Seminario
DANADRApuntes10 de Septiembre de 2015
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LA META, LA ESTRATEGIA, LAS ACCIONES Y EL MARCO INSTITUCIONAL PARA LA COMPETITIVIDAD
ANTECEDENTES
El cuarto documento del estudio de competitividad, NUESTRA RIQUEZA REGIONAL ( El Huila que hemos construido) señala los capitales que los huilenses disponen en cada uno de los factores que definen esta riqueza. Es indudable que el departamento ha avanzado en todos los indicadores. Pero en ese crecimiento no ha logrado condiciones propias para alcanzar el desarrollo que garantice mejor calidad de vida. Comparativamente, actividades similares realizadas en otros departamentos o regiones en el mundo son más eficientes en el uso de los mismos recursos. Es decir, medido hacia adentro, el Huila de hoy es mejor que el de ayer pero esta condición no le permite competir en las actividades económicas que realiza pues no las hace tan bien como en otros lugares del mundo, y/o ha dejado de hacer lo que le puede representar ventaja competitiva. En otras palabras, el crecimiento no ha sido orientado hacia lo que el contexto actual (Ver documento no.4, capítulo Contexto Actual) exige hoy. En todos los capitales (Natural, Infraestructura, Financiero, el propio Institucional, Cultural, de Conocimiento y Humano), el balance tiene más pasivos que activos regionales. Sin embargo, este desbalance ha sido construido por los propios huilenses y no por condiciones inmodificables como la geografía. Por el contrario, el documento demuestra que la posición geográfica, la diversidad de climas, la biodiversidad existente en nuestro suelo son ventajas comparativas que no se han convertido en competitivas. En el capital Natural, los sistemas de producción pesan mucho más como limitantes para la competitividad que la mediterraneidad a la que se le atribuyen todos los males. Los cambios en el uso del suelo, desconociendo la vocación forestal del 53% del territorio opita, al tiempo que genera deterioro del recurso provoca producciones agrícolas no competitivas. El desacertado manejo que se le ha dado al recurso hídrico no ha permitido integrar nuevas áreas a la corriente productiva del departamento. El capital financiero no cuenta con capital de riesgo que aliente la creación de nuevas empresas ni los empresarios huilenses se han acercado a los recursos internacionales a pesar del derrumbe de las fronteras geográficas que facilitan la obtención de inversiones e inversionistas foráneos. En infraestructura, el Huila muestra avances indudables pero insuficientes para lograr la conectividad con los mercados mundiales. La cultura contemplativa, conformista y escéptica pesa mucho aún para aceptar cambios en los paradigmas. Finalmente, el sistema educativo y las condiciones de salud de la franja mayoritaria de los huilenses no han facilitado el tránsito de una actividad económica alentada más que por su propia dinámica por la necesidad de responder a las nuevas realidades.
A pesar de este cúmulo de falencias, su mismo origen, haber sido construidas por los huilenses, permite programar su superación. Lograr esto, implica señalar objetivos claros, precisos, que se conviertan en propósitos colectivos y que se cumplan en el tiempo. A su vez, definir objetivos en función de lo colectivo es más importante que estructurar un marco institucional para la competitividad que, en todo caso, no sería suficiente. No podría afirmarse que la no existencia de ciertas instituciones ha impedido el desarrollo del departamento. Es apenas una de las dificultades pero no lo explica todo. De manera que antes que señalar un marco institucional para la competitividad tenemos que definir objetivos, acciones, para concluir en las instituciones que el Huila tiene que concebir si quiere mejorar sus niveles de competitividad ( es importante recordar que, tal como se aplicó en el desarrollo del capital institucional en el documento NUESTRA RIQUEZA REGIONAL, el término INSTITUCIONES no se refiere a entidades jurídicas exclusivamente sino a la existencia de programas, comportamientos o normas que institucionalicen una acción, la elección de alcaldes, por ejemplo). Para lograrlo, los antecedentes proporcionados por los SIETE CAPITALES ampliamente expuestos en el documento no.4 de competitividad son definitivos para el Plan de Acción que se propone en la parte final de este documento. También adquieren importancia para los propósitos de este análisis las Megatendencias que se observan en los comportamientos globales de todo orden (económico, social, cultural, político) y que no nos es dado desconocer si el objetivo macro es acceder a la economía global y evitar la disección del Huila del entorno actual. La meta es ofrecer un plan y un marco para la acción. La clave es priorizar las actividades porque, desde ya hay que decirlo, no se puede incurrir en el error de enlistar una serie de actividades que apunten a todo sin que produzcan nada. Por el contrario, el NORTE debe ser uno solo pero de aceptación colectiva que genere un efecto multiplicador en las demás acciones que, encaminadas hacia el objetivo común produzcan la sinergia necesaria que permita el cumplimiento de la meta.
