La Ciudad: Actor Protagónico En Un Mundo Global
Cyntgomca6 de Octubre de 2014
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Las ciudades no son islas. Por definición, han sido históricamente polos de atracción
y desde tiempos inmemoriales su radio
de acción no se ha contenido a límites administrativos o territoriales. Entonces, no es nuevo que las autoridades locales
tengan relaciones internacionales. Después de todo, los primeros Estados fueron
Estados-ciudad, el comercio internacional
nació entre ciudades y los hermanamientos
entre municipios de distintos países datan
de hace más de un siglo.
* Asesor Internacional de la
Jefatura de Gobierno de la Ciudad
de México y Delegado General de
la Cumbre Mundial de Líderes
Locales y Regionales 2010 (Tercer Congreso Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU).
** Directora del Programa
Universitario de Estudios sobre
la Ciudad (PUEC) de la Universidad
Nacional Autónoma de México
(UNAM).
Eugene Zapata Garesché* y Alicia Ziccardi Contigiani**
La Ciudad: actor
protagónico en un
mundo global
parte uno
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La internacionalización de las ciudades está adquiriendo una importancia exponencial,
un fenómeno que evoluciona a pasos acelerados, sin reglas preestablecidas ni
de manera homogénea en el mundo. El dinamismo y la multiplicidad de formas que
adquiere la internacionalización de la ciudad han dado lugar a que se acuñen todo tipo
de términos y conceptos para tratar de explicar su funcionamiento. Actualmente son
términos aceptados, es común escuchar hablar de “para-diplomacia”, “cooperación
descentralizada”, “diplomacia federativa”, “acción internacional de los gobiernos locales”
o “diplomacia multinivel”.
Pese a las diferencias en los marcos jurídicos nacionales y en la diversidad de las experiencias,
hoy la mayoría de las ciudades avanza en los hechos, en la práctica, a través
de ensayos de prueba y error, exigiendo el reconocimiento del lugar especial que juegan
en el mapa mundial. Ciertamente, las ciudades más prósperas y grandes, o las que tienen
una mayor capacidad para diversificar su economía, han sido las más activas a nivel
mundial. Sin embargo, muchas ciudades medias y algunos pequeños municipios tanto
urbanos como rurales han entablado relaciones internacionales invaluables para alcanzar
identidad, presencia, visibilidad y reconocimiento, así como para atraer inversiones,
generar empleo y promover sus actividades comerciales, turísticas o culturales.
El contexto de la internacionalización de lo local
El auge reciente en la internacionalización de las ciudades no es sólo el resultado de
la voluntad o capacidad de sus autoridades. Se trata de un proceso que se potencia a
partir de toda una serie de elementos de contexto, los cuales se han acelerado sobre
todo en la última década.1
Un primer elemento que favorece la internacionalización de lo local es el surgimiento
de una sociedad civil organizada de dimensión mundial. Hoy, el ciudadano es parte de
un todo social en el que la distancia física no es un impedimento para su interrelación.
Esta nueva ciudadanía internacionalizada se ha fortalecido gracias a su pertenencia a
las redes y a la comunicación que ofrecen las nuevas tecnologías de información. Los
fenómenos Facebook y Twitter son las más recientes expresiones de cómo la tecnología
ha dado lugar a una nueva ciudadanía sin fronteras.
Pero quizá lo que más ha sorprendido es la capacidad de organización de las redes
sociales para incursionar en la agenda política, al construir respuestas colectivas con
una velocidad antes inimaginable, desafiando acciones y políticas gubernamentales, y
provocando profundas transformaciones culturales, sociales y políticas. Ejemplos de
1 Algunos de los elementos desarrollados en esta sección fueron inicialmente expuestos en Eugene Zapata-Garesché,
Manual práctico para internacionalizar a la ciudad: Guía para la cooperación descentralizada Unión Europea-América
Latina, Montevideo-Barcelona, Observatorio de la Cooperación Descentralizada UE-AL, 2007.
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ello son los recientes y democráticos movimientos revolucionarios en Egipto y Túnez,
así como el movimiento de los “indignados” en España.
