INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO ACADEMICO DE LOS HIJOS

INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO ACADEMICO DE LOS HIJOS

INTRODUCCIÓN

La familia, ese pequeño grupo de personas que comparten un hogar y una visión del mundo, es el modelo fundamental niño; a través de la convivencia diaria

“En el desarrollo social del niño se encontró que la calidad de las relaciones experimentadas en el hogar y en el colegio eran un determinante importante” (Moos, 1976, en Lau y Leung, 1992). Las familias son distintas según las personas que la forman y las condiciones de cada una. Una familia puede estar formada por una mamá y un hijo; un papá, una tía y una hija; una abuela y su nieto; un papá, una mamá y varios hijos; una pareja con hijas o hijos adoptados, etcétera. Cada familia tiene su propio estilo de disfrutar, compartir, comunicarse y quererse. Todas las familias son valiosas y todas pueden mejorar su funcionamiento. En la estructura familiar se ha visto que niños con familias Intactas y Reconstruidas tienden a tener mejores rendimientos y menos deserción escolar a que los de Familias Uniparentales, mientras tanto Pulkinen (1982, en Crouter,1990, citado en Lau y Leu, 1992) por su parte encontró que “Los padres más centrados en sus hijos, que se comunicaban frecuentemente con ellos, que mostraban interés por sus actividades diarias y que mostraban conocimiento de donde estaban, tenían hijos más responsables, socialmente competentes, cercanos a sus padres y orientados hacia el logro y el rendimiento”.

Las familias pasan por diferentes etapas: funcionan de manera diferente cuando los hijos son pequeños, cuando entran a la escuela o llegan a la adolescencia, en cada etapa los hijos requieren distintos cuidados, ayuda, atención y guía que van transformándose a medida que madura y se hace independiente. Ninguna persona es perfecta, las familias tampoco lo son. Todos sufren limitaciones en sus conocimientos y recursos, a veces se equivocan o pierden el control, pero todos tienen también la capacidad de superar los errores, el cansancio o el enojo, de aprender nuevas formas de convivir con los demás y de ser solidarios.

El trabajo principal de los padres en la educación de sus hijos es lo que les transmiten en lo que son los padres en verdad, los niños aprenden normas, valores y comportamientos cuando observan la forma de actuar de sus padres de cómo expresan sus sentimientos, de manifestar cariño, de ser responsables y comprometerse con otros y la comunidad. Para educar al niño se debe de tener claro qué clase de persona se quiere que sea. Decir “yo educo a mi hijo como me educaron a mí” resulta insuficiente, pues la vida y los problemas de hoy requieren respuestas nuevas.

En la escuela el niño aprende a relacionarse con otros niños que tienen diferentes maneras de ser y de pensar, y en ocasiones, diferentes costumbres a la de su familia. En esta etapa escolar el niño trata de complacer a los adultos que quiere, y hace cualquier cosa por semejarse a sus héroes.

Aun cuando los padres son los principales responsables de la educación de sus hijos, el papel que tiene la escuela y los docentes es esencial para su desarrollo.

La mejor educación se obtiene cuando padres, niños y maestros trabajan juntos y en armonía. Para ayudar al niño a desarrollar todas sus capacidades y a superar los retos que le plantea la escuela, es importante establecer una comunicación permanente con el maestro y compartir información sobre los avances, los intereses, los talentos, las limitaciones y los problemas de los hijos. Los padres necesitan conocer lo que pasa en el salón de clases y el docente lo que sucede en la casa.

Clifford (1981), plantea que al hablar de profesores, generalmente uno se refiere a educadores certificados que trabajan dentro de la sala de clases. Sin embargo, hay

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