LAS MEGATENDENCIAS COMO MARCO PARA LA ACCION
Las corrientes que están determinando el rumbo del mundo se constituyen en marco de referencia obligado al acercarnos a la definición de un marco institucional para la competitividad del Huila y las subsiguientes acciones a emprender. De todas las señaladas en el documento NUESTRA RIQUEZA REGIONAL[1] hay unas que con mayor énfasis marcan el camino a seguir:
- La universalización del hombre
- Énfasis en la educación
- La explosión de la tecnología biológica
- La internacionalización de la empresa
- La preocupación por la ecología
Las otras referidas son igualmente básicas pero que de cumplirse las anteriores, aparecerán, sin duda alguna.
La primera, LA UNIVERSALIZACION DEL HOMBRE, es un imperativo. El ser humano tiene que ser, como lo anotamos en el documento anterior, universal, políglota, viajero, con visión global y habilidad para asimilar las tendencias mundiales. Reconocer esto implica para el Huilense cambiar sus paradigmas. Estos dificultan alcanzar desempeños competitivos. Desde las pautas de crianza y el concepto de familia de las regiones culturales del Alto Magdalena y la Andina Meridional, rígidas, familias cerradas y con alto control del comportamiento social y autónomo[2] hasta el aislamiento del mundo exterior, han hecho presencia en el huilense para generarle sus propios paradigmas que, en un mundo inestable como el presente, no tienen validez alguna y, por el contrario, invitan a su erradicación.
De acuerdo con Lester Thurow, Nóbel de Economía y titular en el MIT(Massachussets Institute of Technology), a finales del siglo XX y comienzos del XXI seis nuevas tecnologías interactúan para crear un mundo económico nuevo y muy distinto: La microelectrónica, los ordenadores, las telecomunicaciones, los nuevos materiales fabricados por el hombre, la robótica y la biotecnología[3]. Siguiendo a Thurow, estas mismas tecnologías permiten reinventar las antiguas industrias: Se introduce la venta minorista por INTERNET, el celular está por todas partes. Aparecen plantas y animales creados por la ingeniería genética. Esto, a su vez, confirma la existencia de la economía global y, de paso, que esta es, definitivamente, la era del conocimiento. El cimiento del éxito está en el saber, en el tradicionalmente llamado KNOW HOW.
Esta realidad genera dos acciones de gran aliento. La primera, ENFATIZAR EN LA EDUCACIÓN a todos los niveles. Ya se explicó como el sistema educativo huilense exige readecuarse, actualizarse[4]. La educación superior está distante de los criterios imperantes en la formación de los jóvenes profesionales por lo que no podrán competir en un mundo globalizado. Y a nivel preescolar se está perdiendo la edad de oro para que el niño construya nuevos paradigmas. No corregir estas orientaciones sería desastroso para el futuro del Huila.
La segunda acción es la creación de una nueva base económica lo cual implica REINVENTAR muchas de las actuales actividades económicas e incorporar otras nuevas bajo los actuales conceptos tecnológicos, sistémicos y competitivos. El conocimiento es bueno en la medida que se aplique en las actividades productivas. Generar conocimiento para acumularlo no crea bienestar, calidad de vida. Como lo anota Thurow, el conocimiento es el que ha creado una nueva economía porque se ha aplicado al mercado y el cliente la está utilizando. Así como Keynes argumentaba que “el dinero quema los bolsillos de la gente” explicando el fenómeno inflacionario, la tecnología también está quemando la mente de sus creadores y tienen que sacarla al mercado. Esta reinvención tiene que orquestarse desde las universidades y aplicarse mediante la alianza Universidad – Empresa.
Lo anterior es particularmente cierto para el Huila en el sector primario de la economía con la EXPLOSIÓN DE LA TECNOLOGÍA BIOLÓGICA. El famoso “revolcón” de Gaviria golpeó fuertemente al sector agropecuario colombiano (y el Huila no fue la excepción) porque la apertura desnudó sus falencias, aunque otros factores incidieron. En la mayoría de los cultivos en ese momento ( y aún para muchos todavía, a 10 años de la apertura económica se siguen usando) se aplicaban tecnologías obsoletas que producían menor productividad y ninguna capacidad para competir[5]. Si no se incorporan a nuestras actividades agropecuarias las nuevas tecnologías no habrá posibilidad de aprovechar las opciones globales y seguiremos dependiendo de la economía de la supervivencia y expuestos a los cambios de criterio en el manejo de las importaciones de los productos foráneos como ocurre ahora con el arroz.
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