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La televisión peruana y naturalización del racismo.

Christian1406Ensayo7 de Octubre de 2016

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Ni negro bruto, ni andino incivilizado, ni amazónico primitivo, ni blanco intolerante. La televisión peruana y naturalización del racismo.

En la actualidad, el Perú tiene problemas sociales muy complejos en su población, los cuales comprometen la democracia y estabilidad de nuestro país de manera significativa. Entre dichos problemas sociales, podemos encontrar la corrupción, la injusticia social y, el principal problema, el racismo, que impide crear una identidad peruana. En ese sentido, es pertinente mencionar qué se entiende por racismo. Para fines de este ensayo, el racismo será entendido y “definido como la diferenciación establecida a partir del fenotipo y color de piel”, como lo es para Nelson Manrique, Alberto Flores Galindo y Gonzalo Portocarrero (Valdivia 2013). Frente a ese problema, necesitamos medios para poder contribuir a la mejora de nuestra patria. No obstante, parece que el medio de comunicación más usado por los peruanos, la televisión, no quiere ayudar a esa causa. Sobre esto, la televisión peruana del siglo XXI, lejos de ayudar a crear una conciencia colectiva positiva nacional, normaliza el racismo en la sociedad. Al margen de ello, sostengo que la televisión peruana es la principal contribuyente a la naturalización del racismo mediante la creación de estereotipos raciales sobre la sociedad peruana de manera sutil en la conciencia de la población. [a]

Como peruano, me indigna el comportamiento racista y denigrante de la sociedad peruana, y me indigna aún más que la televisión, pese a ser un medio cercano a todos los individuos, en lugar de ayudar a eliminar ese comportamiento, lo promueve. Por ello, aprovecharé esta ocasión para analizar cómo la televisión peruana contribuye a la naturalización del racismo de manera sutil en la sociedad. En primer lugar, manifestaré cómo la televisión peruana, utilizando el humor, muestra una distorsión de la sociedad peruana de forma denigrante y estereotipada como un medio de entretenimiento gracioso e inofensivo, lo cual se impregna en el inconsciente de la sociedad de forma indirecta. En segundo lugar, demostraré que, en las series televisivas peruanas, estereotipan negativamente a los “blancos” haciendo uso de prejuicios y concepciones que se tiene hacia ese grupo. Ello genera el denominado racismo inverso o contra racismo, que explicaré más adelante. Por último, analizaré a la publicidad televisiva, la cual subordina y estereotipa constantemente a la sociedad, y naturaliza jerarquías a partir de diferencias raciales, para refutar el argumento de quienes afirman que la televisión es un espejo de la realidad social peruana.[b]

Para comenzar, se puede apreciar que la televisión, mediante el humor, no manifiesta directamente prácticas racistas en su contenido. Lo que ahora se observa es una exteriorización más indirecta y sutil del racismo en los programas cómicos y, particularmente, en la broma con contenido racial (Sánchez 2010: 100). La broma puede profesar una notable influencia en las personas, porque al escucharlas uno no toma un punto de vista crítico ni las analiza de forma objetiva, “pues los mecanismos de censura disminuyen cuando uno cuenta un chiste” (Sánchez 2010: 129). Para entender mejor, uno no solo tiene percepción de lo que tiene conciencia. En este sentido, hay mensajes que nos llegan de manera involuntaria y desapercibida. Como afirma Sergio Molina, “los mensajes escondidos que conforman las bromas y chistes, que son la esencia de los mismos, llegan de manera indirecta al pensamiento de los televidentes” (2010: 20). Asimismo, el humor se puede manifestar de varias formas: caricaturas, chistes, lenguaje, etc. En lo que respecta a la caricatura, esta es una  representación desmesurada mediante la cual se degeneran el comportamiento y los rasgos físicos  para transmitir una representación sarcástica. En el uso del lenguaje, el humor es presentado tras la deformación de los dialectos peruanos: se exagera la forma de hablar de las personas andinas, amazónicas, afroperuanos, etc. Entonces, se utiliza como parámetro de entretenimiento la  supuesta condición racial de las personas, que obviamente son estereotipadas para así causar gracia. Por lo tanto, haciendo uso del humor, la televisión peruana muestra una distorsión de la sociedad de forma denigrante y estereotipada como un instrumento de entretenimiento, burla y humillación gracioso e inofensivo.  [c]

Como afirmé, la televisión, mediante el humor, distorsiona la sociedad peruana haciendo uso de estereotipos denigratorios para causar risa, burla y humillación. Como dicen Peirano y Abelardo, los modelos étnico-culturales que privilegian en los programas cómicos son los de los negros o zambos, indígenas y campesinos. Asimismo, es imprescindible para los programas cómicos tomar en cuenta el aspecto físico de los personajes como objeto de humor: “la cara tiene su lenguaje” (1984: 169). Es decir, se utilizan principalmente los rasgos fenotípicos de la población para que sean la causa de la risa y entretenimiento. A ello, se le asignan ciertas características y actitudes que los representarán según sus rasgos físicos, lo cual generalizará a todo un grupo.[d]

