La verdad en el proceso del derecho penal según la ética Kantiana
Luis.R.0Ensayo3 de Mayo de 2017
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INTRODUCCION
El tema de la verdad en la actualidad para muchos es desconocido, para otros es un reto, sin embargo la importancia de la verdad en todos los campos da sentido a los mismos, si no se sabe si los números son reales entonces los contadores no tienen razón de ser contadores. Si no se sabe la verdad sobre Dios, la teología pasaría a ser algo ridículo. Así en el ámbito más practico cuando una mama le dice a su hijo que le diga la verdad sobre si hizo o no la travesura, que más daría si la verdad no existiera.
En el ámbito del derecho, específicamente en el derecho penal, la verdad viene a ser fundamento y cúspide, ya que entorno a la verdad será como serán juzgados y penados los delincuentes, por tanto la definición y visión que se tenga acerca de ella va a ser como se rija la sociedad, se emitan, juzguen y se hagan cumplir las leyes del derecho penal.
Por eso es de vital importancia que, para un buen funcionamiento en la sociedad actual, en concreto en México, saber la verdad sobre la justicia. Sobre todo por la cultura relativista-pragmática actual. A esto viene la pregunta que hace surgir este ensayo, ¿Es la justicia penal una verdad objetiva o es una construcción mental (verdad subjetiva)? En caso de que no sea real todos los presos o aquellos que hayan estado en el mismo contexto tendrán la posibilidad de que se les nombrara inocentes y si es una verdad objetiva entonces se nombraría el sistema penal de México como el mejor, el más justo, el verdadero.
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CAPITULO 1:
LA VERDAD
La verdad es un tema de un grado de controversia muy alto y que ha sido tratado por diferentes pensadores, en diferentes épocas de la historia; esto dio paso al surgimiento de diferentes teorías que trataron de resolver el problema de la verdad, algunas tuvieron mucho éxito y seguidores en su momento, hasta la llegada de otros filósofos que argumentaban en contra de estas y quedaban abolidas, otras, en cambio, no se aceptaban sino hasta un tiempo después.
De alguna o de otra forma y a pesar de todo el esfuerzo que se ha dado por resolver el tema de ¿Qué es la verdad?, sigue en controversia, sobre todo en algunos campos, en otros ni siquiera se toma en cuenta. En esta búsqueda de la “Verdad” han surgido diferentes teorías que tratar de resolver el problema, se pueden dividir en estos grupos, teorías de la correspondencia, teorías pro-oracionales, teorías fenomenológicas, teorías hermenéuticas de la verdad, teorías coherenciales, teorías pragmáticas de la verdad y teorías intersubjetivistas[1].
Aunque las teorías antes dichas son las más importantes, las teorías coherenciales y las teorías pragmáticas han sido puntos clave en la actualidad. . La primera se funda con Aristóteles quien dijo “Decir de lo que es, que es, y de lo que no es, que no es, es lo verdadero”[2]. Tomas de Aquino llega después y fundamentándose en lo anterior definió la verdad como “adecuación entre el entendimiento y la realidad”[3]. Wittgenstein tiene parecido con los dos filósofos anteriores, fue quien dijo que “la verdad es la concordancia entre el hecho en la realidad y el que le corresponde”[4]. Para estos filósofos la verdad va a radicar en la concordancia del pensamiento o idea y lo que está en la realidad, surgen varias dudas acerca de esta definición, puesto que, al encargado de emitir el juicio de si es verdadero o no, no se le cuestiona si su adecuación es correcta, y si se le hiciera llegaría a ser de manera infinita. Por otro lado, según el principio de no contradicción[5], el decir, “esta definición es falsa”, se da por verdadera, aduciendo que esa idea está en concordancia con la realidad, por tanto, una gran contradicción. Entre otras afirmaciones y negaciones se encuentra esta teoría.
La teoría pragmatista describe que el hombre no puede alcanzar el conocimiento de la esencia de las cosas, por tanto, no hay ningún problema en saber cuál es la causa primera de las cosas. El horizonte hermenéutico de esta teoría es solo en las consecuencias, en el resultado práctico de las cosas. La verdad para cualquier desde este punto de vista y para cualquier ámbito va a redundar en la utilidad y su fomento en la vida.[6] Se pueden encontrar cosas falsas pero por su utilidad se llamaran verdaderas y cosas verdaderas que, por la misma razón, se denominarían falsas. Aunque la mayor parte de las ocasiones es inconsciente, en la sociedad actual, esta es la teoría que es utilizada como principio de vida para gran parte de la población. Por ejemplo, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en el 2008 propuso una reforma a la constitución política, a saber: “pena de muerte a secuestradores y asesinos”[7], pareciera una contradicción al fomento de la vida, pero esto es la respuesta más práctica a los delitos de asesinato y secuestro, esta pena seria el resultado inmediato que se busca en las teorías pragmáticas. Muchas personas dieron su aprobación a esta propuesta, no porque esas personas estén conscientes de que quieren seguir o están convencidos de la teoría pragmática, sino porque, según Gustavo Torroella, inconscientemente el ser humano se inclina a lo pragmático, para preservar la vida, alejándose de investigaciones profundas[8].
