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Pensamiento social de la iglesia informe

Nube HerasInforme19 de Mayo de 2022

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Universidad Politécnica Salesiana

Desarrollo de la Actividad[pic 1]

Pensamiento Social de la Iglesia

Al interior de la Iglesia hemos vivido dos grandes momentos la primera etapa se inicia con León XIII en esta etapa del pensamiento social, la Iglesia forma un todo homogéneo y propugna la conversión interior antes que las reformas de estructuras. Luego vino el Concilio Vaticano hasta antes de este, la Iglesia era muy cerrada en sí misma pues el Papa Juan XXIII hizo esa lectura de la realidad de la Iglesia y dijo que no puede ser que la Iglesia esté encerrada en sí misma y movió al mundo entero, invito a todos los obispos del mundo entero a qué se congregarán en Roma y se celebró el Concilio Vaticano segundo un concilio ecuménico, ahí abrió las puertas de la Iglesia no solamente a los obispos católicos sino a los obispos de otras confesiones religiosas y precisamente buscaba que las demás personas lograrán entrar en diálogo con la Iglesia, fue como un momento de bisagra pues la Iglesia empezó a abrirse con el resto del mundo. Desde hace décadas la Iglesia ha intentado incidir en el pensamiento, en las mentalidades en los corazones de las personas y dejar como marcas, como el sacramento del bautismo que es con un sello indeleble los principios con el cual nosotros nos presentarnos ante los demás.

La preocupación de la Iglesia ha sido siempre el ser humano, el mismo que debe vivir en perspectiva, ya que, si bien es la especie protagonista del quehacer en el mundo, no debe olvidar que también su permanencia en este mundo es vana. Por eso hoy en día para el ser humano la Iglesia nos presenta principios que se refieren a las proposiciones o criterios doctrinales que orientan toda la moral social desde una visión cristiana del hombre y de la sociedad, estos son pensamientos de contenido moral y ético, los principios se inspiran en el Evangelio y de ahí se nutren los verdaderos valores que todos aceptamos sin mayor dificultad.

Tenemos varios principios, pero quiero redactar respecto al de solidaridad, este principio nos ayuda a ver al “otro” ya sea persona pueblo o nación no como un instrumento cualquiera para explotar sino como un “semejante”. La solidaridad implica mucho más que actos de aislados, involucra a toda la persona, es don y tarea, implica una disposición, una búsqueda, un dialogo, hábitos, estilo de vida y más. Es más bien un complemento y un perfeccionamiento de la justicia.

La solidaridad es también una verdadera y propia virtud moral, no un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno para que todos seamos verdaderamente responsables de todos. Este principio salvaguarda los bienes de la unidad en la vida social y la igualdad de sus miembros, y se opone a las distintas formas de individualismo. La sociedad es una comunidad de personas que gozan de una igualdad fundamental por su común dignidad, están llamadas a contribuir al perfeccionamiento de todos y cada uno, aportando su propia ayuda y originalidad. Como consecuencia el principio de la solidaridad se traducirá en la justa distribución de bienes materiales y espirituales, en la variada ayuda que se presta a las personas y comunidades que se encuentran en necesidad, y en el esfuerzo por reformar las conductas y estructuras de pecado que obstaculizan o se oponen a la consecución del bien común.

Entonces, tenemos que hoy en día la solidaridad, también reconocida cómo paz, es la preocupación por el bienestar del prójimo y el compromiso de ayudar a socorrer las necesidades que tienen los otros, la esencia del principio de solidaridad se encuentra en el vínculo con el bien común en vistas a proteger la unidad de la familia humana. Siendo la iglesia la principal promotora y comprometida con este mensaje, se siente llamada a estar junto a las multitudes pobres, acompañándolas en sus justas reclamaciones, colaborando para que sus demandas se conviertan en mejores servicios para ellos y así fortaleciendo el bien común. La Iglesia denuncia todo desarrollo basado en la exclusión, en la explotación, la opresión o en la anulación de los demás, todos esto basada en la solidaridad pues este principio nos invita a que salgamos de nosotros mismos y que veamos un poquito más allá de nuestras narices y nos preocupemos por el otro sin discernir y que tengamos ese compromiso de ayudar no en situaciones vanas, sino ayuda mutua, ayuda con cariño, con interés por los demás.

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