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ORDEN MUNDIAL Y UNA CHINA EN ASCENSO


Enviado por   •  26 de Abril de 2019  •  Apuntes  •  2.255 Palabras (10 Páginas)  •  123 Visitas

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EL ORDEN MUNDIAL Y UNA CHINA EN ASCENSO: ¿UN ENEMIGO A TEMER O UN AMIGO CON INTENCIONES OCULTAS?

EVER MAMANI

I.- INTRODUCCION.

Hablar de orden mundial, no es referirse a una expresión nueva. El “New World Order” ha sido utilizado por diversos personajes, a lo largo de la historia. La referencia general que hace, este término, tiene que ver con “una conspiración mundial orquestada por un grupo muy poderoso e influyente de organismos y que incluye a muchas de las personas más ricas del mundo” (RIVAS & ROJAS, 2016). Se habla de Estados poderosos, líderes políticos, élite empresarial, entre otros. Estos actores, buscan obtener el control y dominio de las masas o de naciones enteras con el objetivo es crear un mundo a su medida (conveniencia); para ello se valen de normas, instituciones y demás organismos que protejan sus intereses.

 En el presente ensayo, se considera a los Estados como actores principales que determinan la política internacional.  En un mundo globalizado, como en el que actualmente nos desenvolvemos, es imprescindible conocer al resto de países que integran la comunidad internacional; sobre todo a aquellos que de alguna manera tienen capacidad de influencia en ella. De este modo, se hablara de Estados Unidos como el actual hegemón internacional y “director” del orden internacional vigente. Por otro lado, se hablara también de China, un país “enigmático” para muchos, debido a su ubicación geográfica y sobre todo al rol poco “estelar” que había venido desempeñando hasta antes de los años 80. Sin embargo, en las últimas décadas, ha causado gran sorpresa el continuo y estable crecimiento económico por el que viene atravesando; hecho que lo lleva a situarse en una posición de ventaja respecto a otros actores. Generando más de una pregunta respecto al papel que desempeñara en la configuración del orden mundial y sus repercusiones.

Por sus características geográficas, el análisis del ensayo se sitúa específicamente en Asia oriental; puesto que se analizan los Estados de China, Japón y Corea del Norte. En este contexto, se buscara dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿tras el ascenso de China, es posible la reconfiguración de un nuevo orden mundial? ¿Cuál será el papel que desempeñara China? Y ¿De qué manera repercutirá ello en la región oriental de Asia?

Considerando que las posturas, que asumen los Estados en ascenso, pueden ser pacíficos (manteniendo el status quo) o revisionistas y que ello depende; principalmente, de sus intenciones a mediano y largo plazo;  es importante estar atentos a estos comportamientos; que sin duda, terminan repercutiendo en el sistema internacional.

I.- DESARROLLO.

A.- ANTECEDENTES.

La región de Asia Oriental, se ha transformado en los últimos años, en uno de los focos de atención más importantes en las relaciones internacionales.  Esto se debe a que esta región se ha convertido en una de las zonas más dinámicas, hablando en términos de crecimiento económico y de comercio. Hecho que nos grafica la necesidad de su estudio.

Tras el fin de la Guerra Fría, se pudo apreciar también el fin del orden bipolar existente hasta esos momentos (EE.UU. – URSS); dando paso a un período de unipolaridad Estadounidense que duro poco tiempo. En la actualidad,  podemos decir que estamos viviendo un proceso de transición en el que se viene gestando un nuevo sistema de orden “multipolar”. Es precisamente, en la región del noreste asiático, donde se viene gestando el principal “contendor” al orden norteamericano (China) y donde se vienen desarrollando ciertas rivalidades entre las potencias. Esta situación, nos da algunos  indicios sobre la naturaleza conflictiva o cooperativa que han de adquirir estas relaciones, en la dinámica internacional.

B.- ANALISIS.

El continuo crecimiento de China, ha llamado la atención de muchos estudios y análisis respecto a las repercusiones que ello conlleva, principalmente desde Estados Unidos. Este interés, no sólo se debe a las dimensiones de este país sino también al manejo político y económico de sus representantes; y cómo es que ello pudiera repercutir en el orden mundial presente. A este respecto, debemos recordar la visión que tiene Estados Unidos en relación al orden mundial; para ellos, el orden mundial consiste en un orden moral donde todo será perfecto; siempre y cuando, el mundo “entre en razón” y piense como Estados Unidos.  Dicho de otra manera, “un orden mundial involucra que todos los Estados del mundo compartan y practiquen las mismas instituciones norteamericanas” (KISSINGER, 2014). Solo de esta forma  se lograría garantizar la paz mundial, mediante una práctica generalizada de los principios democráticos estadounidenses. Sin embargo, la posibilidad que de China asuma las instituciones Estadounidenses, como suyas, es muy remota.

Es más, si bien China había asumido una postura ponderada, donde manifestaba no tener planes para interferir en el orden mundial presente y que su ascenso era más bien pacifico. “En los últimos años, los líderes chinos Hu Jintao (2002-12) y Xi Jinping (2012-actualidad) han evidenciado dificultades para mantener el enfoque moderado que caracterizaba la política exterior de sus predecesores” (SHIRK, 2014). Al parecer, ya no les interesa tranquilizar a sus vecinos con declaraciones amistosas; muy por el contrario, desde 2008, China ha estado dando señales de determinación tomando acciones contra ellos y contra Estados Unidos.

Todo hace ver que el papel de China, en la actualidad, está muy ligada a su conveniencia propia. Ya que desde el punto de vista del modelo constructivista, los Estados conflictivos son mal vistos por el entorno internacional; por lo tanto gozaran de mayor legitimidad, aquellos Estados poco violentos. En este sentido, China pretende dar la impresión de ser un Estado no violento; hecho que lo llevará a su consolidación económica (por la ausencia de enemigos) y legitimidad internacional. Sin embargo, una vez logrado el objetivo de poseer la “capacidad” económica, política y militar para reconfigurar el orden actual; de seguro lo hará. Generando una situación beligerante en el que Estados Unidos tendrá que aceptar su debilitamiento y la implantación de un nuevo orden. Donde él, ya no será el único hegemón.

A este respecto, otros teóricos como John Mearsheimer (MEARSHEIMER, 2001) también afirman que el orden regional en Asia del Este tendrá un matiz conflictivo. Es decir, llegará el momento en que China va a desafiar el poder de Estados Unidos, por ende, esa actitud revisionista; terminara produciendo un choque entre ambas potencias. Ahora bien, no debemos entender que este “choque de potencias” terminara por extinguir a la humanidad con la utilización de sus armas nucleares; es más, basándonos en la doctrina MAD[1], diríamos que ese escenario es muy remoto. La razón radica en que China también tiene una perspectiva diplomática basada en el “equilibro de poder”; sin embargo, el sentido que le dan, es distinto al que se tuvo en el sistema europeo de Estados. Para los chinos, “el equilibrio de poder conlleva a una táctica para que las fuerzas extranjeras —consideradas por China, en lo militar más poderosas que ella misma— se peleen entre sí” (MURAKAMI, 2011). De este modo, se excluye a la misma China como un ser supremo.

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