LAS REDES SOCIALES Y LA TRANSGRESIÓN AL DERECHO A LA PRIVACIDAD E INTIMIDAD

LAS REDES SOCIALES Y LA TRANSGRESIÓN AL DERECHO A LA PRIVACIDAD E INTIMIDAD.

En la actualidad personas de todas las edades ocupan una parte importante de su tiempo para compartir además de ideas y pensamientos, momentos captados en imágenes y videos a través de las redes sociales, haciendo esto sin una plena consciencia de las implicaciones cuando sus acciones vulneran la privacidad e intimidad de terceras personas.  Nadie debe conocer las acciones, pensamientos e información de las personas sin su plena autorización, ni mucho menos divulgarlos.

Por ello es necesario conocer los límites de la información que se puede compartir y cuáles son los instrumentos legales que protegen la vida privada de las personas.

El derecho a la privacidad e intimidad se encuentra consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos ^[1] (artículo12) y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ^[2] (artículo17): “nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o correspondencia, ni de ataques a su honra o reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques” de que aquí se desprende que toda persona tiene el derecho a decidir quién y en qué momento alguien accede a su intimidad.

En nuestro país aunque existen muestras claras de la intención de proteger el derecho a la vida privada, el honor y la propia imagen, la legislación únicamente otorga el marco jurídico de protección cuando el derecho de las personas sea vulnerado sobre la excusa de libertad de expresión e información, sin atender de manera precisa el ámbito en el que se proteja la dignidad de las personas al ser expuestas por medio de una fotografía o video, sin que medie consentimiento, en situaciones bochornosas, denigrantes o de violencia.

Es innegable las ventajas que el uso de internet ofrece en la actualidad, ya que permite la comunicación en tiempo real, elimina barreras y acorta las distancias, sin embargo, como jamás se había dado, las personas se hayan más expuestas y vulnerables ante quienes sin escrúpulo alguno deciden invadir su vida privada, “compartiendo” hechos no propios, lo que en muchas ocasiones termina por dañar la imagen y la dignidad de terceros.

En el ejercicio de nuestra libertad de expresión, trasgredimos los derechos de privacidad u honor de otras personas, al difundir sin control algunas imágenes o videos de personas ajenas sin que previa autorización expresa de las mismas, las cuales muchas veces pueden afectar la reputación de las personas al exhibirlos en una situación comprometedora o vergonzosa.

Por lo anterior es indiscutible y de vital importancia inculcar en los usuarios la práctica de valores como lo es el respeto al derecho ajeno, dado que el uso de herramientas tecnológicas como lo son las redes sociales, ponen a prueba la ética y la moral de quién difunde.

Igualmente necesario, que cada individuo conozca claramente las implicaciones legales en que podría verse involucrado, cuando la persona afectada exija la reparación por daño moral a quien trasgredió sus derechos.

Jurídicamente, se puede responsabilizar a los usuarios de las redes que abusan del uso de imágenes de personas ajenas en las redes sociales e igualmente responsabilizar a la red social por no impedir el comportamiento, toda vez que así lo establece nuestra Suprema Corte de Justicia al proteger la dignidad humana (dentro de los derechos de la personalidad) señalada en el artículo 1° de nuestra Constitución Mexicana^[3], de igual forma la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José Costa Rica^[4] (1981) en su artículo 11, reconoce que toda persona tiene derecho al respeto de su honra y reconocimiento a su dignidad.

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