Responsabilidad Social

Responsabilidad social

En los últimos años se ha puesto de moda el término de responsabilidad social, los deberes de los ciudadanos como miembros de una comunidad se han visto expuestos públicamente. En el presente ensayo se abordará este tema desde varios ángulos, desde los más primarios como la naturaleza humana a dilemas éticos, un poco más profundos.

Desde la antigüedad, las personas han estado consientes de esta parte de la esencia humana, quizá la más importante, de la vida en sociedad. El hombre de las cavernas entendió, que para sobrevivir, era necesario el trabajo en equipo en pro de un bien común. Bien describió Aristóteles al hombre como: un animal político, un ser que viven en sociedad y necesita de ésta para desarrollarse. Partiendo de este punto, ¿Por qué debemos de tener responsabilidades sociales?, por el básico hecho de que necesitamos de esta misma sociedad para poder crecer y desarrollarnos como personas. Si la especie humana fuese, por naturaleza autosuficiente, y no necesitase de la ayuda de nadie para poder ser, la historia sería distinta.

Ya habiendo entendido la innegable cuestión de que el hombre es un ser social, otro punto importante, que se ha dado a través de la historia y de las formas de organización que hemos desarrollado, está el hecho de que se le ha designado al estado como el responsable del bien común, deslindándose los ciudadanos de toda responsabilidad. La persona se vuelca hacia sus propios intereses ya que no se siente comprometido con los otros, en su tesis de doctorado: En torno a la responsabilidad política del ciudadano, María Victoria de Vale Oliveros habla del ciudadano moderno como: “preocupado por los asuntos individuales en menosprecio de los asuntos sociales… ser ciudadanos responsables ante la procuración del bien común no es la prioridad de la práctica política, inclinándose más el ciudadano a denunciar los efectos de la injusticia que ha buscar sus causas para tratar de erradicarlas”. Cualquier problema debe de ser resuelto por las autoridades, ya que como individuos no podemos aportar nada.

Adela Cortina habla de esto en su escrito Ciudadanía: verdadera levadura de transformación social, donde habla de la generación del 68, dice: “Para transformar la sociedad había que meterse en política”. Esa era la única manera.

En la actualidad, esta concepción está siendo cambiada. La sociedad está abriendo los ojos a sus responsabilidades y capacidades como gestores del bien común. Los ciudadanos son capaces de hacer un cambio, de guiar la vida política y social de sus comunidades; participando en los asuntos políticos, haciendo valer sus derechos pero también respondiendo a sus responsabilidades como limitantes de la actividad política.

Touraine distingue a la ciudadanía moderna como la que hacer referencia a los deberes que el ciudadano debe asumir

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