¿Qué es realmente la Esclavitud?
Cämii Riveros JerezInforme3 de Junio de 2021
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INFORME DEL PRIMER SEMESTRE 2010(Enero-Junio) PARA:
FONDS NATIONAL RECHERCHE SUISSE
POUR LA MOBILITÉ SOCIALE DE LA UE
ET
L’UNIVERSITÈ DE GENEVE, FACULTÉ DES CIENCES HUMAINES
ET PSICOLOGIQUES, ECOLE TOPFFER
La Esclavitud Y Sus Efectos En El Desarrollo de Las Competencias Genéricas Universales,
La Memoria Colectiva En Chile Y Su Impacto en la Sociedad,
Desde La Visión Jungiana.
El fenómeno de la esclavitud, universalmente repudiado hoy en día, ha sido sin embargo una frecuente en la historia de la humanidad. De hecho, en algunas épocas y lugares ha constituido el pilar básico de la estructura económica.
Revisando la Historia de la Humanidad es escalofriante constatar como un grupo o una clase social especifica, supuestamente y fisiológicamente considerado “seres humanos”, a través de los siglos, han destruido las vidas de otros seres humanos, considerados por los primeros como “inferiores”.
Los efectos socios económicos políticos y culturales del negocio de compraventa de los seres humanos conocido también como ESCLAVITUD, han sido nefasto por la Humanidad en general.
Algunas de las naciones famosas, prosperas y construidas gracias a esta practica han podidos a través de los siglos borrar de sus memorias colectivas este fenómeno antiguo y algunos aún siguen inconscientemente actuar bajo los efectos prolongados sufridos a causa de la Esclavitud.
Si se verifica históricamente la magnitud que la Esclavitud ha perdurada en el tiempo, eso permita poder analizar el efecto del mismo en el desarrollo de las Competencias Genéricas Universales, o la falta de eso, en las naciones que siguen inconscientemente viviendo este fenómeno en su memoria colectiva y sus ADN Psicológicas.
¿Qué es realmente la Esclavitud?
Algunos expertos así explican la Esclavitud:
“La esclavitud es la condición jurídica de una persona que, por nacimiento, deudas, por sentencia judicial o por derecho de conquista carece derechos civiles y se convierte en la propiedad de otra persona, que puede perderla o cambiarla, emplearla en la actividad que considere oportuna y, en algunos casos, incluso disponer libremente de su vida.”
Tradicionalmente han existen dos tipos principales de esclavitud, la doméstica, en la que los esclavos o siervos -realizan labores auxiliares en el hogar-, y la «productiva», propia de los sistemas económicos esclavistas, en la que desempeñan las tareas más duras del sector primario, como el cultivo de las tierras o la minería. Para recuperar la libertad preveían dos formas principales: la manumisión por parte del dueño o el pago de un rescate económico, que podía efectuar el mismo esclavo, si era capaz de reunir la cantidad necesaria.
El problema filosófico es lo siguiente: ¿como un ser humano puede nacer “esclavo” o como un ser humano puede “esclavizar” a otro ser humano?
Los griegos antiguos tan como los romanos que defendían ferozmente sus libertades, quienes tenían un Senado, quienes vivían en un sistema político “democrática” en el sentido de los “ciudadano libre” y quienes enseñaban los fundamentos de Meritocracia, son los que solidamente fundaron sus naciones sobre la Esclavitud.
La institución de la Esclavitud estaba ya presente en las primeras fuentes escritas conservadas. Las civilizaciones Mesopotámicas, Babilonia, Judea, Asiría, Nubia, África del Norte y Egipto la conocieron, y la utilizaron para sus prosperidades.
En la Grecia del periodo clásico, cuna de la democracia occidental, el práctico del esclavismo se consideraba normal. La prosperidad de la Atenas de Pericles, Aristóteles y Platón se basaba, en el comercio, muchos de cuyos productos eran manufacturados por esclavos, en la agricultura y en la minería de la plata, que también empleaban manó obra esclava.
La Roma republicana e imperial conoció un sistema económico —«modo de producción» en la terminología marxista— esclavista, gracias a una abundante mano de obra procedente de las victoriosas guerras de conquista.
Los esclavos trabajaban en las minas, remaban en las galeras y cultivaban los campos. Incluso en las ciudades eran numerosos, y muchas veces sobrepasaban el número de los ciudadanos libres.
La esclavitud doméstica estaba generalizada entre las familias pudientes. Estos siervos domésticos tenían unas condiciones de vida menos duras que a los demás. Por otra parte, existía un gran número de esclavos con conocimientos especializados, que desempeñaban diversas funciones y gozaban de cierta consideración: orfebres, médicos, secretarios, maestros, etc.
