Homosexualidad En La Historia

El derecho potencia la ordenación de la sociedad, en la que se producen una serie de cambios, produciéndose también en las normas jurídicas. El derecho pretende homogeneizar esta sociedad, “acompañar y compaginar las normas jurídicas al tiempo” de los cambios. Pero, ¿es esto así?, ¿verdaderamente el derecho integra a la sociedad?. No. La situación de los homosexuales y, por lo tanto, la homoparentalidad, ha estado excluida de esta sociedad.

La homosexualidad es una orientación sexual que se define como la interacción o atracción afectiva, emocional y sentimental hacia individuos del mismo sexo. La orientación sexual, se refiere a nuestro deseo sexual, que hace referencia al tipo de estímulos hacia los que las personas nos sentimos atraídos sexualmente, hacia los que se dirige nuestro interés sexual y con quienes tenemos o deseamos tener conductas sexuales.

La unión de dos homosexuales y la intención de crear una familia se denomina familia homoparental, que es aquella donde una pareja de hombres o mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños. Las familias homoparentales pueden ser padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o, en el caso de las mujeres, de la inseminación artificial.

Realmente el derecho actúa como obstáculo al cambio social, niega la libertad de cambios que afectan a los sectores menos favorecidos, los menos poderosos; al contrario que ocurre con los más fuertes.

La opresión es la acción de oprimir, es decir, la acción de presión sobre algo y la dominación o mando con autoridad excesiva o injusta.

En alguna de sus tesis, Hannah Arendt, (filósofa política alemana de origen judío) comenzó a estudiar el mal como problema político a través de las acciones que llevaban a cabo los régimenes de Hitler y Stalin, con el empleo del terror, la ficción ideológica, la manipulación de la realidad, de manera que se castigaron personas que no habían cometido delito alguno. Estos Estados Totalitarios crearon un verdadero entramado jurídico con el fin de mantenerse en el poder.

Durante las dictaduras europeas se ejerció una opresión contra algunos sectores de la población; la persecución de los homosexuales en la Alemania nazi fue un tipo de opresión ejercida sobre la premisa de que la homosexualidad era incompatible con la ideología nacionalsocialista porque los homosexuales no se reproducían y por tanto, no perpetuaban la raza aria.

La homosexualidad constituía una de las pruebas de degeneración racial en las que las autoridades debían poner todos los medios a su alcance para evitar su extensión.

Los nazis, perseguían a los homosexuales, e incluso en 1943 los comandantes de los campos de concentración recibieron autorización para castrarlos. Se basaban en el Párrafo 175 del código criminal alemán, que prohibía la indecencia anormal entre hombres. Los nazis ampliaron la ley y persiguieron a los homosexuales por sólo mirarse o tocarse.

Esta persecución se realizaba mayoritariamente en los campos de concentración

inspirados en el antecedente británico de África del Sur. Los prisioneros encerrados realizaban todo tipo de trabajo forzado y servían además de experimento para la investigación científica. Se les identificaba con un símbolo específico, un triángulo rosa, que estaba grabado en su uniforme y los clasificaba en una de las peores escalas dentro de los prisioneros.

Durante la dictadura militar de Mussolini no se introdujeron leyes condenando la homosexualidad, pero la sociedad continuó siendo profundamente homófoba, definiéndose la homofobia como la aversión obsesiva contra hombres o mujeres homosexuales hasta que el 18 de junio de 1931 se publica el real decreto n°. 773 que autorizaba «medidas de limpieza» contra todos aquellos que pusieran en peligro la moral y las buenas costumbres públicas.

Aquellos que eran condenados judicialmente por el decreto 773 corrían el peligro de ser deportados a una colonia de castigo, en islas de la costa italiana o en zonas montañosas, de 1 a 5 años.

En España, durante la dictadura militar de Franco en España, los homosexuales eran considerados delincuentes, sufrían insultos, agresiones y humillaciones además de ser víctimas de una represión estatal organizada que trataba de rehabilitarlos e incluso encarcelarlos en cárceles o colonias penitenciarias, que eran verdaderos campos de concentración. Primero, fueron oprimidos en virtud de la Ley de Vagos y Maleantes (extensión de 1954) y a partir de 1970, con la Ley de Peligrosidad y rehabilitación social.

Bajo estas dictaduras, en numerosos casos se otorgan a las autoridades eclesiales el control de la moral pública y privada. Esto incluye una ética sexual represiva hacia cualquier desviación sobre el modelo imperante de lo masculino o lo femenino.

El papel de la religión ha sido fundamental en la opresión de la homosexualidad. En la biblia, se narra la maldición de Dios a Cam y a sus descendientes a la esclavitud por castrar a Noé. Dicha historia, podría ser relacionada metafóricamente con la homosexualidad: “La razón al servicio de la religión, la religión al servicio de la opresión” (Eduardo Galeano: “La historia que duele”). Partiendo de esta frase, entenderíamos que ya que lo “racional” es el reconocimiento de la unión entre un hombre y una mujer, según se establece en la Biblia, todo lo demás queda fuera siendo despreciado, oprimido y “castigado” como es el caso de los homosexuales.

Además, debemos considerar que en la actualidad, una gran mayoría social, piensa que los hijos de las parejas homosexuales están “condenados” a ser homosexuales también, esto no es así, porque entonces deberíamos deducir que de padres heterosexuales sólo cabría esperarse hijos heterosexuales.

La familia (Conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal) es algo fundamental para el control de la sociedad. Si se controla la forma más básica de la sociedad, se puede

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