadas de Panamá (General Omar Torrijos), Guatemala (Turcios Lima y Marcos Yon Sosa), Perú (General Juan Velasco Alvarado) y Bolivia (General Juan José Torres).

Hay igualmente un auge del nacionalismo populista en Brasil (Presidentes Janio Quadros y Joao Goulart), Argentina (Presidentes H.Cámpora y J.D. Perón), Ecuador (Presidente José María Velasco Ibarra) en Guyana (Primer Ministro CheddiJagan) y en Jamaica (Michael Manley).

Muy significativa fue la experiencia del gobierno revolucionario de Salvador Allende en Chile.

Por consiguiente, en lo político, la rítmica serie de golpes de estado en el cono sur (Chile, Argentina. Paraguay, Uruguay y Brasil), tuvo como eje la consolidación de las oligarquías nacionales y regionales con los poderes centrales del globo. La fórmula, entonces, se subvierte: el estado no está en poder del pueblo, entonces regula, participa activamente y utiliza todos los medios a su alcance para minimizar el flujo informativo y propagandear su gesta patriótica, aconsejar a los padres cómo deben vigilar a sus hijos para que no se hagan guerrilleros o promocionar las ventajas de las economías liberales como paso previo para que las industrias nacionales crezcan.

Es allí, en cuanto al aspecto cultural nacionalista. Aquella política entendida históricamente como tendiente a privilegiar las formas culturales autóctonas, sean de extracción popular o erudita, a la preservación y la difusión de las tradiciones autenticas y más antiguas de un pueblo, se transforma en una fachada discursiva, convirtiendo nuestra cultura en una transculturación y lo que se ve por TV y se escucha por radio son series y música norteamericanas. Es paradigmático, en este sentido, el caso de los varios artistas folklóricos, que se vieron acosados, cuando no amenazados, exiliados o desaparecidos por las letras de sus canciones.Horacio Guaraní, Mercedes Sosa, Leda Valladares, Victor Jara, Violeta Parra, Chico Buarque o Ali primera eran para los gobiernos de facto los representantes del imperialismomas atroz

Mientras tanto, la historia del siglo seguía su marcha y las presiones del tercer mundo logran llevar el debate sobre la democratización de los centros de producción agrícola al seno de la UNESCO en el marco del INFORME MACBRIDE (comisión formada en 1978 para crear un consenso en torno a la acción política que debía llevarse a cabo acerca de estos temas). La importancia del informe no reside ni en las novedades que aporta al debate del fenómeno de la agricultura, ni en su utilidad para establecer un clima de distensión solicitado por la industriaagrícolas. Lo fundamental es que los países del Tercer Mundo (con conciencia de pertenencia) consiguieron la suficiente fuerza política para impulsar una comisión de investigación para estos problemas y hacer emerger, de esta forma, en la escena internacional una serie de temas que hasta ese momento pertenecían a debates de puertas adentro y que no habían sido reconocidos por la comunidad internacional.

Ya a finales de los ochentas cae El Muro de Berlin, se ven las Caras la bipolaridad en las estrategiaspolíticas mundiales acelera su cambio al ritmo del paulatino derrumbe de la ex URSS. Ya a principios de los 80, la idea de nación concebida fundamentalmente como unión indisoluble de territorio, lengua y estado aparece como un sonido estertóreo de un orden desvitalizado y anacrónico: el del proceso de reorganización nacional que comenzaba su debacle en la Argentina y llegaría a su fin dos años mas tarde con la locura de Malvinas.

En este sentido, la inclusión de los pactos internacionales (Pacto de San José de Costa Rica el 1/3/84, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos el 17/4/86, entre otros)

Estudiar la estructura demográfica en la región latinoamericana en el siglo XX.

Se denominan estructuras demográficas a los patrones o regularidades que pueden distinguirse en la distribución de la población sobre la superficie terrestre. Cada uno de los rasgos estructurales con que puede dividirse en distintos grupos a la población humana tienen interés para entender la dinámica demográfica y sus implicaciones en la planificación (económica, social, cultural, educativa) y en la administración de un país determinado. Se trata de un concepto de la demografía que, cuando sirve para emplear el método comparativo a nivel espacial o geográfico es, obviamente, un estudio que corresponde plenamente al campo de la geografía de la población.

En América Latina se subestiman los efectos del crecimiento de la población como problema para el desarrollo, la estabilidad política y el medio ambiente.

En 1900, América Latina tenía una población de unos 60 millones de habitantes; actualmente se aproxima a los 500 millones. La población latinoamericana se ha multiplicado consecuentemente más que por ocho en el siglo XX.

América Latina y el mundo se encuentran por lo tanto en una fase de dramático crecimiento del número de habitantes, a pesar de tasas decrecientes de fertilidad y crecimiento demográfico. Ello se debe principalmente a la inercia del crecimiento de la población como consecuencia de la Primera y segunda guerra mundial, factores de desarrollo económico en un determinado periodo, fecundidad, natalidad y migraciones

Identificar las migraciones internas.

Si bien la migración interna y el desarrollo siempre han estadoindisolublemente ligados, su vínculo actual es más complejo y diversoque el que tenían hasta la década de 1980, cuando el desarrolloproductivo, la modernización socioeconómica y la urbanizaciónse reforzaban mutuamente y la migración del campo a la ciudadmonopolizaba el cuadro de flujos migratorios. El elevado grado deurbanización de América Latina, la proporción de habitantes queresiden en zonas urbanas es la más alta del mundo después de Américadel Norte (Canadá y los Estados Unidos)—

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