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Progreso y surgimiento de la pobreza como problema

monse1920Documentos de Investigación12 de Noviembre de 2012

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INTRODUCCIÓN

Desde hace ya varias décadas, la pobreza es una cuestión importante para la mayoría de los países, dado que los esfuerzos por combatirla tienen alta prioridad entre los objetivos de la política económica y social de las distintas naciones. Sin embargo, este fenómeno social ha adquirido en los últimos tiempos nuevas dimensiones y magnitudes, así como una significación política trascendente. La mayoría de los gobiernos, así como organizaciones locales e internacionales destinan importantes recursos a la generación de datos estadísticos sobre el grado y las características de la pobreza, considerados como un insumo de gran valor para la formulación de políticas.

Obviamente, la determinación de las personas u hogares pobres y la formulación de índices sintéticos de incidencia e intensidad de la misma han venido a ocupar un papel tanto polémico como relevante en la formulación de políticas públicas y en el estudio general del fenómeno.

Es necesario señalar, que cualquier estudio de pobreza desea identificar si una persona u hogar es pobre o no y aspire a tener un mínimo de rigor científico, debe transitar por los tres aspectos siguientes: i) Definición conceptual de la pobreza; ii) elección del método de identificación de los pobres y iii) adopción de medidas de pobreza.

En un trabajo realizado por Paul Spicker (1999) identifica once posibles formas de interpretar esta palabra: necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos, carencia de seguridad básica, falta de titularidades, privación múltiple, exclusión, desigualdad, clase, dependencia y padecimiento inaceptable. Todas estas interpretaciones serían mutuamente excluyentes, aunque varias de ellas pueden ser aplicadas a la vez, y algunas pueden no ser aplicables en toda situación.

HISTORIA

La pobreza es un fenómeno social que ha aquejado a una gran parte de la población mundial. No es un tema de actualidad, su existencia se ha registrado desde tiempos remotos. Podría decirse que la pobreza es parte de nuestra historia, siempre se le ha considerado como una situación normal en la vida del hombre, como un enquistado mal difícil de exterminar. La escasez de alimentos y el hambre eran algo común.

Fue en la edad media donde se dieron los primeros indicios de este atávico problema. Las familias moraban en viviendas en condiciones deplorables, teniendo solamente un cuarto (y en reducidas ocasiones, dos) para que durmiese toda la familia. Estas familias se encontraban, además, en una situación de constante hambre el estilo de vida rústico y antihigiénico agravaba las circunstancias.

Según Marx, en su obra, El Capital, la servidumbre había desaparecido de Inglaterra desde finales del siglo XIV. En esa época y en el transcurso del siglo siguiente la gran mayoría de la población se conformaba de campesinos libres que poseían sus propias tierras independientemente de que su procedencia fuera feudal. Los jornaleros agrícolas eran campesinos que aprovechaban su tiempo trabajando asalariadamente para los grandes terratenientes pero a la vez también eran labradores independientes pues se les daba casa y labranza.

El poder real, en su deseo de conquistar la soberanía absoluta aceleró violentamente la disolución de las huestes feudales. Los grandes señores feudales se levantaron en contra de la monarquía y el parlamento creando un proletariado incomparablemente mayor, por lo que la aristocracia fue devorada por las guerras feudales. Más tarde la nueva aristocracia con la nueva potencia que era el dinero, comenzó la expropiación de los pequeños agricultores; las casas de los campesinos y las viviendas de los obreros fueron violentamente arrasadas o entregadas a la ruina. La legislación se echó a temblar ante todos estos problemas, según Bacon, Enrique VII fu tomando medidas ante las crecientes quejas que resultaban de estos cambios promulgando leyes que afectaban incluso a iglesias y casas. Pero ni las quejas del pueblo ni la legislación prohibitiva pudieron detener la expropiación de los pequeños arrendatarios y campesinos.

La reforma impulsó la expropiación de la masa del pueblo. Muchos bienes de la iglesia pararon a manos de unos cuantos protegidos del rey o malvendidos. En el año 43, la reina Isabel dio estado oficial al pauperismo, creando el impuesto de pobreza.

Bajo la restauración de los Estuardos, los terratenientes hicieron que los suelos, de propiedad pública, pasaran a manos del estado, de manera fraudulenta, reivindicando la moderna propiedad privada. Lo mismo con la propiedad comunal, pues incluso se crearon leyes en la que los terratenientes se regalaban tierras a sí mismos en propiedad privada las tierras del pueblo, más adelante se irían cercando estos terrenos para meterles ganado, mientras que los pequeños terratenientes fueron desapareciendo pasando a ser jornaleros y asalariados.

