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PENA DE MUERTE EN MÉXICO

kikis43Ensayo13 de Febrero de 2020

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PENA DE MUERTE EN MÉXICO

VIRGINIA VALDÉS SÁNCHEZ

METODOLOGÍA DEL APRENDIZAJE

10 de octubre de 2009

INDICE                            

Página  

Introducción…………………………………………………………..  

3

Antecedentes………………………………………………………….

4

La pena de muerte en el mundo……………………………………

6

La pena de muerte en México………………………………………

7

Aplicación económica para la pena de muerte……………………

7

Las religiones ¿a favor o en contra?.............................................

8

La abolición en distintos países………………………………………

9

Ética y valores de los mexicanos……………………………………

10

Conclusiones………………………………………………………….

11

Bibliografía……………………………………………………………

12

Glosario ……………………………………………………………….

12

INTRODUCCIÓN

En México hablamos mucho sobre la inseguridad, desempleo, crisis, corrupción, narcotráfico, secuestro, etc., nuestras autoridades hablan de muchas soluciones para combatirlas, algunas buenas, otras más que malas, son sensacionalistas, sin embargo, en las campañas electorales pasadas, el Partido Verde Ecologista de México promovió la pena de muerte, tema, que ha generado mucha polémica, pues parte de la sociedad mexicana lo ve como una campaña siniestra e inmoral debido a que genera falsas expectativas entre la gente desesperada, siniestra porque promueve el miedo y el odio e inmoral porque aprovecha los ánimos crispados de una sociedad que está harta de la impunidad para promover dicha pena.

Cierto es que en nuestro país están a la orden del día los secuestros y asesinatos, nada parece detener la ola de criminalidad, la corrupción entre los cuerpos policíacos, el narco, y por tal manera, la pena de muerte se puede considerar como la opción más acertada a todos los problemas de esta índole donde solo un castigo ejemplar como este desalentaría al criminal de realizar dichos actos.

Sin embargo realmente ¿La pena de muerte sería la verdadera solución a estos problemas? ¿Bajarían los altos índices de criminalidad en nuestro país? ¿La sociedad mexicana está lista para cambiar de ética y de valores? ¿Sería justo matar a los delincuentes? ¿Cuánto le costaría al país económicamente la pena de muerte?

ANTECEDENTES

Para poder hablar sobre la pena de muerte desde el punto en que lo estoy planteando necesitamos entender lo que significa:

La pena de muerte o pena capital consiste en la ejecución de un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito establecido en la legislación; los delitos a los cuales se aplica esta sanción penal suelen denominarse “crímenes” o “delitos capitales”. La ejecución de criminales y disidentes políticos ha sido empleada por casi todas las sociedades en un momento u otro de su historia, tanto para castigar el crimen como para suprimir la disensión política.

En ciertas partes del mundo emergieron naciones con la forma de repúblicas, monarquías u olarquías tribales.  Estas naciones solían unirse mediante lazos comunes lingüísticos, religiosos o familiares. La expansión de este tipo de naciones solía darse por conquista de tribus o naciones vecinas.  En consecuencia, emergieron varias clases de realeza, nobleza, ciudadanía y esclavitud, por lo que los sistemas de arbitraje tribal tuvieron que modernizarse para formar un sistema de justicia que formalizara la relación entre las distintas “clases” dentro de la misma sociedad. Las formas más elaboradas de arbitraje de discusiones incluían condiciones y tratados de paz hechos con frecuencia dentro de un contexto religioso, con un mecanismo de compensación también de base religiosa.

La compensación se basaba en el principio de “sustitución”, que podía incluir compensaciones materiales (en ganado o esclavos), intercambio de novias o novios, o pago de la deuda de sangre.  Las normas de cada tribu o sociedad podían permitir que se pagara la sangre humana derramada con sangre animal, o con dinero, o en algunos casos, exigir el pago mediante el ofrecimiento de un ser humano para su ejecución. La persona ofrecida no tenía porqué ser el perpetrador original del crimen, ya que el sistema se basaba en las tribus, no en los individuos. Las disputas de sangre podían ser resueltas en reuniones periódicas, como en los Things vikingos. A pesar de su origen primitivo, los sistemas basados en disputas de sangre pueden sobrevivir de forma paralela a otros sistemas legales más modernos.

