PRÁCTICAS DE PARTERÍA EN MEXICO

Introducción

La práctica de la partería ha sido realizada desde los tiempos prehispánicos en nuestro país, desde épocas pasadas las mujeres han tenido que refugiarse del apoyo de otros durante el periodo de gestación, parto y cuidados pos-parto, ahí es donde el trabajo de la partera entra en juego. En la actualidad esta práctica sigue siendo vigente en estados principalmente donde hay mayor población indígena, y en aquellos lugares donde existe poca cobertura de acceso a servicios de salud y el espacio geográfico tampoco favorece. En dichos sectores de población existe la cultura de considerar que la salud y en especial la atención al embarazo no debe de ser competencia de los servicios médicos institucionales, sino dicha atención debe ser considerada por mujeres que son reconocidas como dedicadas a la labor del parto: las madres, tías, suegras o las mujeres dedicadas al oficio conocidas como parteras.

Las mujeres indígenas han considerado a la partera como un patrimonio tradicional, pues dicha ocupación ha estado arraigada desde hace mucho tiempo y es considerada como una opción importante para dichas personas. Entre las razones del porqué se toma mayor consideración a las parteras por parte de la población indígena se puede mencionar que al pertenecer a una misma cultura, la partera conoce las condiciones sociales y vivenciales, así como las normas de organización de su población. Además, como mujer se le toma en cuenta como una persona que tiene mayor visión de las características propias de dicho género y de las condiciones de salud como mujer.

Desarrollo

En nuestro país, principalmente en los estados ubicados al sur del mismo, existe mayor predominancia del oficio de partería. Podemos tomar en consideración dos estados de la República, donde la labor de partería sigue siendo vigente en nuestros días: Guerrero y Yucatán, los cuales de forma contrastada presentan semejanzas y diferencias en cuanto a la práctica misma, las costumbres que se llevan a cabo, los aspectos culturales y sociales que se toman en juego.

Podemos encontrar que en ambos estados el oficio de la partería ha trascendido como una tradición que ha perdurado desde mucho tiempo; la partera se ha tomado como una figura que aún no puede ser remplazada por la de un médico o enfermero. La población indígena de ambos estados considera que el periodo de gestación, labor de parto y puerperio deben de ser supervisados únicamente por mujeres allegadas a la gestante o que son capaces de llevar dicha labor.

Entre otra semejanza es necesario resaltar que en el caso de ambos estados el conocimiento y habilidades de las mujeres dedicadas a ese oficio son de carácter meramente empírico o práctico, por lo tanto su competencia no está fundamentada en una base científica o que los efectos de las prácticas realizadas sean comprobables y tengan un sustento formal. Las parteras se basan en la medicina alternativa, es decir que trabajan empleando hierbas, infusiones y plantas; es decir que se apoyan principalmente de la herbolaría para poder

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