Un segundo elemento de importancia que ha propiciado la internacionalización de las
ciudades se refiere a la creciente urbanización de los asentamientos humanos. Apenas en 2007 el mundo cruzó una frontera histórica cuando más de la mitad de la población mundial dejó de habitar en el medio rural. Esto ha traído consigo fuertes presiones en
cuanto a la provisión de servicios públicos. De ahí que las ciudades se hayan convertido
en una especie de laboratorios donde se experimentan nuevas formas de hacer política
(interna y externamente) en respuesta a las exigencias de la población.
Por otro lado, el nivel y la velocidad de las políticas de descentralización instrumentadas
en muchos países han influido de manera contundente en el desarrollo
de las relaciones internacionales de la ciudad. Aunque la descentralización involucra
diferentes ámbitos de gobierno y reclama la acción de distintos tipos de actores (gubernamentales,
privados y sociales), el elemento común que tienen estos procesos es
la valorización de las capacidades locales.
La descentralización ha traído consigo un aumento considerable en las facultades,
competencias, funciones y responsabilidades de los gobiernos locales, aun cuando
no siempre cuenten con los recursos materiales, institucionales y humanos que se
requieren para ello. Esto ha obligado a las autoridades locales a redoblar esfuerzos
para dotarse de los medios y las capacidades necesarias, algo que muchas veces han
logrado al recurrir a la cooperación con otras ciudades. Ahí tenemos, por ejemplo, el
auge que ha cobrado la cooperación descentralizada (o cooperación “ciudad-ciudad”)
y los distintos programas para promoverla. Tal es el caso del programa URB-AL de la
Unión Europea (UE), que ha permitido crear redes de cooperación entre gobiernos
locales de Europa y América Latina en distintos temas.
Pero si bien las ciudades y los gobiernos locales han tenido que prepararse para
aprovechar las oportunidades que ofrece la internacionalización, también han enfrentado
cada vez más los riesgos inherentes a los procesos de integración económica
regional. Estos procesos de integración dan lugar a bloques económicos cuyos
objetivos ya no son puramente comerciales, sino que tienen profundas implicaciones
en todos los rubros de la vida local (impuestos, derechos, compras públicas
y mercado laboral, entre otros). Lo anterior ha llevado a los gobiernos locales a
participar de manera más activa en los esquemas integradores, tanto para defender
sus puntos de vista frente a los gobiernos centrales como para desarrollar nuevos
esquemas propios de colaboración. En este frente, destacan los casos de redes de
ciudades como Mercociudades (en el Mercosur) o el Consejo Europeo de Municipalidades
y Regiones (CEMR, en la UE).2
2 Para un ejemplo interesante de posicionamiento de un gobierno municipal en el tema, consultar La posición de Bogotá frente
al Tratado de Libre Comercio que negocia el gobierno de Colombia con Estados Unidos, Alcaldía Mayor de Bogotá, 2005.
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Detalle del techo del Kiosko Morisco, Santa María la Ribera
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Otro elemento que ha cobrado relevancia en los últimos años y que ha contribuido
de manera importante a la internacionalización de las ciudades es el incremento de
los flujos migratorios. Esto ha hecho que el espacio urbano se convierta cada vez
más en un mosaico multiforme en donde conviven personas de orígenes, religiones,
ideologías y razas distintas.
Poco a poco, los grupos de migrantes han ido ganando espacios políticos y facultades
para votar. De hecho, en algunas regiones su poder ya es muy grande. En Europa, por ejemplo, muchas de las actividades de cooperación internacional municipal se
dirigen a aquellos países de donde provienen los migrantes. En México, son muchos los estados que han desarrollado actividades internacionales como consecuencia de
la emigración en sus comunidades.
Por último, no puede ignorarse el papel que el turismo ha jugado en la internacionalización
de las ciudades. En 1950, la Organización Mundial del Turismo (OMT)
calculaba el total de viajeros internacionales en 25 millones. Esta cifra alcanzó los 922
millones en 2008 y se calcula que supere los mil 600 millones en 2020.3 La derrama
económica del turismo mundial será una de las principales fuentes de ingreso para
las ciudades del siglo XXI. De ahí que prácticamente todas las ciudades del mundo
deseen convertirse en un destino turístico internacional.
Paralelo a los elementos de contexto antes mencionados, presenciamos una transformación
de los paradigmas sobre el desarrollo y la cooperación internacional, y el
inicio de un cambio radical en la percepción del lugar que ocupan los gobiernos locales
en el mundo.
El fin del paternalismo
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