Legítima defensa.

Problema de la Legitima Defensa: Instinto de Supervivencia u Homicidio

María Camila Polo Caicedo

Docente: José Machado Jiménez

Universidad Libre-Seccional Cartagena

Nota de Autor

María Camila Polo Caicedo, Facultad de Derecho y Ciencia Políticas

La Información Correspondiente a este Documento deberá ser enviada a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Universidad Libre, 177, Cl. 30 #20, Cartagena, Bolívar. E-mail: madaca26@hotmail.com 

Empezaremos definiendo según el código colombiano (ley 59 del 2000, Art. 32) que es la legitima defensa, significa la ausencia de responsabilidad para quien desarrolla el comportamiento, cuando obra en determinadas circunstancias que lo eximen de ser penado. Tiene lugar también en los punibles de lesión de la integridad personal.

Se define como el derecho de obrar en orden a proteger un bien jurídicamente tutelado, personal o de un tercero, ante el riesgo que deviene de una agresión antijurídica, actual o inminente, no conjugable racionalmente por vía distinta de la repulsa violenta, siempre que el medio empleado sea proporcional a la agresión.

Gustavo Labatut Glena afirma que:

“La legítima defensa es la más antigua y más típica causal justificación. Consiste en la reacción necesaria para impedir o repeler la agresión ilegitima no provocada, contra la persona o cualquier bien jurídico, propio o ajeno, actual o inminente amenazado. (labatut glena, 2006)

Por el contrario el homicidio Hecho delictivo consistente en acabar con la vida de otra persona. Puede ser cometido por acción (realizar activamente el hecho delictivo) u omisión (no evitar la muerte de otra persona estando obligado a ello por ley o contrato) o no llegar a consumarse, realizándose en grado de tentativa. 

Pues basándonos en que Colombia hasta el momento es un estado democrático donde el principal protagonista tienen que ser los ciudadanos, estos mismos somos aquellos que día a día nos vemos afectados por la desigualdad social, la discriminación, la corrupción y sobre todo por la injusticia e impunidad donde los que más sufrimos somos nosotros y es ahí donde se ve envuelto el gran problema de la legitima defensa pues no podemos esperar que la justicia nos proteja nuestro derechos ya que esta misma esta comprada por el que más dinero y poder tenga. Por qué no podemos esperar que nuestros derechos sean pisoteados o tratados como algo de segunda mesa, ¡NO! Tenemos que ejercer la repulsa legítima para defenderlos. [pic 1][pic 2]

CUANDO LA LEGITIMA DEFENSA SE CONVIERTE EN LEGITIMA

Como toda persona cuando nos sentimos amenazados o vemos en peligro nuestros bienes, tantos nosotros como el estado buscamos mecanismos para la solución de conflictos legales.

Muchas veces cuando la agresión ya existe o es muy inminente que buscamos la ayuda de las autoridades competentes probablemente estas lleguen cuando ya el daño está hecho, en caso que yo me percate que una persona pretende accionar un arma de fuego en mi contra; yo decido comunicar eso a la policía pero posiblemente en la espera de que la autoridad venga está en riesgo mi vida es ahí donde aparece la legitima defensa como mecanismo legal para defenderme.

Pero cuando te anticipas a un hecho de agresión actuando contra quien supuestamente seria tu atacante no es legítima defensa; aproximadamente desde el año 2002 se creó el término “guerra preventiva” que de manera expresa que no se actúa como una reacción frente un presunto ataque, sino que se agrede  un potencial enemigo para evitar indebidas actuaciones suyas. (walker bush , 2001)

La legítima defensa en todos los tiempos se ha reconocido como un acto que no merece pena. En las épocas más remotas ha sido considerada como un acto licito y aun como una ley natural antes que civil. (Pessoa, 2001)

El cristianismo morigeró en algo tan orientación al no oponer  la violencia contra el agresor. En Indica las leyes de Manu prescribían: “Un hombre debe matar, sin dudas, a cualquiera que arroje sobre él, para asesinarlo, incluso si el atacante es su jefe, o un niño o un viejo o un anciano versadísimo en la Santa Escritura.

En Egipto también fue proclamada la legítima defensa, cuando las leyes de su época castigaban con la pena de muerte a quienes no defendieron pudiendo hacerlo a los atacados injustamente. Tal norma fue propia de los hebreos y los atenienses. En roma la legítima defensa se extendió no solo para salvaguardar la vida, sino también para la protección del pudor y de otros bienes.

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