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Modelo Social


Enviado por   •  18 de Octubre de 2013  •  5.473 Palabras (22 Páginas)  •  263 Visitas

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Epistemología de la investigación social en América Latina

Después de muchos años de influencia de los estudios culturales (5) y las teorías postmodernas en las ciencias sociales, especialmente en el área de las humanidades, en particular en filosofía y literatura, se viene desarrollando con mucha fuerza un cambio epistemológico en la investigación social de América Latina sustentado en el paradigma de la complejidad (6).

En efecto, los estudios culturales han impulsado el giro hermenéutico, una cierta libertad frente al rigor epistemológico en la construcción de los conceptos. La producción de conocimientos pone énfasis en la inducción, el análisis comienza desde la misma realidad, de lo local, rescatando los vínculos de los sujetos y las estructuras sociales; de esta forma, se cuestiona el universalismo de las ciencias sociales positivistas que dejan de lado espacios particulares de la sociedad de América Latina (Castro-Gómez 2001). Dentro de ese marco, el paradigma de la complejidad abre la posibilidad de comprender las difíciles relaciones entre sujeto y sociedad en nuestro continente, donde cada sujeto es una parte de la sociedad y la propia sociedad está inscrita en los individuos, por medio de su lenguaje y cultura que emergen del fondo de los tiempos y de la originalidad. Conocimiento que implica el desarrollo de una lógica dialéctica donde todo está relacionado con todo, explicando que las sociedades se autoproducen, se reproducen a sí mismas, se regulan de tal manera que conservan su estructura de organismo y, a la vez, se autotransforman; son sistemas abiertos que necesitan de su entorno para seguir existiendo, evolucionan, se desarrollan y tienen el potencial intrínseco de superarse a sí mismas para crear nuevas estructuras y nuevos modelos de comportamientos.

Entender las transformaciones de la realidad social de nuestro continente demanda un pensamiento que trata con la incertidumbre y que es capaz de comprender su organización transformativa.

La riqueza de la discusión que se viene desarrollando en América Latina ha puesto de relieve su particularidad. El modelo de investigación social se fundamenta en el rescate de la rigurosidad epistemológica. Pablo Gonzáles Casanova lo denomina "Las nuevas ciencias", Boaventura de Sousa lo nombra como "posmodernismo de oposición", siguiendo las huellas de Immanuel Wallerstein, quién señala: "lo que es esencial poner de relieve en los estudios de la complejidad es que de ningún modo rechazan el análisis científico, sólo el determinismo newtoniano" (2004:194) positivista. Desarrollar un nuevo paradigma epistemológico de la investigación social no es posible dentro de los marcos del positivismo. En América Latina más bien se observa el intento por construir una propuesta emergente dentro de otras posibilidades que pasamos a examinar en sus aspectos centrales.

Cambiar los comportamientos epistemológicos de la investigación social

En las últimas décadas el objeto de las ciencias sociales sufre un proceso de mutación cada vez más definido. Siguiendo el influjo de llya Prigogine, Pablo González-Casanova (2004:124) señala que la "complejidad obliga a cambiar los comportamientos epistemológicos" de la investigación de las ciencias sociales, ya no se trata de la búsqueda de certidumbres, de leyes determinantes, ahora la ciencia define el proceso de investigación como "una acción en busca de posibilidades" creativas.

En otro contexto, Niklas Luhmann a inicios de la década del sesenta ya planteaba una idea similar señalando que el fin del conocimiento social es "hacer comprensible la acción como posibilidad", y no el establecimiento de la acción según regularidades inalterables y deterministas (1973:40).

La sociedad es un sistema muy complejo, es una dialéctica de interrelaciones entre los individuos con la totalidad social y la totalidad social con los individuos, y a medida que pasa el tiempo, la constante es la emergencia de nuevas realidades. Asimismo, se ha abierto un período histórico donde priman el cambio, las transformaciones sociales y los aspectos aleatorios, los estados de equilibrio social son más precarios. La realidad es un mundo en proceso de construcción, donde los actores sociales con sus múltiples combinaciones aleatorias, sus incertidumbres, conductas contradictorias y hasta comportamientos alógicos tienen un papel activo en el desarrollo del mundo real.

En ese sentido, la previsibilidad del futuro de la sociedad definido de antemano por un reducido número de leyes ha dado paso al examen de la realidad social como una actividad más de exploración y de indagación de lo emergente, de la búsqueda de lo inesperado, de lo imprevisible y la novedad. El fin del conocimiento es la búsqueda de la comprensión de la realidad como una realidad construida. Es importante anotar que no es la dinámica social que nos lleve a cualquier dirección, las alternativas son resultado de los límites creados por las acciones presentes de los propios sujetos sociales donde se eligen los nuevos caminos. Prigogine señala que se trata de posibilidades entre posibilidades.

En esa dirección, el conocimiento ya no aparece como la comprobación de una naturaleza inmutable de leyes eternas, sino se muestra como comprensión de alternativas posibles. Estudiar la sociedad es el reconocimiento de sus posibilidades creativas.

Rupturas epistemológicas que fundan la investigación social

Otra cuestión sustantiva del proceso de redefinición de los fundamentos de las ciencias sociales que viene ocurriendo en América Latina es lo que atañe a la concepción de las "rupturas epistemológicas que fundan la investigación social" (Ibáñez 1986:25). Boaventura de Sousa Santos lo define como un proceso de doble ruptura epistemológica, que sin dejar de lado la superación del sentido común y el rigor académico de la primera ruptura, apuesta por un desarrollo de la primera ruptura epistemológica para llevar el conocimiento social hacia un nuevo sentido común emancipador. La segunda ruptura epistemológica significa la transformación del propio conocimiento científico y de su potencial en un movimiento en espiral que revierte en un nivel superior al sentido común (De Sousa Santos 1989).

En efecto, Gastón Bachelard (1973) define la ruptura epistemológica positivista, a semejanza de las ciencias naturales, como una dinámica de superación y negación del conocimiento cotidiano, el que se define como prejuiciado, ilusorio y superficial, para poder llegar al conocimiento profundo,

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