LA ESCUELA PÚBLICA Y EL SURGIMIENTO DE INSTITUCIONES FORMADORAS DE DOCENTES

LA ESCUELA PÚBLICA Y EL SURGIMIENTO DE INSTITUCIONES

FORMADORAS DE DOCENTES

A inicios del régimen porfiriano era muy común que las personas que sabían leer,

escribir y contar fueran contratadas como profesores, así como a personas que no

tenían otra manera de ganarse la vida tenían la oportunidad de abrir su propia

escuela. El plan de estudios se limitaba a la lectura, escritura y algo de aritmética.

En el reglamento del 2 de octubre de 1886 se establecieron los estudios normalistas,

entonces Joaquín Baranda enaltecía la función del maestro comparándola con el

sacerdote. Y agregaba que “la democracia tiene que levantarse sobre la escuela

primaria y la escuela primaria tiene que ser hija de la Escuela Normal.”

El programa de las escuelas normales era “enseñar a enseñar”, en su reglamento

se estipulaba la edad de 14 años para poder ingresar y la duración de la carrera era

de 4 años.

Con gran frecuencia se realizaban cambios en los planes de estudio, se agregaban

o quitaban materias, esto hacia que resultara difícil realizar evaluación de los

resultados, saber si eran exitosos o no.

Todos los planes eran bastante completos, abarcaban cuatro áreas básicas: la

científica, la humanística, la tecnológica y la educación física.

A partir de 1892 se estipulo que se dispuso que a partir del segundo año los

profesores practicaran en escuelas primarias, por este motivo casi todas las

escuelas normales tenían una escuela primaria anexa y las de sexo femenino una

de párvulos.

Los maestros de las escuelas normales se caracterizaban por sus múltiples

funciones, ya que fungían como maestro, pedagogo y escritor a la vez. Las plazas

para maestro en las escuelas profesionales se obtenían por oposición o en casos

muy exclusivos se otorgaban a personas con una trayectoria y reputación

reconocida.

Por otra parte la Escuela Secundaria para Niñas contaba con materias que

preparaban a las mujeres para ser maestras, con seis años de estudios tenía la

posibilidad de ser empleada en centros comerciales e industriales, en tintorerías,

galvanoplastias, destiladoras, etc.

En febrero de 1890 se transformó esta secundaria en Normal, los años de estudios

pasaron de seis a cuatro, pero las alumnas perdieron, ya solo podían enseñar en el

nivel primario. En estas escuelas la base científica fue menos intensa.

Socialmente era bien recibido que las mujeres se dedicaran a esta profesión debido

a su carácter, amor, bondad y paciencia, la capacitaban mejor que a un hombre

para las labores del magisterio. Y económicamente, la mujer podía conformarse con

un sueldo bajo.

Estefanía Castañeda viajó a Nueva York para estudiar los kíndergarten presentó un

proyecto para la escuela de párvulos inspirados en los principios de Pestalozzi,

Frobel, madame Necker de Sauserre.

Desde ese tiempo la idea de copiar modelos de otros países y adaptarlos al nuestro

representaba, además de un gasto superfluo, una pérdida de tiempo, pues nuestro

país tenía orígenes y costumbres muy diferentes, y me parece que hasta nuestros

días estas prácticas siguen sin cambiar a pesar de que estas diferencias continúan

presentándose entre nuestra sociedad y la de los países de donde son copiados los

modelos.

A pesar de ser la carrera de normalista la más popular durante el Porfiriato era

común que algunos maestros se transportaran a pie o a caballo para acudir a las

zonas rurales a impartir sus clases o que acondicionaran las escuelas para vivir en

ellas, debido a la falta de casas para renta.

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