LA CIUDADANIA DIFERENCIADA EN COLOMBIA Y EL CHOQUE CON LA IDEA DE DESARROLLO REPRESENTADO EN LAS MULTINACIONALES

LA CIUDADANIA DIFERENCIADA EN COLOMBIA Y EL CHOQUE CON LA IDEA DE DESARROLLO REPRESENTADO EN LAS MULTINACIONALES

María Piracoca

Desde la pos segunda guerra mundial, el concepto de desarrollo ha trastornado el pensamiento del mundo, sobre todo el pensamiento de los países categorizados como subdesarrollados, como Colombia, los cuales se han convencido que, lograr el desarrollo les permitiría entrar en una clase de status global donde los niveles sociales y económicos serían claramente altos y beneficiosos para su población. Pero estos ideales propuestos por el desarrollo han suscitado grandes críticas que dieron paso a teorías que buscaban explicar el mundo y su funcionamiento político, económico y social.

Por otro lado, el concepto de ciudadanía también ha estado sujeto a cambios significativos en las sociedades con sucesos históricos que han permitido una inclusión representativa y participativa, evolucionando el término a una ciudadanía diferenciada. Entre estos sucesos a nivel nacional se podría incluir la Constitución 1991, la cual marcó un hito en la historia colombiana gracias a su inclusión y reconocimiento a las diferentes naciones presentes en el territorio.  

El presente ensayo se buscará discutir sobre el conflicto existente entre: la garantía al reconocimiento de la ciudadanía (diferenciada) en Colombia y la preponderancia que los gobiernos, en este caso el colombiano, le dan a la cuestión del desarrollo. Para ello el trabajo se desarrollará explicando de manera concisa el término de ciudadanía y ciudadanía diferenciada y su parentesco con la Constitución de 1991. Luego se abarcará una resumida explicación  del concepto de desarrollo, sus críticas y para finalizar, se verá la discusión actual que afronta el Estado colombiano entre estas dos disyuntivas.

El término de ciudadanía, es entendida como discurso político que busca ajustarse al servicio de la justicia y tener un sentido comunitario, y que se encuentra relacionado con la pertenencia a cierto lugar determinado, a la vez que abarca una garantía innata de derechos (Kymlicka, 1994) y es en esa última implicación la que nos obliga a mencionar dos aspectos importantes: primero, la clásica división de los derechos sustentada por Marshall (1950) en: derechos políticos, ya que permiten el ejercicio del poder y la participación, los derechos civiles en los que participan las libertades individuales y los derechos sociales donde se cuenta con los derechos económicos y educativos principalmente. Toda esta versión clásica de derechos logra generar una relación entre el Estado y los individuos que habitan su territorio, pero lamentablemente esta construcción no fue realizada en su gran mayoría sobre la base de “humanos iguales” sino sobre los “hombres iguales”.

Y segundo, el origen de la ciudadanía diferenciada (Marion, I. en Kymlicka, W, 1994) partiendo de las críticas hechas a la idea tradicional anteriormente vista y a la hegemonía cultural presente en un Estado difícilmente multicultural. Este nuevo enfoque sobre la ciudadanía, desde la definición identitaria que esta abarca, representa pues los grupos minoritarios que también hacen parte de la sociedad y se encuentran dentro del Estado, por lo tanto la garantía de su participación es de igual importancia. Estos grupos minoritarios son identificados por Kymlicka y abarcan tres tipos de derechos especiales: los derechos de representación (ancianos, afrodescendientes, homosexuales), de autogobierno (comunidades nativas) y multiculturalidad (comunidades migrantes acentuadas en el territorio).

Estas nuevas ciudadanías buscan acabar con las diferencias discriminatorias construidas en la sociedad desde el nacimiento del término y su relevancia desde las revoluciones democráticas en Europa, como lo explica María Emma Wills en su aporte al libro “Camino hacia nuevas ciudadanías”, colocando como ejemplo la Constitución colombiana de 1991, la cual da reconocimiento y garantía a los derechos de los niños, los pueblos étnicos y las libertades individuales, vistas en los:

• Art.1: Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.  
• Art 7: El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana.
• Art 10: El castellano es el idioma oficial de Colombia. Las lenguas y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios. La enseñanza que se imparta en las comunidades con tradiciones lingüísticas propias será bilingüe.
• Art 13: Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.

Por otro lado la idea de desarrollo ha funcionado desde el inicio de la Guerra Fría como un discurso organizacional del mundo que busca “resolver” los problemas sociales y económicos de los países sub-desarrollados, planteando que estos países de “Tercer Mundo” deben seguir una clase de pautas necesarias para lograr el nivel de vida de los Estados avanzados, es decir que busca:

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