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“La Delincuencia Juvenil y la Cultura Mexicana”


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2022  •  Apuntes  •  1.349 Palabras (6 Páginas)  •  107 Visitas

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Ensayo “La Delincuencia Juvenil y la Cultura Mexicana”

Introducción

Considerar al delito como un elemento al margen de la sociedad, desde una acepción legal puede ser correcto, pero desde un punto de vista sociológico puede limitar el análisis de los fenómenos sociales y de las respuestas de la sociedad ante ellos, por ello se habla de un origen poliforme del delito, más aún cuando los mismos se desarrollan progresivamente no solo en la edad adulta, sino que se aprehenden como parte del bagaje culturar que reciben los niños y adolescentes, quienes normalizan la conducta criminal al punto de imitarla y representar a posterior valores de criminalidad, sobre todo en la etapa adolescente, edad propicia en la que el ser humano más allá de reconocimiento necesita sentirse afiliado a un grupo social, en donde tienen también gran participación las bandas y subgrupos.

La situación mencionada no es un problema solo de países latinos, sin embargo, sí se encuentra particularmente acentuada en el centro y cono sur del continente americano.

De hecho “uno de los principales problemas en América Latina es la delincuencia juvenil, pues implica un gasto social y económico para cualquier sociedad, toda vez que genera costos por los servicios públicos de salud mental, justicia y educación especial” (Salazar-Estrada, 2011) por lo que será relevante analizar el impacto de la cultura mexicana en el crecimiento de la delincuencia juvenil y en particular su relación con la realidad socio delictiva vivida en parte de este país y que se refleja en el video-filme de Solórzano (2017).

Desarrollo

De acuerdo a Jiménez (2005) la violencia y el desarrollo de la misma no es un proceso esporádico o producido por generación espontánea, sino que deviene de “una cultura de conflictos familiares, sociales, económicos y políticos, y en general del sistema globalizado que a su vez permea las diferentes formas de vida en la sociedad” (2005) , en este contexto, Jiménez relaciona directamente a la cultura con el crimen, y más aún a los círculos o niveles de socialización del individuo en sus etapas primarias y de desarrollo.

Sin embargo, estos no son los únicos elementos a considerar, pues profundizando en materia de generación de violencia se encontrarán elementos internos y externos que siendo factores crimino-impelentes acercan al individuo a cometer crímenes, dicho sea de paso, la discriminación social, exclusión, el fácil acceso a drogas, problemas o falencias educativas, la falta de espacios culturales, de esparcimiento sano, de empleo, la pobreza, desintegración familiar, etc., que hacen de la juventud mexicana y latina en general propensa a cometer crímenes no por iniciativa propia o por el desarrollo de un mal llamado “gen criminal”, sino porque ante el orillamiento social-familiar-emocional y económico el individuo se ve orillado a delinquir, motivado en gran parte por la frustración y su constante deterioro interno.

En este sentido se entenderá, que si el medio propicia las condiciones de generación de criminalidad, lo coherente es la generación de las mismas, dado que el individuo es lo que consume, sea esto información, patrones o prácticas adquiridas en su medio, razón por la que aparecen y se desarrollan las “familias de mafia”, dado que como indica Brito (1985) “el consumo genera identidades; intercambiamos productos para satisfacer necesidades que hemos fijado culturalmente, para integrarnos con otros y para distinguirnos de ellos” (p.53), esto se puede ver desde el punto psicológico con las teorías de Bowlby y Bowen (1978), respecto a la diferenciación, dado que como explica Vargas e Ibáñez (2010) “el sujeto diferenciado no se va a los extremos como ocurre con el indiferenciado, pues este primero aborda con objetividad las metas y forma de pensar”, se menciona esto porque la cualidad de diferenciación es necesaria en los seres humanos.

Por lo antes mencionado generalmente al estudiar a jóvenes en estado de conflictividad se tiene a profundizar en las condiciones de vida del adolescente. Más aún porque el delito mismo denota la inadaptación social de un individuo que tiene una afectación no solo a este sino a la familia y a la sociedad, por lo que intervenir en los jóvenes es una forma de evitar la progresividad del delito, que con las nuevas herramientas de georreferenciación es un fenómeno predecible y prevenible.

A más de solamente estudiar el entorno del joven también es necesario considerar problemas relacionados al consumo de drogas o sustancias estupefacientes, el nivel socioeconómico de la familia, las variantes negativas del entorno social, la falta de apoyo familiar, el condicionamiento del menor, la presentica de antecedentes sociales delictivos por parte de progenitores o de figuras de autoridad a cargo de la crianza, etc.,

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