El último gran proceso de la expropiación de los agricultores (Clearing of Estates) consistió en barrer a los hombres de las fincas y tuvo sus repercusiones más fuertes en Escocia pues los caudillos transformaron su derecho titular de propiedad en un derecho de propiedad privada, usando la fuerza en contra de los que se oponían a ser desalojados de sus posesiones. También se les prohibía emigrar para obligarlos a trabajar en os centros fabriles de la región. Se les otorgaron unos cuantos acres por familia a orillas del mar y cuando trataban de sobrevivir de la pesca, la voracidad de los caudillos hizo que echaran a los pescadores de sus casas por segunda vez.

Las grandes masas de gente expulsadas de sus tierras y expropiadas por la fuerza de sus posesiones formaban un proletariado libre y privado de medios de existencia que no podían adaptarse a sus nuevas condiciones de vida por lo que una gran parte se convirtió en mendigos, salteadores y vagabundos. A pesar de no haber escogido este tipo de vida y que, más bien, por el contrario, se les empujó hasta caer en este abismo de miseria, en toda Europa occidental se dictaron una serie de leyes persiguiendo a “sangre y fuego” el vagabundaje con una serie de castigos atroces e inhumanos, llegando a incluso a la esclavización y la muerte para aquellos que se les sorprendiera en estas condiciones o si reincidían un número determinado de veces.

De esta forma se les fue encajando en la disciplina que exigía el sistema de trabajo asalariado.

Además de los hechos antes mencionados en el transcurso de la producción capitalista se forma una clase obrera que a fuerza de educación, tradición y costumbre, se somete a este régimen como si fuera algo natural.

Una vez expropiados de sus tierras y de medios de producción, a esa gran masa de proletarios no le quedaba de otra más que refugiarse en las industrias de las ciudades. Junto a esa porción de gente disponible, quedaban también disponibles sus medios de subsistencia. El campesino sólo sobrevivía comprando el valor de sus medios de vida al capitalista industrial, en forma de salario y lo que ocurre con los medios de vida, ocurre con las primeras materias agrícolas suministradas a la industria.

La propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción es la base de la pequeña industria, condición necesaria de para el desarrollo de la producción social y la libertad del trabajador. Y aunque este sistema se desarrolla también bajo la esclavitud, florece cuando el trabajador es propietario libre de las condiciones de trabajo manejadas por él mismo. Éste régimen supone, contrariamente al capitalismo, la distribución de la tierra y medios de producción. Regularizarlo implica un estancamiento eterno que más tarde, alcanzando un cierto grado de progreso finalizaría, por manos del propio régimen, en su destrucción. Esta destrucción implica la expropiación de la masa del pueblo de sus tierras y medios de vida e instrumentos de trabajo, lo cual nos lleva a la prehistoria del capital y a la masificación de los pobres.

Para el siglo XVIII, en 1798, el clérigo inglés Thomas R. Malthus (Surrey, 14 de febrero de 1766 - Bath, 29 de diciembre de 1834) mencionó en su “Ensayo sobre el principio de la población”, sus ideas acerca de la constante tendencia observada en la población a crecer por encima de la producción y la capacidad de abastecimiento de alimentos, concluyendo así, que la pobreza de la gran masa de los seres humanos era “necesaria” dada la tendencia de la humanidad a reproducirse más allá de las posibilidades de la agricultura de producir alimentos a un ritmo que igualase la rapidez del crecimiento poblacional. Esta anomalía, sin un control adecuado absolutamente necesario, siempre arrastraría a la masa humana al hambre, a la enfermedad y a la guerra. La pobreza era para él, en sus consideraciones, un algo inevitable para la mayoría de los seres humanos. Deduciendo, de esta forma, su teoría catastrofista de que las poblaciones al final lucharían por los recursos y sólo sobrevivirían los más fuertes.

Si bien en su momento muchas personas tomaron seriamente las predicciones de Malthus sobre las consecuencias del aumento de población, el pronóstico catastrofista no se cumplió por varias razones.

En primer lugar ocurrió la llamada transición demográfica por la cual muchas sociedades a partir de un nivel de renta moderaron la tasa de natalidad, pasando de un crecimiento exponencial a un crecimiento logístico.

Por otra parte la tasa de aumento de los recursos alimentarios ha crecido más rápido de lo previsto.

Esas dos hipótesis en conjunto hacen que no se de la catástrofe malthusiana tras un tiempo finito como indica ya que las relaciones de incremento de población e incremento de recursos reales

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