Injusticia contra las mujeres sin fin

Injusticia contra las mujeres sin fin

Este presente trabajo, está orientado a la gran y actual problemática contra los abusos hacia la mujer Iqueña. La violencia de género es un problema social que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, y se refiere a cualquier acto de violencia física, sexual, psicológica o económica que se ejerce contra ellas por el hecho de ser mujeres. A pesar de los avances en materia de igualdad de género, esta forma de violencia sigue siendo una realidad cotidiana en muchas sociedades, y afecta a mujeres de todas las edades, clases sociales, etnias y culturas. La violencia contra la mujer ha aumentado significativamente en los últimos años, convirtiéndose en un problema social importante en todo el mundo. En el Perú, en el ámbito local el año 2016, 4 de cada 10 mujeres fueron víctimas de violencia por parte de su pareja. Sabiendo que este maltrato contra las mujeres y a los integrantes del grupo familiar, en especial menores de edad, personas adultas y con discapacidad, será sancionada con penas de cárcel de cinco a 15 años, en los casos más graves; además los policías y fiscales deberán atender y resolver las denuncias de agresión en un plazo no mayor de 72 horas, pudiendo ser condenados a prisión por omisión de funcione. Adentrándonos en el título del trabajo en nuestra región Ica, la investigación por lo general son temática de la equidad de género en diversos ámbitos, haciendo un poco de lado a algo muy importante como la violencia contra la mujer, puesto que por el pasar de los años cada vez más incrementa y se extiende, pero lo pésimo es que si las féminas se defienden son llevadas a la carceleta. 

Hoy en día sabemos que no solo en la capital pasa estos problemas, sino más que todo en nivel provincial donde las mujeres se sienten indefensas por fiscales del mismo género que están bajo la excusa de la Ley, que toman malas decisiones sin ética y moral. Por lo cual, ante esta problemática el propósito de este ensayo es dar respuesta a la siguiente pregunta:
¿Hay un plan de acción para prevenir estos problemas de abuso contra la mujer?
La respuesta ante esta interrogante es claro y en base a la información brindada e investigada es que no consideramos desde nuestro punto de vista que haya un plan de acción para prevenir la violencia contra la mujer.

A continuación, detallaremos nuestras razones enfocadas en temas relacionados con la responsabilidad, bajo presupuesto y leyes políticas; que servirán para respaldar nuestra postura.

En primer lugar, consideramos que no hay un plan de acción debido a la falta de implementación efectiva de las leyes existentes en relación con la violencia de género. Si bien en muchos países existen leyes que protegen a las mujeres de la violencia, en muchos casos estas leyes no se aplican de manera efectiva debido a la capacitación y voluntad política. Por ejemplo, en una edición especial de 'Al Filo' por el Día Internacional de la Mujer, Rosario Huayanca contó que, en el monitoreo que hace Codeh-Ica con los Centros de Emergencia Mujer, se reportó que las fiscales encargadas de atender denuncias de violencia de género en la región Ica no siempre entienden la dimensión del problema y, en algunos casos, llevan a las mujeres a la cárcel solo por defenderse de sus agresores. Este es solo un ejemplo de cómo la falta de comprensión y capacitación sobre la violencia de género puede llevar a la aplicación incorrecta de las leyes. En este sentido, es necesario no solo contar con leyes adecuadas, sino también con un sistema de justicia que esté capacitado y comprometido con la protección de las mujeres. Además, se requiere una mejora en la implementación de medidas preventivas y programas de atención y protección a las mujeres que han sido víctimas de violencia. 

En segundo lugar, consideramos que no hay un plan de acción debido a la falta de recursos para combatir la violencia de género. Aunque existen leyes y programas gubernamentales destinados a prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, muchas veces estos no cuentan con los recursos necesarios para su implementación y ejecución. Además, en muchos casos, las políticas y programas son insuficientes, no abordan adecuadamente la complejidad del problema y no llegan a todas las mujeres que necesitan ayuda. Por ejemplo, muchas veces los servicios de atención a víctimas de violencia de género, como los centros de emergencia mujer, no cuentan con suficientes recursos económicos y humanos para brindar una atención integral y de calidad a las mujeres que acuden a ellos. También es común que las mujeres tengan dificultades para acceder a estos servicios, especialmente aquellas que viven en zonas rurales o de difícil acceso. Además, aunque existen leyes y sanciones penales para castigar a los agresores, la impunidad sigue siendo un problema grave en muchos países. Muchas veces los agresores no son denunciados o, si lo son, no son procesados adecuadamente. Esto envía un mensaje de impunidad y falta de protección a las mujeres y puede desalentarlas a buscar ayuda y protección.

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