LA MUJER ACTUAL
JAQUELIEN4 de Junio de 2012
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La aljaba
versión On-line ISSN 1669-5704
Aljaba v.12 Luján ene./dic. 2008
Los retos de las mujeres en tiempo presente: ¿Cómo conciliar la vida laboral y la vida familiar?
Women's challenges nowadays: How is it possible to reconcile work with family life?
Marta Carrario
Centro Interdisciplinario de Estudios de Género
Universidad Nacional del Comahue
Resumen
La lucha de las mujeres por la igualdad de derechos ha permitido su acceso al mundo público. Sin embargo, esto no ha significado que abandonaran el ámbito privado, sino que han acumulado responsabilidades, desafíos y compromisos que generan tensiones y precariedades asociadas a las dificultades en conciliar tiempos y lugares de estos dos procesos referenciados. Pretendo explorar la conciliación dificultosa, por cierto, entre vida pública/ laboral y vida privada/ doméstica que sufren las mujeres en ambas esferas, intentando responder a interrogantes como: la posición laboral asalariada ¿ha supuesto una renuncia a desarrollar el ámbito privado de la vida, o por lo menos a llevarlo a cabo según los modelos tradicionales que suponen una carga importante de dedicación y trabajo?, ¿es posible hablar de una "crisis de los cuidados" como consecuencia de la igualdad de derechos que nos ha llevado al espacio público?, ¿cómo resolver el conflicto de intereses entre los dos trabajos (asalariado-doméstico) cuando existe una escasa respuesta social y masculina ante el cambio de cultura y comportamiento de las mujeres?.
Palabras claves: Espacio público; Espacio privado/doméstico; Trabajo de los cuidados; Doble presencia/ ausencia.
Abstract
The women struggle for gaining rights equality has enabled them to have access to the public world. However, this has not meant giving up the private world. On the contrary, they have accumulated responsibilities, challenges and commitments that arise tensions and uncertainties associated with difficulties in reconciling times and places of these two processes just mentioned. I intend to explore the difficult conciliation between public and work life as well as private and domestic life that undergo women that live in both worlds, trying to answer questions such as - the fact that women obtain a salary in exchange of work - Does it imply a resignation to develop her private life or at least, carry it out in a way following the traditional models that suppose a heavy burden of work and dedication?, Is it possible to talk about a "care crisis" as a consequence of rights equality that has led us to the public space?, How can we solve the conflict of interests between the two jobs (salaried - domestic) when there exists a scarce social and masculine answer to a culture change and women's behavior?.
Key words: Public space; Private/domestic space; Care work; Double presence/absence.
Durante la mayor parte del siglo XX el pacto social refrendado por el Estado moderno y por la sociedad civil se basó en la idea de que el espacio público constituía el lugar de quienes poseían un empleo asalariado garante de derechos tanto civiles como sociales, además de ser otorgador de identidad y reconocimiento social. Obviamente estas prerrogativas, avaladas por dicho pacto, eran pensadas para el sexo masculino, mientras que el otro espacio garantizador del pacto social, lo constituía el modelo familiar-doméstico, o dicho de otra manera, el espacio privado reducto de la mujer - ama de casa, proveedora de las necesidades de varones e hijas/os. Esta diferenciación entre ambas esferas se replicó no sólo en cuanto a estatus social, sino también en la condición de ciudadanos que se les atribuía a unos y se les negaba a otras1. Ahora bien, en las últimas décadas del siglo XX, esta situación se fue modificando, en gran parte producto de las decisiones de las mujeres quienes, en el marco de los movimientos feministas, tanto a nivel civil como institucional2, propugnaron y reclamaron una sociedad que las incluyera, otorgándoles la igualdad de derechos respecto de los hombres, propietarios exclusivos hasta aquel momento.
Pensar en la igualdad de derechos para las mujeres era incorporarlas como "ciudadanas"3 con todas las atribuciones que ello significa. Sin embargo, la igualdad de derechos, que está acompañada por la libertad, la autonomía de cada ser humano, en el caso de las mujeres aún está restringida, fundamentalmente por estar determinada sexualmente. Y es que aún con ciertas conquistas obtenidas en la esfera pública, producto de las luchas llevadas adelante por las mujeres, la diferenciación, dominación, resultado de relaciones de poder instauradas por el patriarcado, subsisten4.
