Obra Maestra

La emoción de estrenar… Moda, es parte de tu vida… Y te la vendo muy bien.

Mientras veía por enésima vez el spot de Fashion Night Out 2011, deduje que la industria de la moda, sabe cómo vendernos cualquier cosa, sabe lo que esta ‘in’ y sabe cómo dárnoslo. Frases como ‘El que dijo: “El dinero no compra la felicidad”, no sabía dónde compraba’, ‘De la moda lo que te acomoda’ o ‘La emoción de estrenar’, utilizadas por todas partes, bombardeándonos de colores, formas y tamaños.

Viendo un capítulo de un tv show por internet, observe algunas diferencias entre los spots para la televisión estadounidense y latinoamericana, viéndolo desde el punto de vista mexicano, podríamos decir que los primeros son aburridos, incoloros, sin frases bonitas y que perecen la publicidad de nuestra ciudad pero en los 90’s, sin embargo, seguramente para ellos es suficiente.

Muchas veces creemos que el propósito de la publicidad es que incremente las ventas de empresas, incluso nos que dispare las ventas.

Bueno, este es un simple cuento, la publicidad no vende, la publicidad por sí sola no sirve para incrementar las ventas, esa no es su función. La función de la publicidad es estimular la compra, hacer que el consumidor quiera tener una marca, que desee probar un producto, que necesite que le presten un servicio.

Es una de las tantas definiciones que se da a publicidad, me gustaría retomar la siguiente: "Cualquier forma pagada de presentación y promoción no personal de ideas, bienes o servicios por un patrocinador identificado" (Kotler & Armstrong, 2008)

Muchos llegamos a creer que la publicidad impone moda, recurriré a la experiencia propia para demostrar esto, cuando recientemente salió a la venta la Coca-Cola Zero, me encontré a mí misma comprando una, en cuanto a sabores, sinceramente fue el peor que haya probado en mi vida. Tomando en cuenta la definición anterior de publicidad preguntaría: ¿Qué pasa si la publicidad, cumpliendo eficazmente su función de estimular la compra, hace que un adolescente tenga deseos de probar esa nuevo refresco y cuando por fin la tiene en sus manos, resulta que no es la mejor, o por lo menos no es mejor de la que toma habitualmente? No se incrementan las ventas y no es culpa de la publicidad, es culpa del producto.

Por otra parte, tenemos al producto, en este ensayo abordaré a la alta costura y la no tan alta. La necesidad del vestido existe desde tiempos inmemoriales, igual que la necesidad de comunicación. A pasado desde los ‘simples trapos’, al uso del pantalón por trabajo, a la gran variedad de prendas, cortes y estampados que existen hoy día. Hace unos siglos, hubiéramos esperado el arribo de barcos a México, para saber cuál era la tendencia de Europa en el vestir, ahora con las nuevas tecnologías, en cuestión de segundos sabemos que es lo que usan, aunque las prendas físicamente lleguen un año después de la pasarela.

A la hora de vender una producto, ya sea una prenda o complemento, la publicidad afecta de manera directa y en una forma agresiva al ser humano; un ejemplo claro es cuando determinada compañía decide lanzarse al mercado, la idea básica como empresa, es la de vender su mercancía, sin embargo, para el publicista es más fácil venderle al público un estilo de vida en vez de unos simples jeans: ‘Liverpool es parte de tu vida’.

La publicidad de las tendencias, van dirigidas siempre a cierto sector, por ejemplo si enviáramos un mensaje de un producto cuyo costo fuera 3 veces mi salario, o por el contrario su precio es accesible, sería más fácil convencer a las personas en determinado contexto, que generalizar.

A la hora de ver cualquier imagen publicitaria en cualquier

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