Proceso de transformación de las familias.

Proceso de transformación de las familias

La familia constituye un grupo humano, en el que influyen todo un conjunto de relaciones, vivencias e interacciones personales de difícil cuantificación. En nuestra sociedad nuestro modelo de vida ha ido modificando progresivamente la estructura de la familia, mediante la interrupción de la convivencia jerárquica, a través de la flexibilización, favoreciendo una coexistencia entre padres e hijos más democrática, permisiva y tolerante, este carácter omnipresente de la familia se explica sobre la base de su potencial educativo y socializador en una amplia gama de situaciones.[pic 1]

Un reflejo de la sociedad

Las relaciones interpersonales que establecemos en una estructura familiar, hoy en día, se encuentran en un profundo proceso de cambio que afecta a todas sus dimensiones. De hecho, no es más que el reflejo de lo que está pasando en la sociedad.

Factores más sobresalientes de la transformación:

- Es cada vez más frecuente que tanto el hombre como la mujer aporten ingresos a la unidad familiar.

- El número de miembros de las familias se ha reducido. Esto comporta una mayor inversión económica y dedicación por parte de los padres.

- Las estructuras familiares son más plurales. Antes, era la sociedad la que marcaba unas normas que influían directamente sobre la vida familiar; en cambio, actualmente, los derechos individuales se han antepuesto a los de la institución y el individuo es libre de organizar su vida en pareja y en familia. Esto ha originado nuevas formas de convivencia (parejas de hecho, parejas homosexuales o parejas de fin de semana), y la frecuencia del divorcio ha establecido diversidad de familias: padre y madre con un hijo o hija, padres con dos hijos, monoparentales, reconstituidas, o sea, familias que aportan hijos de otras uniones más los que tengan en común, etc.

Estas nuevas relaciones, generadas de situaciones diversas, han dado paso a la familia negociadora, que se caracteriza por unas relaciones entre generaciones menos jerarquizadas y unas normas de convivencia menos rígidas y que son cuestionadas de forma sistemática por los hijos, en busca de cuotas de autonomía cada vez mayor.

Actualmente, muchos padres y madres quieren que sus hijos sean autónomos, críticos y responsables de sus actos; estos hijos e hijas, a su vez, exigen un trato de igualdad con sus padres, cuestionando las normas y pidiendo una justificación que les demuestre su razón de ser o su arbitrariedad. Esto nos ha llevado a la democratización de las relaciones entre padres e hijos, tanto desde el punto de vista de la edad como desde el de género, en cuestiones como la manera de vestir y de peinarse, la alimentación, el tiempo de ocio y los programas que ven en la televisión.

El respeto, que constituía el eje central de las relaciones parentales, se ha visto substituido por la confianza. El deseo de tener unas buenas relaciones con sus hijos e hijas, dar una mayor importancia a la dimensión afectiva y, sobre todo, mantener una buena comunicación han facilitado este proceso.

La familia negociadora ha surgido como consecuencia de un proceso social complejo, en el cual se incide en el desarrollo individual, la libertad y la autonomía de la persona, pero también en su responsabilidad. Ésta ha dado lugar a la formación de una familia en la que el consenso, la comunicación y el respeto a los deseos y aspiraciones individuales de los miembros que la componen ocupan un lugar importante en la realización del proyecto de vida en común.

...