Medicamentos
miriammich6 de Agosto de 2014
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Medicamentos y transnacionales farmacéuticas: impacto en el acceso a los medicamentos para los países subdesarrollados
Amarilys Torres Domínguez
Máster en Ciencias. Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL). Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
Los medicamentos son esenciales para la salud y para la sobrevivencia de las personas. Promover el acceso a estos significa respeto al derecho a la vida, la garantía de poder disfrutar de los beneficios de los avances tecnológicos y el reconocimiento del valor de la salud humana; principios reconocidos en numerosos tratados internacionales. Este es un factor esencial en el logro del éxito en la lucha contra las enfermedades, y está directamente relacionado con el grado de desarrollo y la eficiencia de los sistemas nacionales de salud.
La industria farmacéutica está dominada por las grandes empresas de los países industrializados, donde 10 empresas controlan cerca del 59 % del mercado mundial. Esa hegemonía se refleja en su participación en el mercado y en el control y la dinámica del proceso de innovación. Con ventas que sobrepasan los 600 mil millones de dólares, el sector farmacéutico se encuentra en continuo crecimiento, caracterizado por una competencia basada en la dependencia de los productos. Su fuerza competitiva se basa en la investigación y el desarrollo, a la que se destinan alrededor del 12 % de los ingresos de la industria, en la apropiación de las rentas mediante el sistema de patentes y en las cadenas de comercialización.1
En los últimos años ha aumentado considerablemente el interés por el estudio de las tendencias actuales de los medicamentos a nivel mundial, la transnacionalización de la industria farmacéutica y el impacto de los acuerdos multilaterales sobre comercio y derechos de propiedad intelectual a nivel mundial.2-9 Esto se ha debido, entre otros factores, al apreciable aumento de la toma de conciencia con respecto a los problemas económicos, políticos y sociales que ha generado la rápida diseminación de enfermedades infecciosas, fundamentalmente la proliferación de la infección del VIH/SIDA en muchos de los países más pobres del mundo, el mal uso de los antimicrobianos y las amenazas radionucleares o tóxicas.
Las enfermedades infecciosas se propagan ahora geográficamente con mucha mayor rapidez que en cualquier otro momento de la historia, situación que se hace más compleja, si se tiene en cuenta que los antimicrobianos básicos están empezando a fallar mucho más rápido que el tiempo que se necesita para el desarrollo de nuevos medicamentos que los reemplacen. Actualmente existen al menos 40 enfermedades que se desconocían una generación atrás y numerosos eventos epidémicos se han reportado a nivel mundial.
También hoy es mayor nuestra dependencia de los productos químicos, al igual que nuestro grado de conciencia sobre los peligros potenciales para la salud y el medio ambiente que ellos representan, aunque este no se manifieste en la misma medida en todas las regiones del mundo. Ejemplos claros de esto lo constituyen las cartas con esporas de bacilo del carbunco (B. anthracis) en los Estados Unidos en el 2001, la aparición del SRAS en 2003, y el derrame masivo de residuos químicos tóxicos ocurrido en Côte d'Ivoire en 2006, entre otros. Todo esto implica nuevos retos para la industria farmacéutica y para los servicios de salud en general a nivel mundial.
Por otra parte, el debate sobre los derechos de propiedad intelectual y sus efectos sobre el acceso a los medicamentos está presente de forma creciente en los medios de comunicación y en los foros de discusión sobre comercio internacional.10-16 El "Acuerdo sobre los Aspectos de Derecho de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio" de la Organización Mundial del Comercio (OMC) estableció nuevos y elevados estándares de protección para la propiedad intelectual, especialmente en el área de las patentes.
Este trabajo tiene como objetivo realizar una presentación general acerca de la situación de salud a nivel mundial, relacionar esta con la problemática del acceso a los medicamentos y vincular ambos factores a las características que tipifican la diversidad de intereses alrededor de las empresas farmacéuticas transnacionales.
SITUACIÓN DE SALUD A NIVEL MUNDIAL
La salud de la población contribuye de forma decisiva al desarrollo económico y social. Se reconoce que la brecha entre países ricos y pobres se ha ensanchado en los últimos 15 a 20 años, con un marcado deterioro económico y social en la mayoría de los países subdesarrollados.
El estudio de la salud mundial pone de manifiesto grandes contrastes. La comparación de algunos indicadores asociados a la salud muestra el abismo que en términos de desarrollo separan a estos dos mundos.
