LA INVESTIGACION Y LA PSICOLOGIA FORENSE
gueesme9 de Noviembre de 2012
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LA INVESTIGACION Y LA PSICOLOGIA FORENSE
Dentro de este punto vamos a considerar a la “psicología pericial o forense” como el punto importante del tema, es decir, después de conocer las diferentes características de las personalidades de las personas (Victima o Victimario), este tipo de investigación nos brinda las herramientas necesarias para reducir al máximo el universo de probables responsables. La psicología como ciencia de la conducta humana nos ayuda a esclarecer aspectos que las demás ciencias criminalísticas (de las cuales ya hablaremos mas adelante), no pueden explicar de manera indubitable.
Es una rama de la Psicología que se ocupa de la criminalística. Es una división de la psicología aplicada relativa a la recolección, análisis y presentación de evidencia psicológica para propósitos judiciales. Un aspecto importante de la psicología forense es la habilidad de testificar en un juzgado, reformulando descubrimientos psicológicos en el lenguaje legal de los juzgados para proveer información al personal legal de una forma que pueda ser entendida. En el caso de Estados Unidos, los psicólogos forenses deben entender la psicología, reglas y estándares del sistema jurídico estadounidense para que sean considerados como testigos creíbles. Es fundamental el entendimiento del modelo acusatorio bajo el cual funciona el sistema. También existen reglas sobre el testimonio de oídas y, más importante, la regla de exclusión. La falta de una comprensión firme de estos procedimientos resultará en la pérdida de credibilidad del psicólogo forense en el juzgado. Un psicólogo forense puede ser entrenado en psicología clínica, social, organizacional o cualquier otra rama de la psicología.
Generalmente, las preguntas que se proponen en corte a los psicólogos forenses no son relativas a cuestiones psicológicas, sino más bien legales; y la respuesta debe ser en un lenguaje que la corte comprenda. Por ejemplo, es frecuente que se solicite a un psicólogo forense la evaluación de la competencia del acusado para someterse a juicio. Asimismo, se solicita a menudo que el psicólogo forense determine el estado mental del procesado al momento de cometer el crimen por el que es acusado, es decir, se trata de una evaluación de la cordura o ausencia de la misma del reo al momento de cometer el delito, lo que se relaciona con la responsabilidad penal que se le pueda imputar. Estas no son cuestiones fundamentalmente psicológicas, sino más bien legales; por tanto, un psicólogo forense debe ser capaz de traducir la información psicológica a un marco legal.
En algunos países, los psicólogos forenses también proveen recomendaciones con respecto a la sentencia y al tratamiento que debe seguir el acusado, así como cualquier otra información que el juez requiera, como la referida a factores atenuantes, valoración de riesgo futuro y evaluación de la credibilidad de los testigos. La psicología forense implica también capacitar y evaluar a policías u otro personal oficial para proveer perfiles criminales a las fuerzas del orden.
La perfilación criminal es una técnica de investigación criminológica y criminalística derivada del análisis que se realiza a los diferentes patrones conductuales en los agresores conocidos; para con ello definir y crear tipologías (perfilación criminal inductiva) y así auxiliar en la resolución de crímenes en los casos donde se desconoce al responsable, a partir de los indicios físicos y psicológicos encontrados en la escena del crimen (perfilación criminal deductiva).
De acuerdo con el FBI, elaborar un perfil se define como una técnica que sirve para identificar la personalidad principal y las características conductuales de un delincuente basándose en el análisis del delito cometido. Este proceso suele implicar 7 pasos: (1) evaluación del acto criminal en sí mismo; (2) evaluación exhaustiva de las particularidades de la escena del crimen; (3) análisis exhaustivo de la víctima; (4) evaluación de los informes preliminares; (5) evaluación del informe sobre la autopsia forense; (6) desarrollo de un perfil con las características fundamentales del delincuente, y (7) sugerencias de investigación basadas en la construcción del perfil.
Es una estimación acerca de las características biográficas y del estilo de vida del responsable de una serie de crímenes graves y que aún no se ha identificado.
El objetivo de este perfil es delimitar las características del presunto culpable para disminuir el rango de posibles culpables y ayudar a la policía focalizando y restringiendo las posibilidades de investigación, posibilitándoles el centrarse en los blancos realistas. Este punto es muy importante, ya que cuando se tratan de crímenes violentos o seriales, la alarma social y las posibilidades de que se vuelvan a repetir los hechos, hacen necesaria actuar con rapidez y detener cuanto antes al asesino.
