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LA Mujer En La Publicidad


Enviado por   •  15 de Mayo de 2015  •  2.553 Palabras (11 Páginas)  •  400 Visitas

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Este tema en mi ha provocado bastante interés, porque ahora han utilizado mucho a la mujer para “publicidad” pero para mí eso no es lo que llama la atención si no que entre más sensual sea el anuncio más se vende el producto. ¿Qué solo importa su cuerpo ese pasivo e insinuante melancólico, cariñoso o seductor? ¿Es la mujer un objeto de la publicidad o es ella quien se explota así misma?

La mujer ha tratado de ser parte de una sociedad sin machismo, donde le sea permitido la participación política y no sea vista como un ser sin fuerza, mente e inteligencia. Esto ha sido un proceso que se ha llevado por muchos años, sin negar que en algunos lugares del mundo sigan siendo reprimidas, la mujer ha logrado introducirse en la sociedad sacando adelante el género femenino, demostrando que es tan capaz como el hombre de hacer las cosas por su propia voluntad.

Así, la publicidad se ha aprovechado de esto degradando de una manera u otra a la mujer en sus anuncios publicitarios, donde son vistas como estereotipos para seducir al género masculino. Por consiguiente, el uso de la mujer como “objeto” sexual en la publicidad genera violencia hacia EL GÉNERO. Pues, al convertirse en un objeto público, y su imagen incita, en ocasiones, al maltrato verbal o físico, obtiene un valor en el mercado y algunas veces la dignidad del género es afectada bruscamente.

CAPITULO I

Estereotipos de la mujer en la publicidad

Según la RAE, un estereotipo consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad.

En mi punto de vista la publicidad influye muchísimo en la creación de estereotipos, dado que pone a la mujer “perfecta”, la mujer en la publicidad suele desempeñar principalmente dos funciones:

1.- destinataria de ciertos productos de utilidad doméstica o de belleza

2.- objeto decorativo o “cebo”, objeto de deseo para vender al hombre otro tipo de productos

El que ve la publicidad se hace a la idea de que como la mujer que están viendo en el anuncio deberían de ser todas, creando en él problemas psicológicos… Como en las adolescentes muchas enfermedades psicológicas y de desórdenes alimenticios, como lo son: anorexia, bulimia, ortorexia, vigorexia, potomania, permarexia, drunkorexia o ebriorexia entre otras tantas enfermedades de este tipo.

Estás enfermedades en su mayoría son causadas por que se quieren parecer a las mujeres que salen en los anuncios publicitarios, y al darse cuenta de que ellas no se parecen a lo que ven empiezan a dejar de comer, vomitar, etcétera…

En el día a día nos bombardean con millones de anuncios publicitarios, mostrándonos personas “perfectas”, creadas y aceptadas por la sociedad.

Sin embargo, los tiempos están cambiando, y también en esto. La publicidad, entonces, se vuelve más sutil, más aparentemente “moderna” pero, si profundizamos, comprobamos cómo se siguen manteniendo roles. Incorpora nuevos roles femeninos: las superwoman. Esa supermujer incansable que, además de trabajar fuera de casa, lleva el peso de la casa y del cuidado de los hijos sin la ayuda del hombre.

CAPÍTULO II

El uso como objeto sexual de la mujer en la publicidad

El problema es que el sexo llama la atención, y es por eso que la publicidad lo utiliza relacionándolo con todo tipo de objetos; como el sexo vende y en nuestra sociedad el sexo está atribuido hacia los hombres, las mujeres son las víctimas de la situación y los anunciantes no dudan en utilizarlo pese a esto.

En la publicidad, la frontera entre el sexo y el sexismo es muy estrecha. Y son muchos los que la cruzan a sabiendas de que no hay nadie que se lo impida.

Últimamente la mujer se va introduciendo en el mundo laboral, político y socioeconómico con una fuerza y una profesionalidad crecientes.

Pese a esto, los medios de comunicación quieren llegar a la población dando la imagen de la mujer liberada y moderna que pone de manifiesta solo su vertiente erótico-sexual, que hace de la mujer un objeto de uso para el hombre. Estos mensajes obligan a la mujer a asumir un papel de agresividad sexual para ser cada vez más valorada por el hombre. Ella misma se convierte, al aceptarlo, en objeto de deseo de un machismo retrogrado. Esto hace que aparezcan patronos de la mujer como la "mujer diez", " la mujer kleenex, de usar y tirar", la mujer que piensa que conseguirá la realización personal mediante el máximo de experiencias sexuales.

En relación con esta imagen, la escritora Elisa Lamas comentaba en un artículo la organización generalizada del cuerpo de la mujer, como una perdiz de reclamo, para vender todo tipo de objetos de consumo. De esta manera parece que con el cuerpo de la mujer no pueda haber personas como Marie Curie, la Madre Teresa de Calcuta o Margaret Thatcher, que aunque salgan en los medios de comunicación nunca lo hacen con músicas sugeridas o luces embellecedoras. Aquello con que se nos bombardea sin compasión es la mujer cascanueces (cuerpo perfecto de una, ojos misteriosos de otra, piernas esbeltas de otra tercera...)

Sólo teniendo una visión completa de la mujer podemos determinar este problema, ya que si no tomáramos en cuenta los otros aspectos no existirían dichos problemas, en otras palabras las mujeres hoy en día tienen la necesidad de pensar y ser retribuidas por esto, no por ser un objeto.

La publicidad ha tendido a minimizar a la mujer y “exhibirla” en los anuncios como un ser con menos posibilidades de desarrollo personal además de alabar determinados estilos de vida.

El cuerpo femenino y la mujer como objeto sexual siguen siendo el plato fuerte de agencias y clientes, que por motivos conservadores o falta de creatividad no se atreven a dar un paso más allá. La prensa, la radio y la televisión han reflejan los valores y estereotipos que dominan la sociedad por ello cambiar los roles con los que se retrata a la mujer en la publicidad no es sólo cosa de los publicistas. Estos comienzan a dirigirse a la mujer de otra forma, se dan cuenta de que hay ya muchas trabajadoras, independientes económicamente y con alto nivel adquisitivo. Pero de momento tan solo un 17,7% de los roles femeninos se asocian a trabajadoras, un 8,1% a roles mixtos (madres, trabajadoras y dueñas de casa) y un 38,5% a objeto sexual,

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