La Lucha Contra La Pobreza En América Latina

La lucha contra la pobreza en América Latina

El costo social de las crisis económicas en los años ochenta

En 1983, la crisis de la deuda condujo a una caída violenta al Producto Bruto Interno.

De 1983 a 1988, los salarios reales cayeron acumulativamente entre el 36% y el 46%, los subsidios generales a la alimentación fueron remplazados por un programa de tickets de alimentación.

El numero de niños que padecieron crecimiento fetal lento y desnutrición aumento tanto en términos absolutos como proporcionalmente en el total de enfermedades.

La mortalidad infantil y preescolar creció, después de haber declinado durante años y las tasas de abandono de la escuela primaria bajaron en el caso de los niños de zonas urbanas. La proporción de graduados de cada nivel escolar que entraron en el nivel siguiente bajo.

La crisis de 1980 también golpeo duramente los hogares de otros países de la región. El gasto social fue recortado considerablemente y otros indicadores sociales, como los porcentajes de mortalidad infantil y el promedio de años de escolaridad, si bien siguen mejorando, lo hacen más lentamente que la década anterior

La mezcla de políticas macroeconómicas

La crisis macroeconómicas recientes se han visto acompañadas también por crisis bancarias, las altas tasas de interés sobre la deuda pública implican que el gobierno tiene que aumentar su excedente primario.

La disminución de las reservas internacionales conduce a una devaluación de la moneda que puede provocar contracción a corto plazo, dependiendo del monto de financiamiento externo disponible del Fondo Monetario Internacional, los bancos de desarrollo y otros recursos bilaterales y públicos.

En los años ochenta, cuando los países de América Latina y el Caribe se enfrentaron a grandes desequilibrios fiscales y pronunciadas diferencias en las tasas de cambio, en general redujeron el déficit del gobierno y devaluaron la moneda interna.

La situación social de América Latina y sus impactos sobre la familia y la educación

La evolución de la situación social de la región no generado una fuerte preocupación en amplios sectores, la ciudadanía ha indicado, por diversas vías, que considera que sus problemas de mayor gravedad se hallan en el área social.

El informe “Estado de Región” refiere que más del 60% de los 34.6 millones de centroamericanos vive en pobreza, y el 40% de ellos en la miseria.

Mas de 10 millones de centroamericanos no tienen acceso a servicios de salud, y saneamiento básico y un tercio de los habitantes son analfabetos, según marca el informe, las cifras son peores para la población indígena.

Uno de los puntos de preocupación central, con múltiples consecuencias, es que las serias dificultades ocupacionales son aun de mayor envergadura en los grupos jóvenes, desempleo, subempleo y pobreza se ligan estrechamente llevan a carencias de todo orden en la vida cotidiana. Una de sus expresiones más extremas es la de todo orden en la presencia, en diversos países, de cuadros alarmantes de desnutrición. En América Central se estima que un tercio de los niños menores de 5 años presentan un peso y una talla inferiores a los que deberían tener.

El redescubrimiento de la familia

Desde la perspectiva espiritual, la familia apareció siempre como la unidad básica del género humano. En los últimos años se han agregado a esa perspectiva fundamental conclusiones de investigación de las ciencias sociales que indican que la unidad familiar realiza, además, aportaciones de gran valor en campos muy concretos.

La calidad de la escuela tiene desde ya una considerable incidencia en el rendimiento educativa.

Según concluye la CEPAL, el 60% de las diferencias en el rendimiento estarían vinculadas al clima educacional del hogar, su nivel socioeconómico, la infraestructura de la vivienda y el tipo de familia. Aspectos básicos de la estructura de la familia tendrían, por tanto fuerte influencia en los resultados educativos.

La familia tiene un gran peso en la conformación y el desarrollo de la inteligencia emocional, los niños perciben en las relaciones entre sus padres, y de estos con ellos, modos de vincularse en lo emocional que van a incidir sobre sus propios estilos de comportamientos.

Una proporción creciente de hombres jóvenes de los tratados humildes se resisten a constituir hogares estables, esta tendencia parece fuertemente influida por el crecimiento de la pobreza, la desocupación y la informalidad en la región. En muchos de estos casos, el joven no ve la posibilidad de encontrar un empleo estable que le cumplir el rol de proveedor principal de los ingresos del hogar que se espera de el. La situación general, como lo indica las encuestas, muestra además un gran temor por la inestabilidad que caracteriza al mercado de trabajo.

Incapacidad de la familia de proporcionar una infancia normal

La pobreza y la inequidad colocan a numerosas familias en serias dificultades para poder dar a sus hijos la infancia que desearían y que correspondería, una de las expresiones principales de la problemática que se planea es la figura del niño que trabaja desde edades tempranas.

El niño es enviado a trabajar, o se procura trabajos, para poder realizar algún aporte al hogar necesitado del que proviene y poder subsistir personalmente, son largas jornadas, graves riesgos de accidentes de trabajo, ninguna protección social, magras remuneraciones.

Pobreza, inequidad y educación

En la mayoría de los países, mas del 90% de los niños se inscriben en la escuela primaria, la gran mayoría de los niños inicia la escuela primaria pero, según se estima menos de la mitad completa esa primera etapa de la educación. Las tasas de repetición escolar son asi mismos muy altas, los elevados niveles de deserción y repetición aparecen estrechamente vinculados a la pobreza y la inequidad.

La pertenencia a familias pobres va a significar desventajas para los niños en aspectos clave para su permanencia y resultados en la escuela.

El capital educativo que puedan aportarles sus padres tendera a ser limitado, pobreza y desigualdad van modelando un patrón de oportunidades de educación absolutamente inequitativo.

De cada 100 niños que comienza la escuela primaria en Bolivia, Brasil, Colombia y Perú, solo 15 llegan a 9 años de escolaridad.

Enfrentando

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