La solución frente a nuestras narices
Rocio FigueroaEnsayo11 de Mayo de 2021
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La solución frente a nuestras narices.
La realidad existente en Chile bien se sabe que es comprendida por la mayoría de su ciudadanía, son variados los problemas que nos acontecen como sociedad, y es que no es tan complejo el percibir nuestra situación, es sabido que las problemáticas que tenemos poseen un trasfondo difícil de resolver, sin embargo no imposible de solucionar. Si tratamos de identificar algunos de los muchos declives que nos acontecen, la respuesta lo más probable siempre caerá sobre contratiempos sociales, sobre las grandes diferencias que tenemos entre nosotros como chilenos a pesar de convivir todos juntos, pero cavando más profundo, realmente deberíamos de plantearnos otras dudas como ¿qué es lo que provoca todo esto?, ¿cuál es la raíz del asunto?,¿cómo es posible resolver estos problemas?, y lo más importante, ¿será que el resolverlos nos permita avanzar y desarrollarnos de buena manera como sociedad?
Lo necesario para dar el primer paso hacia una solución concreta es el identificar las causas y, en vez de erradicarlas, evitar que estas se produzcan, y es aquí en donde, la Educación juega un rol fundamental, y a mi parecer el más importante de todos, puesto que es esta la que verdaderamente sostiene a una sociedad por completo, constituye la base bajo todo grupo humano, podría parecer para algunos algo muy insignificante, sin embargo una buena educación es la mejor solución para todos los problemas que nos acontecen como sociedad. He aquí, aunque suene paradójico, la vacuna contra la enfermedad que esta misma provocó, ya que lo que nos condenó fue el declive y desinterés que le dimos a la Educación en el pasado y que aún le seguimos dando, la estamos infravalorando erróneamente y la solución es tan simple como solo cultivar las raíces de esta.
Pero que no se mal entienda, no me refiero al lado de la educación que solo encasilla lo académico, lo que pretendo realmente es que, al referirme a un cambio profundo en nuestra educación, se entienda que esto comprende el aprendizaje y el desarrollo moral, académico y afectivo de una persona, que se descubran y destaquen todas y cada una de las cualidades propias de cada persona, además de que se rescaten aquellas características culturales que hemos ido perdiendo con el paso del tiempo.
La lamentable la realidad es que, en este preciso momento, la calidad de nuestra educación a nivel nacional es pésima, y refiriéndome no sólo a los estudiantes actuales, sino a todos, cualquiera sea la edad y la clase social a la que se pertenezca. Nuestro desarrollo integral ha ido deteriorándose a medida que han pasado los años, y cierto es que esto se ha ido acumulando exorbitantemente a medida que han ido y van pasando las generaciones, puede que uno diga ¿bueno y cómo es que de igual forma se nos considera como uno de los países de mejor situación en Latinoamérica?, no niego aquello, a decir verdad, en esencia es cierto, mas aquello no significa que no podamos mejorar, de hecho, según mi opinión, al ritmo al que vamos ahora, no me cabe duda de que, si no se genera un cambio, el arrepentimiento y la desilusión futura será inmenso, además de que, obviamente, las problemáticas que nos asfixian ahora se incrementarán más adelante.
Si nos ponemos a enumerar los problemas que poseemos no terminaríamos nunca, aunque de igual forma, hay cierto término que comprende una pesada responsabilidad dentro de estos contratiempos, mejor dicho, es el principal factor de éstos, y no es nada más y nada menos que una singular palabra, el “Individualismo”, para quienes no entienden qué es esto, en resumidas cuentas es la tendencia que tiene una persona a actuar por voluntad propia inhibiendo toda opinión ajena a la suya, básicamente es la tendencia a actuar en beneficio propio sin importar lo que pase con los demás, se impone el individuo por sobre la colectividad. Suena completamente ilógico para mí al menos, cómo es posible que este tipo de actitud florezca dentro de una sociedad, dentro de un grupo de personas que, al menos uno creería, tiene la responsabilidad de protegerse mutuamente, subsistir colectivamente en beneficio de todos, bueno, uno se equivoca, en ese contexto pareciera ser que a nosotros nos aterra esta idea, ya que el individualismo se ha vuelto parte de nuestro ADN, se volvió una característica propia de nuestra cultura tristemente, una particularidad que nos ha traído miles de desventajas cuando normalmente una característica cultural debería de enriquecernos como comunidad. La contradicción es inmensa, pero a qué quiero llegar con esto, el individualismo simplemente no es congruente con la idea de bienestar colectivo, el individualismo trae consigo todos aquellos antivalores a los que tanto tratamos de hacer el quite, tales como el egoísmo, la avaricia o la soberbia, y en consecuencia, de la mano de todos estos vienen aquellos contratiempos que flotan por sobre los más complejos, como por ejemplo la delincuencia, de la que uno reconoce la imagen propia de egoísmo y avaricia, de la cual, lo primero que a uno se le viene a la mente, son aquellos individuos que normalmente provienen de las clases sociales bajas del país, sin embargo ese es solo una cara de la moneda, puesto que de esa forma nos han hecho ver la delincuencia, como la clara forma de un prejuicio, como un grave problema que se ha expandido y profundizado como una plaga gracias a unos pocos, que incluso llegamos a catalogar como desalmados, pero que en verdad se ha ocasionado a causa de todos nosotros, debido a esta sociedad individualista.
