Libro Y Lectura En La Era Digital. El Gran Desafío Actual
JPConiglio25 de Agosto de 2014
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- Libro y lectura en la era digital. El gran desafío actual -
INTRODUCCIÓN
La celebración del “Día del Libro” comenzó en Argentina el 15 de junio de 1908 como "Fiesta del Libro". Ese día se entregaron los premios de un concurso literario organizado por el Consejo Nacional de Mujeres. En 1924, el Decreto Nº 1038 del Gobierno Nacional declaró como oficial la "Fiesta del Libro". El 11 de junio de 1941, una resolución Ministerial propuso llamar a la conmemoración "Día del Libro" para la misma fecha, expresión que se mantiene actualmente.
También se celebra el “Día del libro” el 23 de abril en conmemoración del fallecimiento de tres escritores: el español Miguel de Cervantes y Saavedra, el inglés William Shakespeare y del cronista Garcilaso de la Vega (el Inca), todos ocurridos en 1616. De esta forma, la Unesco en 1995, aprobó proclamar el 23 de abril de cada año el "Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor".
"A nosotros, los lectores de hoy, supuestamente amenazados de extinción, todavía
nos queda por aprender qué es la lectura”.
(Manguel, Alberto. "Una historia de la lectura")
"En los albores del siglo XXI, el libro sigue con más vigencia que nunca, no en
vano deja tras de sí muchos años
y generaciones como contenedor y transmisor de cultura."
(Alfredo Bryce Echenique, "El placer de la palabra escrita")
¿TECNOLOGÍA E INVOLUCIÓN DEL HOMBRE?
Eduardo Cote opina que "Las desventajas del libro frente al hipertexto hacen presagiar su desaparición y el nacimiento de una nueva cultura, con profundas repercusiones sociales, en especial en los modelos de enseñanza-aprendizaje, que tienen en el libro un fiel transmisor de información y esparcimiento con memoria indeleble".
¿Está realmente el libro en peligro de extinción debido al avance de la tecnología de la información?. Miquel Barceló, en el prólogo del interesante libro de Nicholas Negroponte "Being Digital", traducido como "El mundo digital", señala algunas implicancias de la llamada revolución de las tecnologías de la información (informática más telecomunicaciones). Barceló nos dice, por ejemplo, que "La informática, tecnología automatizada del proceso de datos, permite hacer en millonésimas de segundo los cálculos y operaciones que, sin información, exigen tiempos, como mínimo, del orden del segundo". Pero, como muy perspicazmente señala Barceló, el futuro tecnológico - yo diría ya el presente- tiende a distorsionar la realidad y hacerla paradójicamente contradictoria e inhumana. Barceló, citando a Edgar Pisani, nos recuerda "que en algunos lugares del planeta (y el ejemplo paradigmático es África) las autopistas de la información pueden llegar antes que las necesarias e imprescindibles tuberías que transportan el agua potable para evitar o reducir el alcance de las muchas enfermedades infecciosas existentes".
Esta dualidad compleja, como la denomina Francisco Aguadero en su libro "La sociedad de la información" presenta hechos tan increíbles como el que la mitad de la población mundial no ha hecho una sola llamada telefónica en su vida (dato de la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones) y, según el informe Maitland, en Tokio hay más teléfonos que en todo el continente africano. Estos pocos hechos mencionados nos acercan a un problema gravísimo que se vive en todos los países atrasados del mundo y que constituye la llamada brecha digital y del conocimiento que tiende a ser cada vez más grande y dramática tanto entre los llamados países info-ricos y los info-pobres como entre las personas pertenecientes a esos dos estatus socioeconómico y cultural. Según cita de Adriana Reynaga Morales, en su artículo "La comunicación organizacional en la sociedad de la información", Pablo Belly afirma que: "Lo que distingue a los pobres, sean personas o países, de los ricos es no solo que tienen menos capital sino también menos conocimientos. Con frecuencia la generación de conocimientos es costosa, por lo que suele producirse en los países industriales, pero las naciones en desarrollo pueden adquirir conocimientos en otros países y también crearlos".
La UIT señala que "estos dos conceptos (brechas digital y del conocimiento) remiten a la disparidad existente entre las comunidades que en nuestro planeta están en condiciones de utilizar o no la tecnología, así como a la falta de transferencia de la información dentro y entre dichas comunidades. Las brechas digital y del conocimiento afectan sobre todo al mundo en desarrollo y las economías en transición. Aunque la teledensidad mundial muestra indicios de mejoría, el desnivel entre los que tienen acceso a Internet y los que carecen del mismo sigue ampliándose en todo el mundo". "La «brecha digital» ha generado un desnivel de conocimientos entre los ricos y los pobres de la información, desnivel que puede dar lugar a una nueva forma de "analfabetismo". La "brecha digital" contribuye a la pobreza en información y conocimiento y limita las posibilidades en cuanto a crecimiento económico y distribución de la riqueza.
