La educación en China

La educación en China

En la antigua China, la educación era poco común debido a que los niños no eran enviados a las escuelas, pues los padres preferían mantener a sus hijos trabajando en los campos cultivando o cuidando el ganado. Eran muy pocos los niños que podían tener acceso a la educación debido a la estructura social de China, que estuvo modelada con base en la organización familiar, en donde el padre era quien tenía la autoridad suprema y los hijos le debían obediencia absoluta, el Emperador era a quien los chinos atribuían origen divino y quien gozaba de un poder ilimitado y sus súbditos le debían obediencia absoluta. El imperio Chino se desarrolló casi al mismo tiempo que la India, en las llanuras del Río Azul y del Río Amarillo, estableciéndose una educación que perdura hasta nuestros días.

Esta tradición fue lentamente elaborada desde el tercer milenio hasta el siglo sexto antes de Cristo, en que se consolida bajo la influencia de los filósofos Lao-Tse y Confucio, quienes luchando contra las doctrinas que se oponían a los derechos humanos y enseñando una moral activa basada en la búsqueda de la felicidad de pueblo, establecieron la base de su orden social.

Lao-Tsé fundó el taoísmo como una nueva doctrina que armonizaba con las necesidades del Imperio, señalando los deberes de la familia, el cumplimento de los deberes sociales y el amor al prójimo y pronunciándose en contra de quienes quieren mantener la ignorancia en el pueblo, ya que se consideraba como difícil gobernar a quienes saben demasiado. Por otra parte, Confucio creó un nuevo sistema moral que, reinterpretaba las tradiciones chinas y se convirtió en la base de la educación. También fundó una escuela privada y destacó por su estilo de libre enseñanza, rompiendo el monopolio de la educación por parte del gobierno, dándole al pueblo mayores posibilidades de accesarla. Su pensamiento era esencialmente aristocrático, pues buscaba la instrucción de los nobles y príncipes, inculcándoles el cumplimiento de los deberes y el espíritu de disciplina y sacrificio necesarios para el desempeño de las funciones administrativas.

El profundo respeto por la familia y el Estado, por las ideas tradicionales y las costumbres, el formalismo y el culto por los muertos, han inspirado la acción de los educadores en la escuela y la familia. El individuo aprende los usos, ritos, costumbres y sentimientos comunes a todos, como lo son la sumisión a la autoridad absoluta del padre de familia y sumisión total de la mujer al hombre, casada sin haber conocido a su futuro marido, vendida a veces a causa de una penosa situación económica, la mujer depende toda su vida del hombre y escapa de la autoridad de uno para caer bajo la autoridad de otro.

Tradicionalmente se mandaba al niño a la escuela, la cual era abierta a todos pero, en un pueblo numeroso, era posible a educar sólo a algunos. Los letrados forman la clase instruída y también la de los funcionarios. Únicamente el joven chino que cuenta con los medios para ello aspira a ser letrado. Estos niños que lograban tener acceso a la educación eran fuertemente motivados por los profesores a trabajar muy duro en sus estudios, ya que si se desempeñaban bien en los exámenes llevados a cabo, podían asegurar un trabajo en el gobierno.

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