Durante los últimos 50 años, como promedio, la esperanza de vida al nacer aumentó casi 20 años a nivel mundial, de 46,5 años en 1950-1955 a 65,2 años en el 2002. No obstante, este indicador tiene contrastes; la esperanza de vida al nacer para las mujeres de los países desarrollados pasó a situarse en 78 años, mientrás que para los hombres del África subsahariana disminuyó a 46 años, debido principalmente a la epidemia de VIH/SIDA. En los años 50 había una gran desigualdad en cuanto a la esperanza de vida entre los países desarrollados y los países subdesarrollados. Actualmente esa desigualdad se sitúa entre los países más pobres y todos los demás.17
Los países subdesarrollados constituyen a su vez un grupo muy heterogéneo en lo que a tasas de mortalidad se refiere. La tasa de mortalidad infantil promedio de niños menores de 5 años es de 79 por mil en estos países, mientrás que el indicador era de 6 para los países de altos ingresos. De los 57 millones de defunciones registradas en el 2002, unos 10,5 millones correspondían a menores de cinco años de edad, y más del 98 % de éstas ocurrieron en países subdesarrollados. En general, el 35 % de los niños de África corren hoy mayores riesgos de muerte que hace 10 años.17
El estado de salud de los adultos a comienzos del siglo XXI se caracteriza por dos tendencias principales: una desaceleración de los beneficios y un aumento de las desigualdades; y una complejidad cada vez mayor de la carga de morbilidad. La mayor parte de los países se enfrentan a la doble carga de las enfermedades transmisibles y no transmisibles. En las regiones de alta mortalidad del mundo, casi la mitad de la carga de morbilidad es atribuible ahora a enfermedades no transmisibles a diferencia de lo que ocurría en el siglo XX.18 El envejecimiento de la población y los cambios en la distribución de los factores de riesgo han acelerado estas epidemias en la mayor parte de los países subdesarrollados. El signo más evidente del deterioro de la salud de los adultos ha sido el retroceso tan grande en materia de supervivencia de adultos en África. En algunas partes del África subsahariana las tasas actuales de mortalidad de adultos son mayores que hace 30 años. El peor impacto se ha verificado en Botswana, Lesotho, Swazilandia y Zimbabwe, donde el VIH/SIDA ha reducido más de 20 años la esperanza de vida de hombres y mujeres.18
En otros lugares es evidente la fragilidad de la salud de los adultos ante la inestabilidad social, económica y política. En algunos países de Europa oriental ha aumentado sustancialmente la mortalidad masculina. Se le suman además, los traumatismos, tanto intencionales como no intencionales que han aumentado, principalmente entre los adultos jóvenes.17
La importancia relativa de estas causas varía considerablemente de una región a otra. Por ejemplo, en África sólo 1 de cada 3 muertes de adultos es provocada por enfermedades no transmisibles, mientrás que en los países desarrollados esa proporción es de 9 de cada 10.17 En cambio, en América Latina y en los países subdesarrollados de Asia y de la Región del Pacífico Occidental, 3 de cada 4 muertes de adultos se deben a enfermedades no transmisibles, lo que refleja el estado relativamente avanzado de la transición epidemiológica que se ha alcanzado en esas poblaciones y la aparición de una doble carga de morbilidad, ya que las enfermedades transmisibles son la causa más importante de morbilidad y mortalidad en el Tercer Mundo.17,19,20
Algunos datos ilustran cómo la situación ha empeorado para las personas enfermas en los países subdesarrollados:17-21
- 2,5 millones de personas se contagiaron de SIDA en 2007 (2,1 millones de adultos y 420 000 niños). Cada día mueren más de 5700 personas en todo el mundo y se infectan a 6 800. Del total de infectados 22,5 millones son del África subsahariana.
- En el 2007, de 58 millones de defunciones registradas en todo el mundo, 7,6 millones se debieron al cáncer. Más del 70 % de todas las muertes por cáncer se producen en los países de ingresos bajos y medios, donde los recursos disponibles para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad son limitados o inexistentes. Se prevé un aumento de las muertes por cáncer, hasta aproximadamente 9 millones en el 2015, y 11,4 millones en el 2030, un 60 % de los cuales vivirán en estos países.
- El número de enfermos de diabetes ha crecido en los últimos 20 años y se estima que para el 2030 se eleve a 300 millones, la mayor parte vive en los países pobres.
- Catorce millones de personas mueren por enfermedades infecciosas y parasitarias; el 90 % de ellas viven en países pobres. Las enfermedades infecciosas que más contribuyen a la mortalidad en estos países son las diarreas, las infecciones respiratorias agudas, la tuberculosis, las enfermedades transmitidas por vectores (principalmente malaria, dengue
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