El primer y más famoso sistema de justicia conocido para este tipo de jurisprudencia es el CÓDIGO DE HAMMURABI, que establecía penas y compensaciones de acuerdo con las distintas clases o grupos sociales de las víctimas y los infractores.

LA TORÁ (ley judía), también conocida como el Pentateuco (el conjunto de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento cristiano) establece la pena de muerte para el homicidio, el secuestro, la magia, la violación del shabat, la blasfemia y una amplia gama de crímenes sexuales, aunque la evidencia sugiere que las ejecuciones en realidad eran raras.

En la Antigua Grecia el sistema legal ateniense fue escrito por primera vez por Dracón hacia el 621 a. C.; en él, se aplicaba la pena de muerte como castigo por una lista bastante extensa de delitos (de ahí el uso moderno de “draconicano” para referirse a un conjunto de medidas especialmente duro)

Sin embargo a finales del siglo XVIII existe en todo el mundo una tendencia a emplear formas de ejecución menos dolorosas, o más “humanitarias”. En esas fechas, por ejemplo en Francia apareció la Guillotina, mientras que el Reino Unido prohibió la pena de ahorcamiento con descuartizamiento a principios del siglo XIX.  En los Estados Unidos se introdujeron la silla eléctrica y la cámara de gas como métodos de ejecución más humanitarios que la horca, pero han sido casi totalmente desplazados a favor de la inyección letal, que a su vez ha sido criticada como demasiado dolorosa. A partir de 1995 se empezó a sugerir en distintos medios el uso de la asfixia por nitrógeno como método de ejecución, pero al día de hoy no se emplea en ningún país.

Actualmente el uso de la pena de muerte ha sido abolida en casi todos los países europeos (excepto Bielorrusia), y la mayoría de los correspondientes a Oceanía (como Australia, Nueva Zelanda y Timor Oriental). En América, Canadá y la mayoría de países latinoamericanos han abolido completamente la pena de muerte, mientras que los Estados Unidos de América, Guatemala y la mayoría de los estados del Caribe la mantienen en vigor, y Brasil la contempla como ejemplo para castigar la traición cometida en tiempo de guerra.  En Asia la pena de muerte está permitida en democracias como Japón e India.  En África, se aplica aún la pena de muerte en democracias como Botswana y Zambia.

En muchos países donde aún se aplica la pena de muerte, se le reserva como castigo por crímenes de asesinato, espionaje, traición, o como parte del Derecho Militar.  En las fuerzas armadas de todo el mundo, las cortes marciales y consejos de guerra han aplicado la pena capital en delitos de cobardía, deserción, insubordinación y motín.[1]

En algunos países se aplica también para castigar delitos sexuales, siendo considerados como tales el adulterio o la sodomía. En cuanto a la apostasía, la renuncia formal a la religión también se castiga con pena de muerte,  entre otros. En muchas naciones “retencionistas” (es decir, países que aún aplican la pena de muerte), el narcotráfico es también susceptible de ser castigado con esta pena.  En China, el tráfico de personas y los casos graves de corrupción política son castigados también con la pena de muerte.  

Cuando no existe un sistema de arbitraje entre familias o tribus, o, existiendo, dicho sistema falla, se producen disputas familiares o “vendettas”.  Esa forma primitiva de justicia era común antes de la aparición de los sistemas de arbitraje basados en Estados o en la religión organizada. Podía desembocarse en su uso por crímenes, disputas de tierra o la aplicación de códigos de honor: “Los actos de venganza resaltan la habilidad del colectivo social de defenderse a sí mismo, y demuestran a sus enemigos (así como a los aliados potenciales) que los daños a las propiedades, derechos o personas miembros de dicho colectivo no quedarán impunes”[2].  Sin embargo, en la práctica suele ser difícil distinguir entre una guerra de venganza, pensada como castigo por una ofensa, y una de conquista.

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