Mención aparte merecen los gladiadores, generalmente prisioneros de guerra que no llegaban a integrarse en el sistema productivo; algunos, convertidos en auténticos profesionales, alcanzaban la libertad gracias a sus hazañas en el circo. En el siglo I A. C. el gladiador Espartaco encabezó una revuelta de esclavos que hizo temblar a la misma Roma; los rebeldes fueron finalmente derrotados por el cónsul Marco Licinio Craso y ejecutados la mayor parte de los sobrevivientes.
Con el paso del tiempo, el esclavismo romano fue decayendo por acción de varios factores. Por un lado, el fin de las conquistas redujo las aportaciones de nuevos contingentes de esclavos; sometidos a duras condiciones de vida, padecían altos índices de mortalidad, con lo que su número se reducía considerablemente.
Por otro lado, la influencia de ideologías como el estoicismo o el cristianismo introdujo una crítica moral al hecho de que un ser humano pudiera pertenecer a otro, como si fuera un objeto. Además, la escasez de mano de obra rural a partir del siglo III movió a muchos propietarios a ligar a sus esclavos a la tierra, concediéndoles un lote de terreno y permitiéndoles formar familias, para mejorar su productividad y asegurar la continuidad de la explotación.
Con el tiempo, estos “esclavos asentados” se irían fundiendo con los pequeños propietarios libres empobrecidos y convertidos en colonos, los cuales cedían la propiedad de sus tierras, que seguían cultivando, a cambio de la protección de un terrateniente poderoso. Juntos, conformarían en la alta Edad Media el grupo de los siervos de la gleba, con una condición jurídica semi libre, pero ligados a la tierra.
Tras la caída del Imperio romano y la desaparición de su régimen socioeconómico, el número de eslavos propiamente dichos se redujo drásticamente en la Europa feudal, sustituidos en gran parte por esta nueva clase de campesinos serviles, no obstante, existía aún un reducido número de siervos domésticos, normalmente extranjeros y no cristianos.
Fuera de Europa, otras civilizaciones también conocieron la institución de la esclavitud.
No se necesita nombrar uno a uno, desde las grandes obras de arquitectura y bellezas, hasta las obras construidas por razones estratégicas y las guerras, desde los Jardines Colgantes de Babilonia hasta la Muralla de China, siglos tras siglos, por esclavos, considerando que son reconocidos mundialmente.
La Humanidad debe más que se puede imaginar a estos esclavos anónimos cuyos Opus Magnus no solo constituyo los pilares de la historia de algunas naciones, sino que también deberían ser considerados como “padres fundadores” de la Historia de la Humanidad Entera.
Se sabe que la Esclavitud no se limito ni en el tiempo ni en el espacio, ni tampoco geográficamente; - al menos oficialmente-; hasta casi el fin del siglo XVIII.
No es muy necesario tampoco revisar el comercio de compraventa de los humanos al rededor del globo y hay que reconocer que muy pocas naciones pueden lavarse las manos de lo que se llamaba el comercio “negrero” y se sabe que así se llamaba este comercio por el simple hecho que los esclavos capturados en África que se subastaban en los cuatros puntos del mundo estaban de color de piel “negro”.
Los ingleses tan como los Holandeses, los Franceses tan como los Suecos, los habitantes del Nuevo Mundo, tan como los del Viejo Continente, los cristianos tan como los judíos y los musulmanes, el occidente tan como el oriente, han sido todos involucrados en algún momento u otro de sus expansiones y guerras, en este mismo comercio lucrativo.
Los portugueses y los españoles obviamente en sus tiempos “gloriosos” de imperios nunca fueron libres del mismo pecado cometido por los romanos y los griegos antiguos. La única diferencia entre los primeros y los segundos es el factor del tiempo e ideología o filosofía de la vida en diferentes épocas.
Sin buscar excusas por los romanos y los griegos hay que reconocer el contexto histórico y los tiempos en los cuales ellos vivían.
Aunque “civilizados” por sus épocas, -comparándoles con los Ostrogohts y Visigohts obviamente-, estaban en realidad, ambas naciones, fundadas básicamente sobre las leyes de la selva, la sobre vivencia de los más fuertes y viviendo en tiempos violentos. A pesar de esos hechos se podría hasta decir que los griegos y los romanos estuvieron “avanzados” por sus tiempos.
Así no fue por los españoles y los portugueses.
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