No obstante, el perfil tiene sus limitaciones, no es una ciencia exacta, está basada en el análisis de la huella psicológica que el asesino deja en sus crímenes y en datos estadísticos recolectado de otros casos y de los datos teóricos aportados por la psicología y la criminología. Estamos por tanto hablando de probabilidades.
Las personas que realizan un perfil buscan patrones e intentan encontrar las características del probable autor, se usa el razonamiento analítico y lógico, “qué” más “por qué” igual a “quién”.
El uso de la psicología para combatir y estudiar el crimen debe estar relacionado desde el inicio mismo de ésta, sin embargo, ha sido relativamente reciente en el tiempo la intención de algunos expertos de elaborar una metodología más o menos sistemática que nos ayude a capturar a criminales usando las aportaciones que la psicología nos brinda. Esta metodología ha estado basada principalmente en la creación, desarrollo y uso de técnicas clasificatorias y de etiquetajes del delincuente criminal, teniendo inicialmente como principal objetivo la captura del criminal. El acopio de datos ha posibilitado un estudio más en profundidad, que ha dado lugar a diversas teorías psicológicas del crimen, teorías que tratan de explicar el hecho criminal al igual que hace con cualquier patología mental. El desarrollo de técnicas terapéuticas y de rehabilitación del crimen está en un estadio muy precoz:
• 1888. Gran Bretaña. Se diseña el método “modelo-herida”, basado en la relación que existe entre las heridas que sufren la víctima y su agresor. En función de las características de éstas, se podría diseñar un perfil del delincuente.
• 1870. Italia. Lombroso es considerado el padre de la criminología. Estudia desde el punto de vista evolutivo y antropológico prisioneros, dando lugar a una clasificación de delincuentes que tienen en cuenta características físicas:
Criminal Nato: Ofensores primitivos caracterizados por un proceso de degeneración evolutiva que podían ser descrito por determinadas características físicas.
Delincuente demente: Ofensores que padecen patologías mentales acompañadas o no de físicas.
Criminaloides: Serían los que no pertenecen a ninguno de los dos grupos anteriores pero determinadas circunstancias les han llevado a delinquir.
• 1955. Alemania. Kretschmer hace un estudio de más de 4.000 casos y diseña una clasificación basada también en características físicas:
Leptosómico: Delgado y alto.
Atlético: Musculoso, fuerte.
Pícnico: bajos y gordos.
Mixtos: no puede encajar completamente en ninguna de las anteriores y sí en varias de ellas.
Según esta clasificación cada tipo de delincuente se relacionaría con un tipo de delito, así los leptosómicos son propensos al hurto, los atléticos a crímenes donde se use la violencia y los pícnicos al engaño y el fraude.
Las anteriores aportaciones tienen un fuerte componente biologicistas y fueron siendo abandonadas por la poca utilidad que ofrecía, así como por sus carencias científicas. Posteriormente y junto con el desarrollo que la psicología iba atesorando, las teorías dejaron a un lado las características físicas para detectar a criminales y empezaron a usar características psicológicas.
• 1957. USA. Compara conductas delictivas con conductas de pacientes mentales. Su perfil del Bombardero de Nueva York puede ser considerado el primer perfil psicológico criminal. 32 paquetes explosivos en Nueva York en ocho años. El Dr. James A. Brussel examinó las escenas de los crímenes y dio un perfil a la policía. El bombardero es un inmigrante de Europa de entre 40- 50 años que vivía con su madre. Hombre que era muy aseado y que por la forma redondeada de sus “w” adoraba a su madre. Y detestaba a su padre. Predijo que en su detención vestiría un traje cruzado y abotonado. Poco más tarde, y tras las pistas aportadas por Brussel, George Metesky, un empleado enfadado de la compañía donde puso el primer artefacto fue detenido, llevaba un traje cruzado y abotonado.
Según Brussel, su perfil fue fruto del uso del razonamiento deductivo, su experiencia y el cálculo de probabilidades. Brussel apuntó hacia un hombre paranoico, trastorno que tarda alrededor de 10 años en desarrollarse, lo que, junto a la fecha de la primera bomba le llevó a la edad del perfil. Este trastorno explica el resentimiento perdurable, la pulcritud y perfección de sus acciones y artefactos, así como su vestimenta. Las notas que dejaba permitieron evaluar su procedencia, parecía como si estuviera traduciendo, lo que nos lleva a un inmigrante, en concreto del Este de Europa, donde históricamente
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