La delincuencia no es otra cosa más que una de las consecuencias directas de la mala educación que los delincuentes han recibido a lo largo de su vida, y es que, si analizamos ambos extremos, en el caso de aquellos ladrones que todos enjuiciamos a priori, aquellos que simplemente sustraen cosas materiales e irrelevantes realmente, detrás de aquella actitud egoísta se encuentra un joven al cual nunca se le presentaron las oportunidades, una persona que en realidad vivió toda su vida dentro del mismo ambiente, atrapado en un escenario que no podría nunca evitar, porque la educación que recibió fue absolutamente deficiente, por decir lo menos, sus padres lo más probable es que hayan vivido la misma situación, por lo que continuamente el ciclo se renueva, en el colegio nunca comprendió lo que se le intentaba explicar, las necesidades que acontecían su vida no le permitían comprender lo importante que es el recibir una buena educación, puesto que nunca supo lo que aquello implicaba, y a causa de ello termina robándole a sus pares, ya que la ignorancia se volvió la infección que acabó con todo aquel valor que alguna vez pudo haber poseído, nunca se pudo desarrollar de buena manera, ni académicamente ni moralmente, debido a que no recibió de ningún lado las herramientas necesarias, las circunstancias no se lo permitieron y terminaron perdiendo el interés.
Ese es uno de los extremos solamente, aunque el más grave, pero de la otra mano existen aquellos delincuentes que, a mi parecer, son la peor y más acertada evidencia de lo malo que es el individualismo, estas personas realmente no poseen ninguna necesidad urgente que justifique su actuar, sino que este es simplemente llevado a cabo bajo el impulso de las tentaciones que trae consigo el individualismo, actúan bajo las sombras sin que nadie se percate la mayor parte de las veces, para ellos es más importante poseer, ganar, hasta imponer, pero no mirarán nunca hacia atrás, ni hacia el lado o, erróneamente, hacia abajo (lo que, aunque lo hicieran es malo), porque sólo buscan el beneficio propio, hablo de las personas a las que, como muchos dicen, nacieron en “cuna de oro”, a los que nunca les faltó nada y recibieron en “bandeja de plata” todo y que, adicionalmente, uno podría intuir que debido a su condición, tuvieron una infinidad de oportunidades diferentes y que a pesar de ello anhelan más, necesitan del poder y no están satisfechos con lo que tienen, aunque sea mucho, y conforme ocurre esto prefieren conseguir lo que desean a costa de otros, no consiguen las cosas de buena manera, simplemente piensan en ellos y no se paran a contemplar las desgracias que van dejando en el camino, su único enfoque permanece fijo hacia su meta sin importar nada. En el fondo todos saben en concreto, o al menos tienen una idea de a quienes me refiero si, después de todo, nuestro país tiene a la cabeza a muchos de estos “singulares” individuos, y debido a su espíritu completamente individualista es que, todos quienes no pertenecen a su grupo, pagan por sus acciones, las que se sabe trajeron consigo los miles de abusos sistemáticos que sufre nuestra sociedad actualmente, aquellos abusos por los que el pueblo se manifestó en contra hace tan solo un año y aún nos acechan.
En vista de todo lo que mencioné anteriormente, espero que el cuestionamiento no sea tan complejo, no podemos simplemente quedarnos en un estado de observación, ya que sólo he destacado los extremos del individualismo, pero todo lo demás afecta de igual forma, cada uno de nosotros debe comprender que, tal vez inconscientemente, es partícipe de un actuar similar, no nos escuchamos y seguimos pensando sólo en llegar primero que el otro y es desde ahí donde debemos comenzar a buscar un cambio para revertir todo esto.
No obstante, ¿de dónde proviene esta característica, en qué momento se genera la actitud individualista?, según mi visión, todo comienza en la educación, desde pequeños se nos ha ido inculcando un pensamiento de este tipo, la razón detrás de todo es la perspectiva educacional que posee nuestro país, esta tiene una base errónea, un propósito deficiente y retrasado a lo que las nuevas generaciones realmente necesitan, y es que el plan de estudios que entregan nuestras instituciones educacionales, desde temprana edad, a los estudiantes les enseña cosas como el valor del trabajo en equipo, se les intenta desarrollar valores como la colaboración, la honestidad, la generosidad, entre muchas otras cosas, y a pesar de todo ello, finalmente la base del sistema se centra en la competitividad, los alumnos están expuestos a la presión constante de la competencia, puesto que deben cumplir con un mínimo esperado, sino de lo contrario simplemente fracasarán, se incentiva el triunfo por sobre las demás cosas, y todo esto a través del valor sobreestimado que el sistema entrega a las evaluaciones, esta forma de medición que utilizan no hace otra cosa que provocar una inmensa segregación entre los alumnos, los vuelve el uno contra el otro, no los ayuda, podría hasta decir que los trauma, desde pequeños se les da una responsabilidad demasiado grande para lo que pueden cargar, ¡es tan inimaginable pensar que un niño de tan sólo seis años tenga que lidiar con la presión de alcanzar un promedio adecuado para poder seguir educandose académicamente!, uno diría “pero si es un niño, ¿qué va a saber siendo tan inocente?”, no hay que pasarlo por alto, porque personalmente, teniendo una corta edad, puedo afirmar que todo granito cuenta, la carga a medida que pasa el tiempo se vuelve cada vez mayor, y los jóvenes terminan su educación primaria tan estresados que la incertidumbre sobre el futuro es enorme y les aterra seguir avanzando.
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