¿La integración escolar entre los unos y los otros?

¿La integración escolar entre los unos y los otros?

A partir de la década de los 90 en Latinoamérica, los modos de concebir a la “integración” comparten ciertos parámetros. Parámetros que obedecen a los aportes de declaraciones y documentos de organismos internacionales que impulsan y promueven la necesidad de “integrar” a los estudiantes con los estudiantes con “Necesidades Educativas Especiales” (NEE) a las escuelas comunes, no obstante, es necesario saber qué se entiende por NEE, en la Declaración de Salamanca (1994) expresa que “el término Necesidades Educativas Especiales se refiere a los niños y los jóvenes cuyas necesidades se derivan de su capacidad o sus dificultades en sus aprendizajes.”

Por su parte, la Dirección de Educación Especial del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires enfatiza que las discapacidades de los estudiantes algunas son visibles y presentan diagnósticos claros, otras se tratan de fracasos escolares en el dispositivo de la escuela común, lo cuales requieren apoyo para acceder al currículum común.

Ante ello se considera a las “NEE” como la nueva forma de designación de un colectivo humano que pueblan las escuelas especiales y que tendrían que ser “integrados” a las escuelas comunes. A partir de ello se trata de generar nuevas políticas educativas y, particularmente, políticas de “integración” escolar y nuevas relaciones entre las escuelas especiales y las escuelas comunes, sin embargo, estas políticas separan por medio de un estigma a dos sectores de la población escolar, por un lado, a los estudiantes que “no tienen problemas” en el aprendizaje y, por otro lado, a los estudiantes con “problemas de aprendizaje” o estudiantes con “NEE”. De este modo, la diferencia sigue equiparándose al déficit, y el déficit los ubica “del otro lado” de la frontera (separa, excluye y discrimina). Se sigue abordando a “los estudiantes con problemas” en forma individual y por separado; se sigue haciendo caer todo el peso sobre “los niños problemas”. En suma, se trata de políticas de “integración” diferidas en un paradigma de la simplicidad que hace caer todo el peso sobre el estudiante.

Ante ello, se sostiene como necesario el paso de lógica de la frontera integración escolar, NEE, a la lógica de la accesibilidad escuela para todos, es decir , alejar la consideración de los sujetos a partir de su patología esto ha de ser un recorrido a realizar desde todos los ámbitos institucionales y sociales creando así una accesibilidad universal. Se debería postular a partir del reconocimiento de los límites y diferencia mirar desde lo que tiene y no de lo que falta, pero sobre todo no poner énfasis en ellos ni abordarlos en forma descontextualizada ni aislados y fundamentalmente dejar la miradas simples, lineales y reduccionistas a una causa o dimensión de análisis, pues hay que tener

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