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La Crisis De Los Valores En Nuestra Sociedad


Enviado por   •  11 de Mayo de 2012  •  1.941 Palabras (8 Páginas)  •  1.073 Visitas

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La Crisis de los valores en nuestra sociedad

El ingenuo optimismo en el progreso y la evolución del ser humano, alimentado sobre todo en los años de la Ilustración, ha dejado de tener sentido. Muy al contrario el tipo de sociedad, el modo de vivir de nuestra sociedad postmoderna, no parece promover la vida feliz sino una vida cómoda aunque carezca de sentido.

Apuntado ya ha lo compleja que resulta la realización práctica de las metas que cada uno acepta para sí en el curso de la vida. Pero el factor decisivo de complicación es el entramado social en abierto conflicto de valores.

Hay una conflictividad que es interior a la persona. Hay una conflictividad que es social y una conflictividad cristiana. Hay una conflictividad entre los cristianos y la sociedad, entre los valores sociales de uno y otro grupo y dentro del mismo hombre.

Conflictividad Interior: La descripción mas adecuada para esta crisis interior estimo que es la perplejidad.

Perplejidad Personal: Desde la frustración y la despersonalización, nada es posible ante esta sociedad opresora y alienante. Hay que rendirse. Somos llevados en el curso de la vida; nos limitamos a buscar el mejor acomodo para no ser triturado por la máquina social. No tiene sentido, es peligroso afirmarnos frente a ella. Una muestra elocuente es el proceso que lleva a muchos jóvenes de las escuelas al paro y de ahí a la evasión drogada o delincuente, a los mayores al materialismo y a la deshumanización.

Perplejidad personal por la existencia de una presión social estructural que crea un marco normativo inapelable, y exige sumisión automática en nombre de la eficiencia del conjunto. Lo cual supone la presión por disfuncional de cualquier ámbito de experimentación ética, de búsqueda de nuevas salidas o valores, originales y libres. Y todo esto compatibilizado a la fuerza con la exaltación formal de la iniciativa personal. El mundo de las mil posibilidades... mermadas.

Perplejidad personal provocada por una pluralidad inabarcable. Pluralidad de significados aun en el contenido de los valores o realidades más originarias. Hablamos con las mismas palabras de los mismos significantes y escondemos así la multiplicidad de significados.

¿Qué significa para cada uno de nosotros trabajo, honradez, diversión, dinero, laboriosidad, ahorro, familia, hijo, pareja.....?

Muchos de estos valores entrañan realidades divergentes y contradictorias. Tenemos que reconquistar el sentido más autentico y genuino de las palabras.

El hombre de hoy contempla en su conciencia una gran vacío de valores, no es posible separar la crisis de valores de la crisis social. Cualquier reajuste social y mucho más un cambio social, implica siempre un reflejo en el sistema de valores. Los cambios sociales acaecidos en el último cuarto de siglo son tan radicales que se puede hablar de una metamorfosis social y cultural.

El desfallecimiento de la regulación interior de la conducta se sitúa en el origen de muchos comportamientos desviados entre lo que cabe destacar las toxicomanías, ciertos tipos de delincuencia, e incluso la disociación familiar.

Causas y Consecuencia de las perdidas de los valores

Causas:

• La desintegración y los conflictos familiares

• Los divorcios

• La situación económica

• Deserción escolar

• Desobediencia

• Drogadicción

Consecuencias:

• Surgimiento de bandas

• Prostitución

• Embarazos prematuros y no deseados

• Robos

• Transculturación

• Abortos en jóvenes a temprana edad

• Relaciones sexuales promiscuas

EL VACÍO DE LOS VALORES EN LAS PERSONAS

Tal vez la razón fundamental del vacío de los valores que constatamos no sea otra que el haber condenado al sentimiento a un papel secundario en nuestro trato con los hombres y las cosas. Valores sigue habiendo puesto que algo tiene que orientar las preferencias y elecciones de los humanos. Pero son valores fácticos llamados “valores de mercado”, lo cual no distingue entre lo categóricamente bueno o malo, ni entre lo justo o lo injusto. El valor añadido a la cola no por lo que vale en sí, sino por la ganancia.

Nunca los valores fueron tan mudables, tan dependientes de intereses extraños a las cosas mismas, sujetos a modas y caprichos imprevisibles. Aristóteles critica en la “Política”, al idealista Platón por que este había diseñado una republica ideal en la que no caben ni el afecto, no la propiedad; los únicos sentimientos -explica Aristóteles- capaces de mover a los seres humanos.

Los ciudadanos deben tener propiedades, casa, tierra, familia y, además, deben cultivar la amistad entre ellos, puesto que la virtud de la justicia es suficiente para mantener una cohesión sólida y satisfactoria entre los actores de la política. La justicia conseguirá resultados escasos si no se complementa con la virtud de la amistad. Los sentimientos son imprescindibles. El comunismo, la comunidad de bienes es estéril: no produce apoyo, ni afecto, neutraliza el sentimiento.

Sin embargo, a lo largo de la historia del pensamiento la función de lo sensible en el comportamiento se creía que relativizaba a los valores y así los convirtió en algo inaccesible. Si hay algún filósofo que ha apostado por la teoría de los valores es sin duda Max Scheler quien pretendió fijar una ontología, una base material axiológica y objetiva. Para él, el hombre es un ser espiritual que ya no esta atado a “impulsos y al ambiente”, y que se habré al mundo. En la medida que es sujeto espiritual es persona que sirve del cuerpo en calidad de instrumento para llevar la practica de determinados valores. La persona no es un sujeto que considera la persona desde el punto de vista pragmático, únicamente como objeto que hay que dominar. La persona, de un modo casi franciscano, sabe colocarse en una actitud extática de apertura hacia las cosas. Además, la persona se halla originariamente en la relación con el “yo” del otro. Tal relación abarca desde la formas inferiores de vida social hasta la culminación, consistente en la relación de amor.

La virtud según la entendían los griegos, era una disposición

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