Relaciones internacionales

MARCO TEORICO

1. Transnacionalismo

Ante el hecho de que la teoría Realista, no estaba dando respuestas a la nueva realidad internacional tras los atisbos de distención de las potencias hegemónicas es que a partir los setenta surge este nuevo paradigma Transnacionalistas. En un mundo donde el Estado se empieza a ver eclipsado por diferentes nuevos actores que sin tener la capacidad territorial si la tienen en organización y en poder actuar a nivel mundial, como ser las organizaciones internacionales, movimientos sociales trasnacionales y/o corporaciones internacionales.

El Transnacionalismo se diferencia del objetivo de la lucha del poder y el conflicto, hace hincapié en la política trasnacional, en los aspectos socio económicos de las relaciones internacionales. Los autores creadores de este paradigma y por el cual se respalda dicho trabajo son Kehoane y Nye, quienes critican a la Teoría Realista por cuanto no toma en cuenta a los actores no estatales y a los procesos trasnacionales.

El paradigma Trasnacionalista aboga por una sociedad mundial que procede de la Interdependencia, concepto acuñado por los autores citados, entre los diferentes actores mundiales que puedan llegar a actuar no solo por cuestiones políticas, sino también económicas, culturales o tecnológicas (Del Arenal;2007). De esta forma, puede sustentarse teóricamente la existencia de la Paradiplomacia y la relación, en este caso, bilateral entre dos actores Subnacionales de diferentes países.

2. Paradiplomacia concepto general

Para introducirnos en el tema, se propone realizar un concepto general de lo que es la Paradiplomacia dentro de las Relaciones Internacionales, una rama de la disciplina que tiene como objeto de estudio a los Gobiernos No centrales, llámense regiones, departamentos, ciudades o municipios. Dichos gobiernos han cobrado mayor protagonismo desde el fin de la Guerra Fría, en los diferentes tipos de sistemas de gobierno predominante en la época, incluso en aquellos en vías de desarrollo.

La Paradiplomacia vino a cuestionar la concepción clásica que se venía teniendo a través de las teorías realistas del Estado como actor exclusivo y privilegiado de representarnos en el escenario internacional, es de esta manera que con el desarrollo del paradigma de la sociedad mundial se les dio mayor importancia a los procesos trasnacionales y significó la incorporación de nuevos actores tanto gubernamentales como no gubernamentales.

Este proceso de transición se distinguirá de una “antigua sociedad internacional” (Del Arenal; 2002) con los Estados nacionales como únicos actores casi exclusivos de las relaciones internacionales y únicos sujetos del Derecho Internacional a una “sociedad internacional ampliada” en el que la trasnacionalidad tiene un lugar decisivo en la política internacional. De esta manera, es evidente que el paso fundamental sobre la disciplina es mediante la participación de una pluralidad de nuevos actores en el escenario internacional, además de los estados nacionales (Kehoane y Nye; 1989; Nye; 2003).

Las primeras aproximaciones conceptuales se dan por medio de los autores Soldatos y Duchacek (1980) quienes definieron a la Paradiplomacia en un primer momento como la acción de los gobiernos no centrales, haciendo referencia a los gobiernos sub-nacionales quienes realizaban una suerte de “microdiplomacia” (Duchacek;1990), pudiendo establecer relaciones con centros culturales, políticos, comerciales e industriales de otros Estados. También elaboraron diferentes tipologías para corroborar las cualidades multifacéticas de la Paradiplomacia en los que se podía denotar y comprender la manera en que los gobiernos Subnacionales podían llevar a cabo e implementar su política exterior.

Entre las concepciones de la Paradiplomacia a lo largo del tiempo, encontramos autores más contemporáneos como Calvento (2015) quien prefiere referirse a dicho fenómeno como política internacional subnacional y al conjunto de acciones que se encuentran dentro de ella, como gestión internacional, que se ocupa de impulsar la inserción internacional teniendo en cuenta las diferentes oportunidades que el contexto exterior pude brindar para beneficio de las necesidades de cada territorio local.

Por otra parte, Sánchez Cano (2015) manifiesta que existe una reorientación del concepto a partir de 1990 respecto a los anteriores estudios. Dicho autor considera que con la aparición de la Paradiplomacia se evidencia una clara decadencia del Estado central y que con el avance de la globalización los primeros conceptos del fenómeno no constituyen una base sólida para el estudio de la Paradiplomacia.