A continuación, pondré de manifiesto cómo son representados, por un lado, los indígenas y campesinos, y, por otro, los negros o zambos en los programas cómicos. En primer lugar, a los indígenas y campesinos se los representa como susceptibles a ser maltratados e imprescindibles para las escenas más denigrantes. Sánchez afirma que los indígenas y campesinos son caracterizados  esencialmente como personas analfabetas con baja autoestima, con bajos niveles culturales, sumisos y evasivos a la modernidad. Los adjetivos utilizados para hacer referencia a ellos “son los de ignorante, primitivo, flojo, retrasado, sucio y vulgar.  El término indio es utilizado […] como sinónimo de salvaje”. Asimismo, se evidencia que el personaje no tiene como lengua innata el castellano, por lo que no lo habla ni articula bien; ello es motivo bromas (Sánchez 2010: 106). Por ejemplo, un vivo retrato de estas caracterizaciones son los programas de “La paisana Jacinta”, en el cual se denigra y humilla a la mujer indígena, y “La chola Chabuca”, en el cual se exagera la vestimenta y la forma de hablar de los andinos. En segundo lugar, nuevamente Sánchez afirma que el negro es visto como una persona de poca, por no decir nula, inteligencia (por ejemplo, “solo piensa hasta las doce”, “negro tenías que ser”), como persona violenta y es asociado a situaciones negativas: tiene tendencias a delinquir, ocioso, se dedica a oficios humildes pero rudos, son desagradables estéticamente y con pocas aspiraciones de crecimiento. En lo que respecta a sus rasgos faciales, la exageración se evidencia cuando de acentúa grotescamente los labios y la nariz. Asimismo, el negro es referente de la violencia física salvaje: “con el negro, no te metas” (2010: 108-109). Por lo tanto, en los programas cómicos se halla una tendencia latente de ridiculizar las diferentes características raciales por medio del chiste y manifestaciones verbales. Por ejemplo, el personaje del “Negro Mama” dice que será negrito pero tiene su cerebrito, no olvidemos las exageraciones faciales que presenta, así como los diversos apodos que se le atribuye: “criadilla de King Kong”, “negro bruto”, entre muchos otros.

Las bromas utilizadas en los programas cómicos y programación televisiva han sido interiorizadas por la población peruana, por lo cual  la sociedad las reproduce en el día a día. [e]Las bromas con contenido racial utilizadas, lejos de ser calificativos agresivos y denigrantes, la sociedad las ha normalizado. Por lo tanto, “tenemos identidades estigmatizadas, muchos adjetivos han pasado a ser sustantivos, encontrándonos con una visión simplificadora, una mirada homogenizante y una estigmatización peligrosa” (Lamela 2010: 133). Es decir, el humor ha generado que se tenga una visión de identidad singularista: se cree que las personas que comparten determinadas características tienen una esencia de su identidad- en el caso de los negros, “brutos y toscos”. Asimismo, se ha naturalizado el uso de bromas con contenido racial de tal modo que puede generar baja autoestima en las personas atacadas, como también la alienación de las mismas. Como manifiesta Molina, para las personas discriminadas la expresión de lo que viven en el transcurrir cotidiano de su vida son las bromas con contenido racial. Del mismo modo, sufren obstáculos para conseguir empleos, prejuicios acerca de su capacidad y su nivel de educación, y dificultades en espacios familiares (2010: 5). Es más, nosotros podemos observar que las diferentes bromas raciales utilizadas en la televisión peruana son empleadas de manera sutil, con el argumento de “es solo una broma”, y “cariñosa”, al referirnos a familiares y amistades. No obstante, el contenido presente en las bromas raciales son utilizadas, asimismo, como una forma de atacar y humillar a las personas: racismo contra racismo. Ello es lo que en realidad hacen las bromas raciales, solo que dicho de una forma más objetiva y con otra entonación se manifiesta el mensaje subliminal que escondían.

Teniendo en cuenta lo ya mencionado, el humor racista aparenta ser inofensivo, pero en realidad es un ejercicio de poder que se emplea para ridiculizar alentando indirectamente a la violencia[f]. Como mencioné anteriormente, ningún tipo de ficción (chistes, bromas, programas cómicos, etc.) es inofensivo: al presentárnoslos como bromas o chistes perdemos nuestro punto de vista crítico y la objetividad con la que deberían ser vistos. Dichos mensajes empiezan a introducirse en nuestro subconsciente de manera involuntaria y no evidente. En ese sentido, no es inofensivo y, del mismo modo, no solo es broma. Afirmo que el humor racista es un ejercicio de poder porque se “toma de punto” a colectividades que están más predispuestas a ser  graciosas. ¿Qué determina que creamos que cierta colectividad está más predispuesta a ser graciosa? Sin duda, la colectividad que está más predispuesta a ser graciosa será aquella de la que se piensa que es menos que uno. Como sostiene Molina “el humor racista es también un ejercicio de poder y se emplea para ridiculizar a quien se considera inferior” (2010: 5). Al margen de ello, la burla siempre tiende a normalizar lo que consideramos que está mal y hay que reírse de ello. “El racismo está más centrado en el enfoque de la burla” (Alfaro, citado por Molina 2010: 8). Para reforzar más esta idea, no podemos negar que el humor empleado en los programas cómicos se dirige a enfatizar aquello que disgusta o incomoda  a la otra persona (Peirano y Abelardo 1984:183).  Es más, un sondeo denominado “El poder en el Perú” producido por Ipsos Apoyo colocó a Álvarez y Benavides entre los comediantes e imitadores con más poder en el país en el año 2009 (Molina 2010: 22). En ese sentido, dichos comediantes tienen cierto grado de influencia en la opinión pública: son figuras sociales con poder. Por lo tanto, no solo transmitirá lo que ellos creen- los actores sociales- sino que harán que el público también lo crea.

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