La guerra fria y Latinoamerica

“Los que hacen imposibles los cambios pacíficos, hacen inevitables los cambios violentos” Fragmento Manual de la Tolerancia, Hector Abad Gomez.

El índole de una unión que vimos fragmentarse tras las imparticiones inmovibles de sus ideologías se incubó por el interés mutuo de exterminar lo que ya avanzaba en la dictadura de Hitler como un genocidio , evento al que no creemos falto de recordar su dureza y el suplicio que fue experimentado e impartido como si la catedra se diera en terminos de agonia. Y es que una victoria en cuanto a la derrota de este enemigo en común dejaba los intereses compartidos en completa vagueza y empezaba a germinar arduamente en ambos la intención de que su ideología fuera aquella empleada a nivel global, entonces setenta y tres años después del comienzo de una extraña guerra en donde la quietud de los misiles hizo protagonismo, nos preguntamos ¿Cuáles son y han sido las penas que en latinoamérica se han debido pagar?

Listas largas de sucesos son los que podríamos desglosar en este texto, pero en primer lugar centrémonos en la primera ley de la naturaleza que se ve en un hilo delgado cuando una de las condiciones inherentes del humano, la de la bestidalidad, que ha regido tanto como rige a los hombres dos naciones enteras, interfiere en la misma que es la preservación de su vida como instancia legítima y primordial puesto que la defensa de su propia razón pone en riesgo que la contraparte utilice su misma condición en aras de protegerse. Es aquí cuando el derecho de la naturaleza interviene, porque al arriesgarla e infringir la ley es necesaria una defensa que como se nos fue mencionado, desconoce de límites en cuanto a los medios para llevarla a cabo.

Debemos atribuirle a las ideologías su papel en el sostenimiento de una sociedad viva, ya sean estas progresistas o conservadoras, de nuestro agrado o que las aborrezcamos, ellas han sido factor principal en cuanto el movimiento que la historia lleva, desde ritmos de borrascosa tempestad hasta otros que parecieran asimilar a un río que baja tranquilo contandonos un par de sucesos al oído; la mención de todo esto va dirigida a que si bien una ideología puede ser semilla de bienestar y cambio, esta no deja de sufrir los dilemas naturales y puede al igual que este pequeño ápice de lo que será una vida enfermarse, pero de extremismo y fanatismo. A Estados Unidos, el mal llamado país de los sueños y la libertad, lo gobernó esta condición invadiendo sus entrañas y dejó que él se encuentre fanaticamente convencido de que un modelo económico que presente divergencia ante el capitalismo implica un peligro para su felicidad, o como asegura, para la felicidad de los demás.

Ahora sí, adentrémonos un poco en cómo ha sido toda esta lucha de ideales para latinoamérica. Nos encontramos entonces con que la defensa de esta concepción de lo ideal por parte de Estados Unidos caló al punto de que al contrario de lo que se dictamina en la ley de la naturaleza de tender hacia

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