Tomando como datos empíricos los relatos de mujeres trabajadoras5 en Neuquén Capital, intentaremos desentrañar la problemática de la conciliación entre ambas esferas. Nos preguntamos si en verdad existe una "crisis de los cuidados", así como los conflictos emocionales que pueden generarse entre un mandato patriarcal secular impuesto culturalmente a las mujeres, ese "deber ser" que hoy resulta "desobedecido", y el "nuevo ser" libre y autónomo, portador de derechos que le otorga la categoría de "ciudadanía plena". Mientras problematizamos la resolución del conflicto de intereses entre los dos trabajos (asalariado-doméstico) en tanto existe una escasa respuesta social y masculina ante el cambio de cultura y comportamiento de las mujeres.
El espacio público/ el espacio privado
El modelo patriarcal inscripto en el sistema capitalista neoliberal ha establecido la visión de una sociedad dividida en dos esferas separadas con escasa interrelación entre ambas y basadas en principios antagónicos. Por un lado, la esfera pública, centrada en lo social, político, económico, cuyos principios son el éxito, el poder, y derechos como la libertad y la propiedad, entre otros, con los hombres como protagonistas. En el otro extremo la esfera privada o doméstica, centrada en el hogar, creadora de lazos afectivos, relacionada con las necesidades subjetivas de las personas, asignada socialmente a las mujeres. Mientras la primera gozaba y goza de reconocimiento social, la segunda permanecía y permanece invisibilizada, carente de toda valoración social. Mientras el primero es el campo de las decisiones, el segundo es el de las sujeciones. Mientras al ámbito público se lo identifica con la producción, el segundo pertenece a la reproducción (Molina Petit: 1994: 201).
Ahora bien, decíamos que las actividades desarrolladas en el ámbito público son las valoradas socialmente, más aún en el sistema capitalista actual donde la producción económica asalariada es fundamental para el sostenimiento de hombres y mujeres. Sin embargo, también las tareas de reproducción6 son indispensables para el mantenimiento del modo de producción.
Siguiendo a Cristina Carrasco (2003) podríamos preguntarnos por qué no ha tenido reconocimiento social y político esta esfera privada o doméstica. Tal como se afirma, el modelo patriarcal y el orden económico son los responsables de mantenerla invisibilizada.
Con respecto a la primera, sabido es que el poder masculino impone sobre las /los dominadas /os las pautas sociales, políticas, es quien define y orienta sus valores y su concepción del mundo que tienden a categorizarse como universales. Su ámbito instituido es el público y en él consigue prestigio social. Su trabajo"productivo" es más valorado y reconocido.
En el caso del modelo económico capitalista es posible que la falta de reconocimiento no sea al propio trabajo doméstico, como a la conexión que tiene con la propia producción capitalista y con ello una negación de los costes de la reproducción de la fuerza de trabajo. ¿Sería posible mantener el capitalismo neoliberal, y la ganancia que genera la fuerza de trabajo asalariado si la reproducción de la fuerza de trabajo que se realiza en la esfera doméstica debiera ser asalariada también, o directamente fuera abandonada?
Durante gran parte del Siglo XX el modelo dicotómico funcionó, aún con voces disonantes. Sin embargo en los últimos años del siglo comienzan a experimentarse importantes transformaciones. Por un lado las luchas emprendidas en diversos espacios por las mujeres para incorporarse a la esfera pública, por el otro por las nuevas condiciones del capitalismo neoliberal que impactó de diversas maneras en la sociedad, y más específicamente en el colectivo femenino.
En el caso de las acciones emprendidas por las mujeres, numerosas vertientes teóricas dieron cuenta y pusieron en discusión la desigualdad entre los dos sexos, los límites entre lo público y lo privado, la falta de igualdad de oportunidades y de derechos para las mujeres, poniendo en el centro del debate la noción de ciudadanía femenina en los estados democráticos.
Así el debate feminista giró alrededor de la segregación en estos espacios lo que llevó a plantearse la necesidad de apropiarse de aquel espacio que le fue negado, o a considerar la posibilidad de construir vasos comunicantes indispensables para terminar con la visión que los ha transformado en excluyentes y dicotómicos.
"...en realidad el espacio público ha estado y está ocupado por hombres, a las mujeres nos ha sido muy difícil salir a ocupar el espacio público, porque nuestro espacio es el doméstico[...] de a poco nosotras vamos pudiendo acceder..." (María Elba B, 46 años, 2 hijos.)
"...el acceder al espacio público en condiciones de igualdad con los varones es una falacia...no somos iguales...porque
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