Reflexiones morales, medioambientales y de salud sobre el veganismo

Reflexiones morales, medioambientales y de salud sobre el veganismo

El veganismo es un estilo de vida, que rechaza todo lo que tiene que ver con el maltrato y sufrimiento animal, por lo que los veganos no consumen productos de origen animal, o que sean derivados de la explotación de estos, y tampoco aprueban las acciones que conllevan un maltrato hacia los animales, como por ejemplo los animales que se encuentran en circos, rodeos, entre otros.

             En este ensayo primero vamos a revisar la concepción de los animales no humanos que existe desde el ámbito moral, exploraremos la conducta especista de la sociedad, para luego argumentar porque esta no es moral, y daremos una explicación de por qué la capacidad de empatizar del ser humano no detiene nuestra conducta especista. Después veremos los efectos negativos de la industria ganadera, y finalmente mostraremos que el veganismo no interviene negativamente en la salud, sino que por el contrario es beneficioso.

Aspecto moral

Según la “Declaración de Cambridge sobre la conciencia”, los animales no humanos poseen una base neurológica que da lugar a la consciencia, la que les permite experimentar estados afectivos, por lo tanto, de acuerdo con esta declaración podemos clasificar a los animales no humanos como seres sintientes que pueden sufrir y disfrutar. Debido a los humanos como seres racionales que son, tienen la responsabilidad moral de respetar a otros seres sintientes.

Entonces, ¿Por qué las personas se sienten con el derecho de maltratar y usar a los animales a pesar del respeto inherente a su capacidad de sentir y a su consciencia?

Es interesante analizar cómo la sociedad actúa ante esta pregunta, ya que si la enfocamos hacia los animales propios del ganado, veremos que las personas asumen a estos como objetos o propiedades que tenemos derecho a usar, lo que conlleva una postura especista en la que los animales humanos son superiores y tienen más derecho que los animales no humanos; este racionamiento es homólogo al de aquellos que estaban a favor de la esclavitud, en la que unos seres tienen más derecho que otros y que incluso tienen la libertad de violar derechos de otros en función de satisfacer sus necesidades y deseos. Ahora, esto no quiere decir que los seres humanos sean psicópatas que no tienen la capacidad de empatizar con otros seres sintientes, más bien esta actitud de indiferencia ante el maltrato animal del ganado tiene su raíz en el concepto que tenemos del mismo, si lo sacamos de la categoría de ser sintiente es fácil cosificarlos y usarlos como un bien material.

Por otro lado, la posición de la sociedad ante el maltrato de animales domésticos es distinta, no es socialmente aceptado que alguien se haga chaquetas de piel de gato, ni que mate un perro para comerlo. Con esto se evidencia que sí existe una empatía por el animal, sólo que la sociedad ha aprendido a disociarla cuando de satisfacer sus necesidades se trata. “La disonancia cognitiva es un fenómeno que ocurre cuando el ser humano siente que existe una contradicción entre su forma de actuar y de pensar”, esta disociación también es fomentada por el contexto en el que crecemos, a los niños no les cuentan que la carne que está en sus platos es una vaca anteriormente torturada y asesinada, ya que el ser humano es intrínsecamente empático y siente aversión por actos de tal grado de violencia, así que los adultos obviarán esa información, sin embargo, en algún momento comprenderán cómo llegan los productos de origen animal a su plato, y es entonces cuando se provoca una disociación cognitiva como mecanismo de defensa ante la verdad, el ser humano prefiere ignorar la realidad para poder mantener sus costumbres y satisfacer sus necesidades.

A pesar de que la disociación cognitiva explica la conducta, no la justifica, es responsabilidad de cada uno actuar correctamente en cuanto a lo moral, hacerse consciente de sus actos y responsabilizarse por ellos.

Un argumento moral a favor del veganismo viene del contractualismo, como su nombre lo dice, la moral en una comunidad es un contrato, basado en la justicia, con exigencias recíprocas que quienes participan del sistema moral aceptan. Como este planteamiento deja fuera a los animales, Tugendhat presenta otra concepción de la moral que considera el altruismo, la compasión generalizada e incluye a los animales como seres con capacidad de sufrimiento. En este contexto, se debiera hacer el siguiente ejercicio: sin saber que rol vamos a cumplir en la sociedad, bajo un velo de ignorancia, desde una posición original donde todos somos iguales, debemos pensar si aceptaríamos el maltrato y explotación de seres sintientes con el fin de satisfacer necesidades humanas. Sería razonable pensar que no lo aceptaríamos, dado que si nos corresponde en esa sociedad ficticia ser parte de los seres sintientes no humanos, no nos interesaría ser explotados, maltratados y torturados por una especie que se proclama superior. (Ursula Wolf. La teoría de Ernst Tugendhat sobre las fuentes de la moral. 2018https://www.researchgate.net/publication/330392473_La_teoria_de_Ernst_Tugendhat_sobre_las_fuentes_de_la_moral. DOI:10.26754/ojs_arif/a.rif.201823294)

Aspecto medioambiental

El estilo de vida vegano no solo tiene un factor moral que apela al respeto ante los demás, sino que también conlleva una actitud moral ante el medioambiente y su cuidado, ya que sin este estilo de vida cooperamos con una serie de consecuencias negativas de la industria ganadera.

Uno de los problemas de la industria ganadera es la gran producción de gases de efecto invernadero (GEI). Casi el 60% de las emisiones de GEI de la industria alimentaria proviene de la producción carne. De hecho, la producción de carne genera 28 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que los alimentos de origen vegetal.

...