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Las herramientas para la accion


Enviado por   •  10 de Abril de 2018  •  Exámen  •  14.611 Palabras (59 Páginas)  •  90 Visitas

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LAS HERRAMIENTAS PARA LA ACCIÓN 

 

 

EL TRABAJO  BASE DE LA ACTIVIDAD ECONOMICA

ACTIVIDAD CONSCIENTE DE TRANSFORMACIÓN DE LA

NATURALEZA  REQUIERE MEDIOS DE TRABAJO Y SE APLICA SOBRE UN OBJETO DE TRABAJO  

 

Lo específico del ser humano es haber aprendido a acumular los medios de trabajo a través de la historia.

Su perfección permitió un incremento progresivo de la productividad de su trabajo.  

El lenguaje, la religión, las artes y las complejas formas de organización social se desarrollaron como resultado del trabajo, su diversificación y perfeccionamiento.  

Si el trabajo dirigido a la acumulación de instrumentos y objetos distinguió al hombre de los animales, las formas del trabajo explican las etapas económicas de la sociedad y su dinámica.  Las formas del trabajo (o relación de producción) son los tipos de relaciones que se establecen entre los hombres al producir los bienes materiales.  

A cada forma histórica de trabajo le corresponde un nivel de desarrollo técnico y científico; formas de organización política e incluso expresiones religiosas y artísticas. 1. El trabajo en la prehistoria, o comunidad primitiva Período más largo de la humanidad (hasta el 10.000 A.C.,  apróx).

Puede ser subdivido a partir de los avances en los medios de producción (fabricación de instrumentos de piedra, dominio del fuego y descubrimiento del arco y la flecha).  

Su carácter nómada y la dispersión entre tribus impide la acumulación material de bienes y el intercambio de conocimientos

No hay posibilidad de excedente regular ni especialización.  

La división del trabajo se establece en base a sexo y edades. Forma de trabajo y dinámica, bajo desarrollo de las fuerzas productivas obliga a desarrollar el trabajo colectivo para poder sobrevivir  

 

La comunidad agraria excedentaria

 

El descubrimiento del trabajo en el cobre y el control de las aguas para la irrigación fueron fundamentales para desarrollar las técnicas agrícolas que lograran un excedente alimenticio regular y significativo.  

La caza y captura de animales condujo a la domesticación, dando origen a la ganadería.

Estos procesos posibilitaron el surgimiento de comunidades sedentarias.  

La agricultura permite una mayor concentración de población en un mismo lugar y reducir el grupo económico al hacer más productivo el trabajo. Los bienes materiales se incrementan sustancialmente.  

Con el incremento del excedente y la mayor productividad del trabajo surge la posibilidad de la propiedad privada. El excedente de producción comienza a ser intercambiado en la forma de trueque (origen del mercado) y conduce a la división social del trabajo entre diferentes comunidades (algunas ganaderas, otras agrícolas, otras de pescadores, otras de artesanos, etc.  

 

La clave para comprender las nuevas formas de trabajo lo constituye el excedente.  

La ampliación del excedente y la división del trabajo al interior de cada comunidad culmina con la división entre el trabajo manual y el trabajo intelectual, el surgimiento de las ciudades y el origen de las clases sociales. Y con ello la apropiación de ese excedente por Castas o estamentos desvinculados de la producción.

Surge también un cuerpo armado especializado, que garantizara la apropiación de ese excedente y la conquistas de otros pueblos transformándolos en  esclavos

Los integrantes se dividen según el lugar que ocupan en el proceso productivo: productores de alimentos, artesanos, dirigentes, guerreros, sacerdotes, artistas, etc. La comunidad agrícola evoluciona hacia sociedades de clase en algunos casos bajo la forma de trabajo de tributo colectivo; de relaciones esclavistas; o bien se mantienen sin cristalizar en clases sociales hasta el feudalismo.

 

El tributo colectivo Una modalidad de tributo colectivo surgió en torno a las sociedades con base tecnológica hidráulica, que requirió de la cooperación entre diferentes comunidades. Los ejemplos históricos de esta modalidad se refieren a las sociedades asentadas en el Nilo; Mesopotamia, China, en la región andina o Mesoamérica.  

 

La división social del trabajo conduce a la aparición de ciudades donde se concentran las actividades administrativas, religiosas, artísticas, en contraposición con el campo que produce alimentos.  

La tierra cultivada continuó siendo propiedad de la tribu y se entregaba en usufructo primero a la gens, después a las comunidades de familias y, por último, a los individuos. Estos debieron de tener ciertos derechos de posesión, pero nada más

Se trata del desarrollo de las fuerzas productivas en base al trabajo colectivo, con inexistencia de la propiedad privada. El tránsito de la propiedad comunal a la propiedad privada del suelo tiene un elemento central: el descubrimiento y la utilización del bronce y posteriormente del Hierro.

Entre los descubrimientos industriales de ese estadio, hay dos importantísimos. El primero es el telar y el segundo, la fundición de minerales y el labrado de los metales.  

El cobre, el estaño y el bronce, combinación de los dos primeros, eran con mucho los más importantes; el bronce suministraba instrumentos y armas, pero éstos no podían sustituir a los de piedra.  

Esto sólo le era posible al hierro, pero aún no se sabía cómo obtenerlo. El oro y la plata comenzaron a emplearse en alhajas y adornos, y probablemente alcanzaron un valor muy elevado con relación al cobre y al bronce.

Y con la aparición de los rebaños y las demás riquezas nuevas, se produjo una revolución en la familia. La industria había sido siempre asunto del hombre; los medios necesarios para ella eran producidos por él y propiedad suya. Los rebaños constituían la nueva industria; su domesticación al principio y su cuidado después, eran obra del hombre. Por eso el ganado le pertenecía, así como las mercancías y los esclavos que obtenía a cambio de él. Todo el excedente que dejaba ahora la producción pertenecía al hombre; la mujer participaba en su consumo, pero no tenía ninguna participación en su propiedad. El "salvaje", guerrero y cazador, se había conformado con ocupar en la casa el segundo lugar, después de la mujer; el pastor, "más dulce", engreído de su riqueza, se puso en primer lugar y relegó al segundo a la mujer. Y ella no podía quejarse. La división del trabajo en la familia había sido la base para distribuir la propiedad entre el hombre y la mujer. Esta división del trabajo en la familia continuaba siendo la misma, pero ahora trastornaba por completo las relaciones domésticas existentes por la mera razón de que la división del trabajo fuera de la familia había cambiado. La misma causa que había asegurado a la mujer su anterior supremacía en la casa -su ocupación exclusiva en las labores domésticas-, aseguraba ahora la preponderancia del hombre en el hogar: el trabajo doméstico de la mujer perdía ahora su importancia comparado con el trabajo productivo del hombre; este trabajo lo era todo; aquél, un accesorio insignificante. Esto demuestra ya que la emancipación de la mujer y su igualdad con el hombre son y seguirán siendo imposibles mientras permanezca excluida del trabajo productivo social y confinada dentro del trabajo doméstico, que es un trabajo privado. La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando ésta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la gran industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige  

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