Resulta necesario, por lo tanto, aclarar que muchas veces se utiliza como equivalentes «sociedad de la información» y «sociedad del conocimiento», no siendo ello realmente cierto, ateniéndonos justamente a esa «dualidad compleja» de la que nos habla Francisco Aguadero.
Habiendo precisado algunos lineamientos sobre las implicancias a nivel planetario de la llamada sociedad de la información en este mundo globalizado aunque con desigualdades que tienden a agudizarse, centrémonos en el presente y futuro del libro frente al desafío de las tecnologías de la información. Muchas veces el problema está mal planteado, mal enfocado.
El libro de Negroponte, uno de los mayores expertos mundiales en multimedia y que tiene a su cargo la dirección del Laboratorio de Multimedia del Massachusetts Institute of Technology, nos brinda un enfoque esclarecedor. En la introducción de su libro, que lleva el sugestivo título de "La paradoja de un libro", Negroponte se plantea la siguiente interrogante: "¿Entonces, Negroponte, por qué eres tan anticuado y escribes un libro, que además no lleva ilustraciones?. ¿Por qué la editorial entrega esta obra en átomos en lugar de bits, cuando,..., es tan sencillo ofrecer estas páginas en formato digital, que era de donde venían? Y el propio Negroponte nos da las dos razones de esta decisión, y que debidamente analizadas y reflexionando sobre ellas nos permiten comprender, en sus múltiples dimensiones, el presente y el futuro del libro. Las dos razones que esgrime Negroponte, son las siguientes: "La primera es que no hay suficiente medio digitales al alcance de ejecutivos, políticos, padres y todos los que más necesitan entender esta cultura tan radicalmente nueva. Incluso en donde los ordenadores son omnipresentes, en el mejor de los casos la interfaz actual es rudimentaria y está muy lejos de ser algo con lo que uno desearía irse a la cama"
"La segunda razón es más personal y ligeramente ascética. Los multimedia interactivos dejan muy poco margen a la imaginación. Como una película de Hollywood, los multimedia narrativos incluyen representaciones tan específicas que la mente cada vez dispone de menos ocasiones para pensar. En cambio la palabra escrita suelta destellos de imágenes y evoca metáforas que adquieren significado a partir de la imaginación y de las propias experiencias del lector"
Ya diversos estudiosos han puesto énfasis en el hecho de que sea nada menos que una de las grandes figuras de los multimedialistas el encargado de reconocer que el libro, llamémosle tradicional, permite realmente el pensar, cosa que cada vez ocurre menos con los multimedias interactivos. Es bueno señalar que Negroponte comienza su libro citado diciéndonos: "No me gusta leer porque soy disléxico". Pero termina su introducción con el siguiente párrafo: "Cuando se lee una novela, gran parte del color, del sonido y del movimiento provienen de uno mismo. Pienso que se necesita el mismo tipo de contribución personal para sentir y entender como «ser digital» puede influir en nuestra vida. Espero que se lea a usted mismo en este libro. Y que conste que esto lo dice alguien a quien no le gusta leer"
Desde que Giovanni Sartori, en 1997 publicara su "Homo videns", contamos con un análisis profundo de la sociedad teledirigida, donde se da una videocracia y donde existe el peligro, incluso oponiéndose a ello o más bien teniendo conciencia de sus graves implicancias negativas, de convertirnos en una generación digital, que se describe como una generación cuyo lenguaje "consiste en «hipertexto, compresión de datos, amplitud de banda y bites»" y que se encuentra muy a gusto "en el mundo virtual, en ese mundo tridimensional creado por un ordenador en el que te mueves llevando una máscara y guantes especiales".
Sartori parte de la precisión de que el hombre es un animal symbolicum, es decir que posee una capacidad simbólica que se despliega en el lenguaje, específicamente en el lenguaje de nuestra habla y es por ello que animal symbolicum significa animal loquax, animal parlante o locuaz. El lenguaje no es sólo instrumento del comunicar, sino también del pensar, donde el pensar no necesita del ver.
La gran ruptura entre el hombre symbolicum y el homo videns se produce a mediados del siglo XX, con la llegada de la televisión, a partir
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