CAPITULO 2:
KANT Y EL DERECHO PENAL
Para Kant el derecho penal es el derecho en el sentido de potestad que compete a una parte del poder público, la parte ejecutiva. Así el derecho penal contempla también la división de poderes.[9]El mandatario es quien ejercerá esta justicia.
2.1 Biografía
Immanuel Kant nació en Königsberg en 1724 y murió en la misma ciudad en 1804, en esta ciudad pasó toda su larga vida. Manuel Kant fue siempre muy pasivo, no salió nunca de los límites de la Prusia oriental, y apenas de Königsberg. Era de familia pobre, hijo de un guarnicionero, criado en un ambiente de honrada artesanía y de profunda religiosidad pietista. Estudió en la universidad de su ciudad natal, ejerció la enseñanza privada y luego participó en las tareas universitarias; pero solo en 1770 fue nombrado profesor ordinario de Lógica y metafísica. Hasta 1797 permaneció en su cátedra, que abandonó cuando ya su edad era avanzada y su físico debil siete años antes de morir. Kant fue siempre de salud muy endeble, y a pesar de ello tuvo una vida de ochenta años de extraordinario esfuerzo. Era puntual, metódico, tranquilo y extremadamente bondadoso. Su vida entera fue una callada pasión por la verdad.[10]
2.2 Los imperativos categóricos
En el pensamiento de Kant, al hablar de moral, existe un mandamiento que es ético autónomo y universalista[11], significa que aplica para cualquier persona y en todo momento. Para Kant la teonomia no determinaba que era lo bueno y que lo malo ya que estas leyes o mandamientos eran dado por Dios, recibidos y enseñados por los hombres, estos últimos no son capaces de ver la esencia pura de las cosas[12], por tanto lo que enseñan no tiene una veracidad completa. La heteronomía, donde las reglas se ponen en conjunto por varias personas, ya sea o no en consenso, no es una forma válida para la moral de Kant, incluso la describe como esclavitud[13]. Solo una proposición que declara a una acción como necesaria, nacida de la propia razón[14] es como se puede obrar mejor, de este modo la autonomía para Kant será el mejor modelo para la moral en todos los sentidos.
De esa forma surge el imperativo categórico[15] a diferencia del imperativo hipotético el primero deberá ser cumplido independientemente de la persona y o circunstancia. Kant va a formular este imperativo categórico en su obra Fundamentaciones de la metafísica de las costumbres de la siguiente manera:
- «Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal. Obra como si la máxima de tu acción pudiera convertirse por tu voluntad en una ley universal de la naturaleza».[16]
- «Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio».[17]
Más tarde en la crítica de la razón práctica (1778) estas formulaciones quedaran condensadas en una sola que se formula así: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal». Como ya se vio antes, para Kant, esta fórmula autónoma será que mejor rija la moralidad de los actos de las personas.
2.3 En cuanto a las penas de quien no cumple con la máxima del imperativo categórico.
Sabiendo como discernir entre lo malo y lo bueno, viene para Kant la cuestión en lo que concierne para cuando alguien transgrede la ley, el transgresor automáticamente está incapacitado para ser ciudadano y a esta acción de transgresión Kant la llama delito. Kant divide los delitos en privados (pertenecen a la justicia civil) y públicos (que pertenecen a la justicia penal).
El castigo[18] que se adquiere por el delito, para Kant debe ser solamente por el delito, no por ninguna otra razón más (venganza), de hecho el imperativo categórico defiende esto ya que, no se puede usar a la persona como medio sino como fin. La pena o castigo puede verse entonces como la consecuencia de una acción ilegal y punible. Kant no discurre en aranceles sobre penas y castigos, para el grado y tipo de pena para cada delito ofrece un principio, donde afirma que la justicia penal va a cimentarse en un completa igualdad entre delito y pena[19]. Se concluye entonces que cada delito cometido lleva intrínsecamente la pena. A la persona que cometa un delito se le sancionara con una pena igual al delito. Ahora bien un juicio justo no se puede basar en el capricho de un juez o en opiniones públicas, solo en la ponderación del delito. En este punto la razón jurídica en la práctica para Kant no pasa más allá de la fundamentación con el imperativo categórico de la justicia.[20]
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