La maternidad subrogada o sustituta en México.

La maternidad subrogada o sustituta

Son ya numerosos los estudios que existen en la actualidad en relación al tema de la maternidad subrogada o sustituta, la cual puede ser concebida, en términos prácticos y sin que logre abarcar todos sus posibles elementos, como un acuerdo de voluntades en el que una pareja o persona contacta a una mujer que estaría dispuesta a prestar su vientre para llevar a cabo la gestación, quien puede realizar tal acto por altruismo o por la obtención de un lucro, con la condición de que una vez nacido el hijo producto del embarazo, lo entregue al o a los contratantes, absteniéndose la mujer gestante a reclamar derechos paterno-filiales sobre el menor recién nacido.

No obstante, se estima oportuno efectuar un breve análisis del impacto que dicha figura provoca en el derecho positivo mexicano, atendiendo a las instituciones de carácter civil en lato sensu que prevén los diversos ordenamientos, debiéndose hacer un especial énfasis al novedoso Código Familiar del Estado de Sinaloa, primero en regular de manera expresa y en términos hasta cierto punto amplios la maternidad subrogada o sustituta. Pero más aún, son de destacarse los diversos derechos humanos y principios de éstos que se encuentran inmiscuidos al hablar del tema de referencia, como lo son el interés superior del niño, el derecho a la procreación, el derecho a la identidad personal, e inclusive el derecho de igualdad que va de la mano con el principio de no discriminación.

En ese sentido, en primer término cabe destacar que la maternidad subrogada o sustituta constituye un método de reproducción asistida o médicamente asistida, esto es, una técnica de tratamiento de la esterilidad o infertilidad (por regla general) que conlleva una manipulación de los gametos. Entendiéndose por gametos las células reproductoras de cada sexo, es decir, en el masculino los espermatozoides, en el género femenino los óvulos.

El sector médico aprecia de manera muy similar el concepto de esterilidad con el de infertilidad, incluso hay quienes los señalan como sinónimos, aunque en realidad, y como lo hace la gran mayoría, los distingue uno de otro. En síntesis, se puede hablar de la esterilidad como la incapacidad para concebir o para quedar embarazada; mientras que la infertilidad se puede concebir como dicha incapacidad presentada después de doce meses de relaciones sexuales sin protección, situación ésta que presupone algún remedio. Lo anterior, según se obtiene de la de la enciclopedia médica virtual “Medline Plus”, un servicio de la biblioteca nacional de medicina de los Estados Unidos de Norteamérica en concordancia con los Institutos Nacionales de Salud

Tales conceptos se destacan en virtud de que, más allá de ser las causas más comunes y, en algunos casos aceptadas, para el empleo del método de reproducción asistida de que se habla, también es de destacar que la normatividad mexicana parece permitir dicha técnica solamente en dichos supuestos médicos, lo cual se abordará más adelante.

Por otra parte, se tiene que la palabra subrogar, según lo define el diccionario de la Real Academia Española, es "sustituir o poner una persona o cosa en lugar de otra". Quiere entonces decir que "maternidad subrogada" es la substitución del estado o la calidad de madre, dándosele aquí a madre la connotación de mujer gestante.

Los motivos para la existencia de esta modalidad de reproducción asistida pueden variar, en primer término y regularmente el más preponderante es el relacionado con alguna causa de infertilidad o esterilidad sin remedio, y que una vez agotados todos los medios de reproducción asistida, acudan a esta alternativa como última opción, esta problemática también encuentra cabida en el supuesto de las mujeres solteras con deseos de ser madres; otra razón para la utilización de esta técnica es cuando la mujer casada, concubina o soltera, tenga deseos de ser madre, pero no esté dispuesta a sufrir las inclemencias y cuidados que requiere un embarazo; también se pudiese suscitar la hipótesis en que la mujer no quisiese dejar de laborar, o inclusive perder su figura física por temor a nunca recuperar su actual estado corporal.

Así pues, como se adelantó al inicio del presente trabajo, la modalidad de procreación de que se habla consiste en la existencia de una pareja o una mujer que, por alguna de las razones mencionadas con antelación, se propone a utilizar como medio procreativo la maternidad subrogada o sustituta; se contacta a una mujer que estaría dispuesta a prestar su vientre para llevar a cabo la gestación, quien puede realizar tal acto por altruismo o por la obtención de un lucro, con la condición de que una vez nacido el hijo producto del embarazo, lo entregue al o a los contratantes, absteniéndose la mujer gestante a reclamar derechos paterno-filiales sobre el menor recién nacido.

Ahora bien, esta práctica puede llevarse a efecto por diferentes combinaciones. La mujer que contrata a otra portadora puede ser la madre genética, si pone el ovulo, pero puede no contribuir con elemento genético alguno para la gestación o preñez de la madre suplente.

Desde el punto de vista del padre genético también pueden distinguirse diferentes casos. Puede ser el marido de la mujer que encarga a la portadora la gestación del niño, puede ser el esposo de esta o un donante anónimo.

Al respecto, resulta necesario señalar que dentro de la figura de la maternidad subrogada podemos encontrar hasta un máximo de 6 personas involucradas en el proceso. Estas personas serían la mamá gestante, el esposo de ésta, la mujer donadora de óvulo, el hombre donador de esperma, la mujer incapaz de procrear y el hombre incapaz de procrear. Cabe resaltar que puede haber variaciones respecto al número de personas involucradas, pero la figura en su máxima expresión contempla a estas seis personas.

Hoy en día existen agencias de madres subrogadas en países como Estados Unidos, estas agencias con fines claramente lucrativos tratan de poner en contacto a posibles madres portadoras con parejas en las que la mujer no puede o no quiere gestar un hijo.

Como sería de esperarse, en razón de los alcances que conlleva la práctica de la maternidad subrogada o sustituta, ésta ha sido objeto de un sinfín de críticas desde el aspecto moral, religioso, ético, jurídico, cultural e inclusive científico, tomando en cuenta la existencia de la bioética; lo anterior, tiene como punto de partida, generalmente, el atento contra la reproducción natural del ser humano, que al igual que en los diversos tipos de reproducción asistida, implican la utilización de métodos tecnológicos para lograr el fin de la procreación de la especie.

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