LA CONSTRUCCIÓN DEL ENEMIGO POLÍTICO

-LA CONSTRUCCIÓN DEL ENEMIGO POLÍTICO (Marengo 2015)

- el comunismo como sujeto-delincuente indeseable

-Estado de excepción

- legislar el Estado de excepción (Pontoriero)

-la violencia fundadora de derecho y la violencia conservadora- la violencia policial como hecho aberrante de la democracia (Benjamin)- la exterminación del enemigo político y la suspensión de las categorías constitucionales.

La lógica policial del impulso a legislar el estado de excepción - la vigilancia sobre el obrero como potencial delincuente- el comunista como terrorista-

La represión a los hacheros en 1943- la diferencia con la represión a los hacheros en la década del ´20.  

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La construcción del enemigo político, el desarrollo de la represión policial y la "legislación del estado de excepción" contra el movimiento obrero en La Pampa.

Introducción

El desarrollo del movimiento obrero en Argentina, la historia de su organización y sus luchas no puede analizarse sin tomar en cuenta el peso determinante que tuvo la acción represiva del Estado. De hecho, la fisonomía que adquirieron sus organizaciones y su derrotero histórico estuvieron muy relacionados con las diferentes maneras en que el Estado reprimía, encarcelaba, vigilaba y sometía al cumplimiento de sus leyes a las diferentes tendencias políticas y sindicales existentes en movimiento obrero a partir de la década de los ´30 y durante el resto del siglo XX.

En el presente trabajo buscamos señalar ciertos elementos en la evolución que tuvo la represión estatal contra el movimiento obrero en el entonces Territorio Nacional de La Pampa. Los casos que elegimos para el análisis, la represión "preventiva" de los hacheros de Luan Toro en 1943 y la represión de la huelga de los ferroviarios de General Pico en 1958, expresan dos sectores de trabajadores en momentos históricos muy diferentes pero que significaron la aplicación de nuevas técnicas represivas y diferentes grados de evolución de la idea de la construcción del huelguista, y específicamente del comunista, primero como enemigo político (Marengo, 2015), y luego como elemento indeseable y blanco de las acciones represivas durante los sendos "estados de excepción" declarados por el poder ejecutivo (en un caso basado en el poder  "de facto"de la dictadura y en otro basado en las instituciones de la democracia).

El hilo conductor que nos interesa señalar entre ambos acontecimientos en la historia del movimiento obrero pampeano es el del desarrollo y sofisticación que desarolló la represión policial, tanto en sus concepciones como en sus métodos, los cuales quedan expuestos en diferentes documentos existentes en los archivos policiales, donde se da cuenta no sólo de las detenciones, las acusaciones y parte de los procesos judiciales a que fueron sometidos los trabajadores detenidos, sino que en ellos también puede verse el despliegue de una lógica de la violencia policial que comenzó a implementarse a partir de los años ´30 con leyes como la de "Represión del comunismo" del senador Sánchez Sorondo, en la cual se comenzaba a construír al comunista como el "elemento disolvente", "extremista", "peligroso", o en definitiva como "delincuente político" y "terrorista" que era una amenaza para la sociedad (Marengo, 2015: 208) y al cual le fueron aplicadas sucesivas caracterizaciones que lo convertían en un tipo de delincuente al cual le eran quitadas todas las garantías establecidas en el estado de derecho, por lo que se convertía en víctima de lo que sería un proceso de  "legislación del estado de excepción" (Pontoriero, AÑO).

La violencia policial y la legislación del estado de excepción

Los procesos de organización y lucha de trabajadores que tomamos para el análisis tienen en común el hecho de haber sido reprimidos bajo situaciones de suspensión de las garantias constitucionales y de estar influenciados o dirigidos por obreros de filiación comunista. En ambos casos imperaba en el país lo que se conoce como estado de excepción, en el caso de los hacheros, por estar bajo la dictadura militar encabezada por Edelmiro Farrell, y en el caso de los ferroviarios, por ser de los primeros en sufrir la aplicación del plan CONINTES, a partir de los decretos del presidente Arturo Frondizi.

Nos interesa señalar aquí cómo en esos momentos de suspensión de las garantías constitucionales se buscaba dotar al Estado de una legislación que, paradójicamente, diera algún fundamento al estado de excepción imperante.

Un ejemplo de legislaciones incorporadas al estado de excepcion lo tenemos en el proyecto de ley de "represión al comunismo", de 1936. El proyecto fue propuesto por el senador Matías Sánchez Sorondo, y contó con el apoyo de grupos nacionalistas y la iglesia, cuyo encono anticomunista había crecido aún más luego de la huelga de los obreros de la construcción dirigida por la FONC ese mismo año. A pesar de esto el proyecto de Sánchez Sorondo sólo fue aprobado en la Cámara de Senadores de la Nación pero no en la de Diputados, por lo que no se convirtió formalmente en ley. Sin embargo, podemos encontrar en los encendidos discursos del senador conservador por la provincia de Buenos Aires los elementos fundamentales de la ideología anticomunista que dotaría la instrucción de las fuerzas represivas a partir de los años ´30 en adelante.  De hecho, el debate sobre el proyecto de ley constituyó un punto de inflexión en el accionar represivo del Estado contra el movimiento obrero, cuestión que tuvo sus antecedentes en la creación de la SERC en 1931, que era un área de la policía creada específicamente para la "lucha contra el delito comunista". Es importante mencionar aquí la relevancia que adquirió el informe del entonces Ministro del Interior .... Melo, quien en un informe justificó las tareas represivas de la SERC como "parte de una acción preventiva que en defensa social debe realizar la policía" tomando en cuenta la "falta de leyes" contra la amenaza comunista (López Cantera, 2014).

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