Ante el despliegue de una gran cantidad de actores locales, regionales es menester darles un orden a los poderes de estos nuevos actores del sistema internacional, por lo que requiere una estructura de trabajo acorde al desarrollo global actual procurando dar respuestas a las problemáticas en las que se encuentra la sociedad mundial. Es ésta línea de pensamiento que Kuznetsov (2015) afirma que la Paradiplomacia es la disciplina que puede llegar a dar solución a los problemas contemporáneos en el área de las relaciones internacionales en especial en lo que respecta a la Paradiplomacia como integración subregional como elemento clave para la comprensión de cuestiones relacionadas a la soberanía, ligada necesariamente al Estado central, y sobre todo a la descentralización de la toma de decisiones, cuestión que reclama consenso entre los grupos liberales contemporáneos.

3. Paradiplomacia de los Gobiernos de Frontera

Autores como Oddone y Rhi Sausi (2013; Oddone, 2015) nos hablan de una Paradiplomacia de Frontera, tomada como un instrumento clave para que las zonas que por lo general son consideradas periféricas de sus propios Estados centrales tengas la posibilidad de una inserción internacional, potenciando su desarrollo económico y social y fomentando una gobernabilidad democrática. Oddone (2015) considera a la Paradiplomacia Transfronteriza “una herramienta clave en la obtención de los de los recursos necesarios para sostener los proyectos diseñados a escala subnacional” (p.21).

Como se vino describiendo, la Paradiplomacia implica la interacción con y entre diferentes actores Subnacionales con respecto al exterior, lo que implica que esas interacciones lleven a una serie de enlaces que permiten el desarrollo y puesta en práctica de elementos que den lugar al aprovechamiento de las oportunidades para potenciar el territorio en cuestión. Esta manera de integración regional es la forma en que los GNC buscan complementar su crecimiento a través de una mayor negociación y atracción de recursos internacionales pudiendo así también incrementar su economía.

La forma en que estos elementos de enlaces puedan desarrollarse en la integración regional tendrán mayores resultados si se sigue una línea definida en cuanto a la cohesión social, es decir, que haya una igualdad que sea beneficiaria para los diferentes actores que se involucran con sus agendas políticas y los medios financieros adquiridos para el desarrollo regional.

Los elementos de enlace que poseen los GNC para el desarrollo de la Paradiplomacia implica una gran dimensión física que implica infraestructuras como ser carreteras, puertos, ferrocarriles, acueductos, aeropuertos, servicios de salud, educación, telecomunicaciones, energía y viviendas, puestos de control de migraciones, aduanas, etc. Todos estos enlaces empiezan a tomar forma y sentido cuando se ven plasmados a través de acuerdos binacionales o multinacionales, memorándums, tratados o cualquier otro acto formal que cree un marco regulatorio y jurídico para dichas acciones.

Este proceso de enlace supone poner en contacto a GNC relativamente homogéneos y con un nivel de desarrollo similar en cuanto a sus estructuras socioeconómicas, así como también supone la idea de una convergencia política con el objetivo de crear instituciones comunes que permitan llevar a cabo sus proyectos con una política coordinada en los diferentes ámbitos, ya sean políticos, financieros, comerciales e industriales.

4. Infraestructura regional como elemento de enlace

Uno de los elementos de enlace que se desarrollara en este trabajo es el de la Infraestructura como estrategia para la integración regional, intentando abarcar las diversas formas de organización social, política y económica que fomentan y facilitan los vínculos entre ciudades Subnacionales. La integración de infraestructura es un elemento que permite promover el desarrollo productivo dentro de la región.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) caracteriza a la infraestructura como el stock de capital público que, según ciertas características técnicas o económicas relacionadas con servicios básicos, posee altos costos de inversión, es indivisible, inamovible y tiene una naturaleza de bien público (BID, 2000).

 Oddone (2015) plantea que se podría alcanzar un mayor consenso territorial fortaleciendo la integración en múltiples niveles si es que los fondos regionales tienen una buena orientación en su destino. De esta manera, teniendo una mejor modernización de infraestructura puede ser posible un incremento en la inserción social, comercial y política de los actores involucrados, permitiendo a sus habitantes conectarse con el entorno. Mantener en el tiempo los niveles adecuados de inversión en infraestructura económica es, por tanto, un objetivo socialmente deseable, y que contribuye al buen desempeño económico (CEPAL, 2010). La infraestructura como integración física representa un cambio estructural por el que es necesario un afianzamiento en el modo de diseñar, financiar e implementar dicha infraestructura, lo que implica un cambio de gobernanza en lo que refiere a la toma de decisiones con respecto a esta temática.

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